
Temor a lo desconocido
Fue una de las decisiones más difíciles que he tomado.
Me encantaba mi trabajo en La Fundación de Consejería y Educación Cristiana (CCEF), pero Dios estaba produciendo una inquietud en mi corazón. Se hizo evidente que Él me estaba llamado a otra cosa, así que en Junio del 2006, lanzamos Ministerios Paul Tripp Inc.
(En caso de que te estés preguntando, escogimos ese nombre no porque esté lleno de mí mismo, sino porque vivimos y ministramos en la era del internet, y quería que las personas sean capaces de buscar mi nombre en Google y encontrar el sitio web del ministerio).
Debo confesar que puse en marcha este nuevo esfuerzo con mucho miedo. Hubo momentos en los que me sentí un loco por haber dejado un ministerio de vida estable donde estaba bien cuidado. Hubo momentos cuando estaba capturado por los temores de dónde, cuándo y cómo mis dones serían usados.
Si eres como yo, también tienes miedo a lo desconocido. Y si sirves al mismo Dios que yo, habrán momentos en los que Él te llame a hacer algo atemorizante para el avance de Su Reino.
La razón por la que estos miedos nos plagan es porque no somos soberanos. No sabemos lo que va a pasar esta tarde, mucho menos el siguiente mes o el siguiente año. Pero hay algunas cosas que sabemos de la Escritura, y en esos momentos, debemos predicarnos esas verdades a nosotros mismos una y otra vez.
1. Cuando Dios nos envía, Él va con nosotros.
La Gran Comisión es precedida y seguida por dos promesas: el poder divino (“Toda autoridad”) y la presencia divina (“Yo estoy con ustedes [siempre]”). No importa lo que sigue a la orden de “Vayan” porque Jesús garantiza la imposibilidad de que nosotros estemos en una situación, ubicación o relación por nuestra propia cuenta.
2. Dios da dones a los que Él envía.
Dios nunca es un mal mayordomo de los dones con los que Él nos bendice. Él no sólo nos bendice con dones, sino que también nos bendice con oportunidades específicas donde estos dones pueden ser usados.
3. Dios acompaña Su llamado con Su provisión
He dicho esto muchas veces; si Dios pone un Mar Rojo delante de ti y quiere decir que lo cruces, Él construirá un puente, enviará un bote, te dará la habilidad de nadar, o partirá las aguas Él mismo. Si Él te llama al otro lado, ¡Él hará un camino para que llegues allí!
4. Dios redime nuestros fracasos
Aparte de nuestra falta de soberanía, también tenemos miedo a lo desconocido porque tenemos miedo de nosotros. Desearía poder decir que mi ministerio ha estado libre de fracasos, pero no puedo, así que no es extraño para nosotros espantarnos de las oportunidades porque tenemos miedo de volver a meter la pata.
Aquí es donde necesitamos las palabras del Señor al apóstol Pablo. Él le dijo: “Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9 RVC). Algunos de los momentos más preciosos de mi ministerio los he experimentado en el contexto del más claro de mis fracasos. Nuestros fracasos no es el armario oscuro que Dios cierra la puerta e ignora con disgusto, sino más bien una nueva puerta que Él abre y que nos lleva a la transformación.
Así que, la próxima vez que Dios te llame a lo desconocido, no temas tener miedo, y no permitas que ese miedo paralice tu fe. Recuerda que, Jesús te acompaña, te da dones, te provee, y obra a través de ti, incluso cuando fracasas.
Por: Paul Tripp © Paul Tripp Ministries, Inc.
Fuente: “Afraid of the Unknown”.
Traducido por: Daniel Elias.
Waoooo buenas dias, llegue hasta aqui, buscando aquello que Dios me habla esta madrugada, no temas a lo desconocido, da pasos de fe, y la verdad he estado desde muy temprano buscando mucho y te encontre, y Dios me ha regalado Isaias 42:16.
gracias por este devocional, me sirvio mucho sus palabras. feliz y bendecido dia.