
Siete razones para no jugar a la lotería
Los estadounidenses gastan más de $70 mil millones de dólares anualmente en loterías. Eso es más que el gasto combinado de libros, videojuegos, y entradas para películas y eventos deportivos. Los juegos de lotería son legales en 43 estados.
“Eso es más de $230 dólares por cada hombre, mujer, y niño en esos estados, o $300 dólares por cada adulto.” informa The Atlantic.
Estoy de acuerdo con el informe de que es una gran vergüenza para nuestra nación. De vez en cuando, El Powerball o Mega Millions lotteries (empresas de lotería) suben a números inusualmente altos y obtienen la atención fresca de las noticias (las gráficas de hoy y mañana son anunciadas con $140 millones y $400 millones)
Aquí hay siete razones, entre otras, que a menudo he ensayado para tratar el asunto de que no deberías jugar con tu dinero de esa manera.
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Es espiritualmente suicida
“Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición… y se torturaron con muchos dolores.” (1 Timoteo 6:9-10).
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Es una especie de derroche
Los mayordomos no juegan con el dinero de su Maestro. Todo lo que tienes le pertenece a Dios. Todo ello. Los administradores fieles no pueden jugar con un fondo dado a su confianza. Ellos no tienen derecho. La parábola de los talentos dice que Jesús pedirá cuentas de la forma en que manejamos el dinero. Ellos se fueron y trabajaron (Mateo 25:16-17). Esa es la forma en que conseguimos proveer para nosotros mismos (1 Corintios 4:12; 1 Tesalonicenses 4:11; Efesios 4:28).
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Es una tontería
Las probabilidades de ganar son casi 176 millones a uno. Usted toma dinero real y compra una oportunidad. Esa oportunidad es tan infinitamente pequeña que el dólar prácticamente se ha perdido 175,999,999 veces. Las cantidades más pequeñas pagadas con más frecuencia son como una neblina para evitar que veas lo que está sucediendo.
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El sistema está basado en la necesidad de que la mayoría de las personas pierdan.
Las loterías son simplemente otra forma de juego (sin ningún tipo de glamour y la ostentación de Las Vegas, por supuesto). La “casa” controla las acciones; los jugadores finalmente perderán.
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Se aprovecha de los pobres.
Según el International Business Times, la lotería apoya y anima “otra adicción corrosiva que se aprovecha de la codicia y de los sueños sin esperanza de aquellos atrapados en la pobreza… The Consumerist indicó que las personas pobres en los Estados Unidos, aquellos que ganan $13,000 dólares al año o menos, gastan un asombroso 9 por ciento de sus ingresos en billetes de lotería… haciendo de este juego ‘inofensivo’ un ‘impuesto profundamente regresivo’”
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Existe una alternativa mejor.
Una encuesta realizada por Opinion Research Corporation for the Consumer Federation of America y el Financial Planning Association (encuestadoras en Estados Unidos) reveló que una quinta parte (21 por ciento) de los encuestados pensaba que la lotería era una forma práctica de acumular riqueza. Estamos enseñando a las personas a ser tontos.
Si los $500 dólares al año que en promedio todos los hogares estadounidenses tiran en la lotería fueran invertidos en un fondo de índice cada año por 20 años, cada familia tendría $24,000. No tal vez. De verdad. Y los impuestos a estos ingresos no sólo apoyarían los servicios del gobierno, sino que se construirían hábitos sanos y sostenibles de vida económica.
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Por el bien del dinero rápido, el gobierno está socavando la virtud sin la cual no puede sobrevivir.
Un gobierno que recauda dinero mediante el fomento y la explotación de las debilidades de sus ciudadanos escapa del mecanismo democrático de la responsabilidad. Tan importante juego, promovido por el estado socava la virtud cívica en la que depende la gobernabilidad democrática. (First Things, Sept., 1991,12)
Así que, si usted gana, no dé de sus ganancias de lotería a nuestro ministerio. Cristo no edifica su iglesia sobre las espaldas de los pobres. Ore para que el pueblo de Cristo sea satisfecho en Él, que sean libres de la codicia que nos hace anhelar ser ricos.
Por: John Piper © Desiring God Foundation.
Fuente: seven-reasons-not-to-play-the-lottery
Traducido por: Daniel Elias.
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