
¿Quieres a los amigos que necesitas?
Él suele ser el tema de los susurros:
«Oh, ahí viene; será mejor que saquen sus Biblias».
«No me extraña que nadie lo invite a almorzar; nunca puede tener una simple conversación normal».
«No puedo disfrutar el partido sin que me pregunte mil veces sobre mi caminar con el Señor y las luchas con el pecado».
Él toma la santidad en serio, se preocupa por el alma de sus amigos, y se dedica a ayudarlos a buscar a Jesús con todo el corazón. Aunque Salomón lo llama el más dulce de los amigos (Proverbios 27:9), a menudo lo dejan afuera en el desierto de las reuniones cristianas para que coma langostas y miel silvestre.
Él habla con urgencia, habla con sobriedad, dice cosas que otros no. Hace que los cristianos se retiren y los bromistas se pregunten para sus adentros: «¿Por qué tan grave?». Su nombre es Franco*.
Un amigo llamado Franco
Aunque le hace el mayor bien al alma, se suele pensar que Franco es demasiado serio, demasiado directo, extremadamente espiritual. Huele fuertemente a Cristo: pestilente para el mundo y dominante incluso para algunas narices en la iglesia. El mundo se siente ofendido por él, y los creyentes solo lo soportan hasta cierto punto. Sin un lugar donde recostar su cabeza, puede ser una de las personas más solitarias del planeta.
Pero te animo, querido hermano, a recibir a los Francos entre ustedes por al menos cuatro razones.
1. Porque ellos te aman de formas que muchos no lo harán.
A veces, el amigo franco puede ser incómodamente directo. Puede decir la verdad sin amor. Puede entrar en la zona vedada, o simplemente estar equivocado. Pero a menudo te ama de formas que nadie más lo hará.
Puesto que ama tu alma más que consentir tus sentimientos; puesto que cree que el cielo y el infierno son reales y el tiempo es corto, volverá el filo de la Palabra de Dios contra el pecado que destruye tu alma, y constantemente te asaltará de frente.
Él te herirá por tu bien (Proverbios 27:6). Si no se puede confiar en nadie más para que te diga la verdad, en él se puede confiar. Él te ayuda a ser el hombre o la mujer que Dios te llama a ser puliéndote, a veces en formas que te resultan incómodas (Proverbios 27:17). Cuando todos los demás han dicho sus bromas, se han reído y se han ido, este amigo estará firme para batallar a tu lado —aun cuando lo sientas contra ti— por tu eterno bienestar.
Recuerda, el amigo que más te ama se preocupará más por tu alma. No tomes lo oscuro por claro ni lo claro por oscuro; lo amargo por dulce ni lo dulce por amargo. Los hermanos nacidos para el día de la adversidad (Proverbios 17:17) son amigos que te aman lo suficiente para ser serios contigo. El amor se parece a muchas cosas en muchos momentos, pero la forma más elevada de amor, como nuestro Maestro nos mostró, es nada menos que seria.
2. Porque los necesitas.
No muchos en el cielo llegarán allí sin amigos francos. Cuando leo al autor de Hebreos discutir la necesidad de la comunión franca, no me atrevo a concluir que sea opcional:
Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio (Hebreos 3:12-14).
Y una vez más:
Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca (Hebreos 10:23-25).
Estos amigos te exhortan respecto a los peligros de la incredulidad. Estos amigos revisan sus calendarios, y en tanto que sea «hoy», te llaman a arrepentirte y creer. Ellos saben que solo aquellos que perseveran hasta el final serán salvos (Colosenses 1:23), y en la medida que puedan evitarlo, no permitirán que perezcas. Ellos son una fortificación contra Satanás y sus artimañas: un Samsagaz que te acompaña a Mordor, un Ron y una Hermione para batallar contra Voldemort, un Jonatán para protegerte de la lanza de Saúl.
Estos amigos te consideran. Te conocen. Te contemplan. Y desean estimular tus afectos por Cristo (Hebreos 10:24).
3. Porque te necesitan.
El cuerpo necesita a Franco, y Franco necesita al cuerpo.
Aunque todo el mundo debería ser serio, no todos serán Francos. La iglesia está compuesta por diferentes partes, y cada una necesita a la otra. Y así como el ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito», tampoco puede el cuerpo decirle lo mismo a Franco —ni él a ellos. El que es especialmente serio necesita al que es especialmente benigno, hospitalario, paciente, generoso, y esperanzado —y estos necesitan a aquel. La iglesia sería una extraña criatura si todos fueran ojos, oídos, manos, o Francos.
4. Porque hacerlos a un lado puede ser hacer a un lado a Cristo.
Si somos honestos, quizá hacemos a un lado al querido Franco porque estamos conformes con la medida de espiritualidad que tenemos y no queremos más. Nuestras evasiones y chistes amargos no provienen principalmente de los intentos fallidos de Franco de amar, sino de nuestro deteriorado amor por Cristo. Quizá no nos gustan los recordatorios de que somos demasiado mundanos. Tal vez no queremos matar nuestros pecados favoritos. Quizá despreciamos el resplandor de la luz de estos amigos porque expone la penumbra en nosotros. Quizá ellos caminan en contra de la pequeña mentira que hemos comenzado a decirnos: puedo ser seguidor de Jesús y amigo del mundo.
O quizá sí queremos más de Jesús y estamos celosos de Franco. ¿Por qué nuestro Padre iba a darle más a nuestro hermano o hermana que a nosotros? Se ve tan feliz, tan libre del mundo. Pareciera que ya tiene un pie en el cielo. ¿Por qué ha sido bendecido con niveles más profundos de comunión con nuestro Salvador que nosotros?
Así que podemos hacer berrinches en el suelo con lo que parece ropa cristiana de segunda mano mientras miramos a nuestros hermanos desfilar con sus prendas multicolores. Si no es un pozo y esclavitud para él, tendremos que ponerle encima nuestras celosas manos por medio de chismes, separación y sarcasmo. ¿Resultaremos ser hermanos homicidas como Caín? Cuidado, no sea que el pecado esté acechando a tu puerta.
Ámalo sinceramente
Cualquiera que sea nuestro motivo, no debemos tratar con desdén a aquellos que son sumamente serios respecto a las cosas de Dios; no debemos tratar con desprecio al mejor amigo terrenal de nuestra eternidad. Más bien agradezcámosle. Disculpémonos con él. Seamos más como él.
Si no tienes estos amigos (porque por estos días pueden ser escasos), pídelos en oración. E invita a los hermanos y hermanas en tu vida a ser más serios contigo. Comienza siendo más serio con ellos. A menudo se necesita que una persona vaya más profundo para que los demás la sigan.
Los verdaderos amigos, al igual que con el verdadero gozo, nunca son menos que serios respecto a las cosas con las cuales vale la pena ser serio. Aunque no siempre son los amigos que queremos, siempre son los amigos que necesitamos.
* Earnest en inglés. Equivale al nombre “Ernesto”, pero también significa “serio”, “honesto”, “franco”. (Nota del Traductor).
Por: Greg Morse © Desiring God.
Fuente: “Do You Want the Friends You Need?”.
Traducido por: Elvis Castro de Proyecto Nehemías.
Edición: Daniel Elias.
Deja un comentario