Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

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Si amas a Dios, escúchalo

Cinco razones para leer la Biblia todos los días

Los cristianos deben ser personas de la Biblia.
A lo largo de los años, he pasado muchas horas suplicándoles a las personas que vean esa declaración como verdadera. Lamentablemente, a muchos les parece novedoso, irritable — o, lo que es peor, irrelevante.
Tal vez sea porque esas tres palabras suenan a una de las últimas ideas tabú que quedan en nuestra cultura: el fundamentalismo. Inmediatamente, nuestras mentes postmodernas acuden a los aburridos predicadores de tres puntos de la generación de nuestros abuelos, agitando los dedos con el “Buen Libro” en sus manos.
La nuestra, decimos, es una fe orgánica, no una rígida llena de tareas pendientes. Nuestro cristianismo no es una religión —es una relación. No somos anti-Biblia per se. Hay muchas cosas en la Biblia que nos han ayudado e inspirado a lo largo de los años. Estamos en contra de ese consumo ferviente, riguroso, arduo, meticuloso e incansable de la Biblia. Pero, ¿qué queda de un cristianismo que no se compromete seriamente con la palabra de Dios? Lamentablemente, un sentimentalismo suave y conciso —una religión cuyo sistema de creencias es más adecuado para una taza de café que para un catecismo.
Quiero darte cinco buenas razones para encontrar tu vida en la Biblia por el resto de tu vida. Antes de entrar en la palabra de Dios, recuerda que convertirse en un letrado de la Biblia no se trata de ser más inteligente, ni de reforzar tu currículum espiritual, ni de dominar tu conocimiento sobre los demás. Se trata de mirar a través de las páginas al Salvador del otro lado. Jesús dice: “Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí! Pero ustedes no quieren venir a Mí para que tengan esa vida” (Juan 5:39-40). Se trata de ver y saborear a Jesucristo a través de su palabra. No adoramos la fuente. Nosotros adoramos al Padre.

1. No puedes amar a Dios y no escucharlo.

Cuando se le preguntó acerca del mayor mandamiento, Jesús respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y primer mandamiento” (Mateo 22:37-38). No puedes amarlo con todo tu corazón, alma y mente sin una dieta constante de la Escritura.
Así como nuestro corazón debe comprometerse en atesorar a Dios supremamente, nuestra mente debe estar igualmente comprometida en pensar de Dios correctamente. Los pensamientos equivocados acerca de Dios producen un amor equivocado por Dios. Como dice Jen Wilkin, “El corazón no puede amar lo que la mente no conoce.”
El apóstol Pablo conecta rutinariamente nuestro amor por Dios y por los demás con un conocimiento cada vez mayor de Él. ”Y esto pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento, a fin de que escojan (aprueben) lo mejor, para que sean puros e irreprensibles para el día de Cristo; llenos del fruto de justicia que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios” (Filipenses 1:9-11).
Solo llegamos a amar más a Dios al conocer más de Él. Y aprendemos más acerca de nuestro Dios —sus atributos, su naturaleza y sus promesas— al escuchar su palabra.

2. Tu fe necesita promesas para sobrevivir.

Cuando Pablo trató de alentar a su hijo tímido en la fe, Timoteo, mientras estaba pastoreando a la iglesia en Éfeso, usó el arma más poderosa de su arsenal para hacerlo: el Evangelio.

Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero Suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio (las buenas nuevas), según el poder de Dios.
El nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien puso fin a la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio. (2 Timoteo 1:8-10)

Comentando este pasaje, John Piper dice: “La cura para los cristianos débiles es una doctrina de peso”. Pablo proporciona una rica verdad como la cura para la tímida fe de Timoteo. Y su cura es nuestra cura: sana doctrina revelada a nosotros en la Biblia. Observa cómo crece tu confianza en Él al aferrarte a miles de sus promesas al escuchar su voz a diario.

3. Nos volvemos como lo que contemplamos.

Mi hija de 5 años nos miró a mí y a mi esposa la semana pasada y dijo: “¡Cuando crezca, quiero ser cantante y mami!”. Ahora ¿en qué parte de la tierra ganó tal ambición? ¿Podría ser que los dos adultos con los que pasa la mayor parte de su tiempo sean un cantante y una mami? Aquí yace una verdad tan antigua como la Biblia misma:

Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. (2 Corintios 3:18)

Nos volvemos como lo que contemplamos. Mirar a Dios en su palabra, por el poder de su Espíritu, tiene un efecto transformador en nuestro corazón, mente y vida. Con el tiempo, aquellos de nosotros que hacemos lo que David hacía, “[poner] Al Señor continuamente delante” de nosotros, encontraremos que nuestros intereses se convierten en los intereses de Dios (Salmos 16:8). Descubriremos que las cosas pecaminosas que antes amamos son repentinamente menos atractivas. Encontraremos que la santidad comienza a florecer en nuestras vidas. Descubriremos que estamos empezando a parecernos más a Cristo. Sus medios para hacerte semejante a Cristo es su palabra.

4. Solo encontrarás el gozo que deseas en las palabras de Jesús.

Jesús pasa un capítulo y medio en el Evangelio de Juan instruyendo y exhortando a sus discípulos. En medio de su sermón, dice: “Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto” (Juan 15:11). ¡Jesús les dice a sus discípulos que lo que les está diciendo a sus discípulos es para su gozo!
Cada palabra de Cristo está hecha para tu felicidad eterna. No hay nada que motive más a una persona que su felicidad, y la encontramos aquí en blanco y negro. Tu felicidad eterna está directamente ligada a lo que Jesús tiene que decirte.
Deberíamos esperar en cada palabra. Y nos ha dado tantas palabras —palabras de promesa para nuestro gozo, palabras de advertencia para nuestro gozo, palabras de aliento para nuestro gozo. Palabras, palabras y más palabras, todo para nuestra alegría en Él, para siempre.

5. Hay trabajo por hacer.

Pablo nos dice: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (apto), equipado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
Muchos cristianos modernos (especialmente jóvenes) tienen un deseo de ir y hacer cosas por Dios por encima de conocer a Dios. Con tanta injusticia y desigualdad en el mundo, es difícil para muchos de nosotros justificar demorar una hora más por cuarenta palabras que escribió un autor muerto hace dos mil años. Pero las palabras de Pablo no podrían ser más claras: si queremos ser parte del trabajo de Dios, primero debemos hablar sobre la palabra de Dios.
La palabra de Dios nos revela sus prioridades y valores. Nos muestra lo que quiebra su corazón y lo que le hace cantar. Nos muestra lo que está haciendo en el mundo —a través de la historia y en este momento.
La Biblia nos enseña que Dios ama a los desamparados y a los desplazados. Nos muestra el valor de guiar a nuestras familias. Nos presenta la generosidad de otros cristianos (2 Corintios 8:1-7), y nos llama a ser generosos con lo que Dios nos da. Anuncia la santidad de cada vida humana y nos inspira a luchar por los no nacidos. Declara que la raza no debe ser una barrera para la unidad de los cristianos, sino una hermosa ocasión para ello. Nos equipamos para cada buena obra en la Biblia.
Hay oro aquí para nosotros si solo nos esforzamos mientras leemos. Hay mucho más que tener la comodidad ofrecida en Coffee Mug Christianity. Si quieres vivir para Cristo y disfrutar de Él durante toda la vida, y para siempre en la eternidad, sumérgete en este Libro.
Por: Jimmy Needham © Desiring God Foundation.
Fuente: “If You Love God, Listen to Him”.
Traducido por: Daniel Elias.

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