Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

Querido pastor, necesitas reconocer tus límites

Querido pastor,

Fue un momento revelador, más revelador de lo que quería que fuera. Estaba un poco avergonzado cuando quedé expuesto, pero hacerle frente a lo que estaba en mi corazón fue bueno para mí. Estaba hablando en una conferencia de hombres y me preguntaron qué poder elegiría si pudiera tener uno. Algunos habían elegido la habilidad para volar o de ser increíblemente fuertes, pero yo inmediatamente dije, “desearía tener el poder para crear 10 días en una semana”. Al hacer eso, fui confrontado una vez más con el hecho de que odio los límites. Quiero más tiempo para poder hacer más de lo que el tiempo me permite. Quiero más fuerza para poder lograr más. Quiero más sabiduría para no tener que pasar tanto tiempo investigando y aprendiendo. Quiero ser más infinito y todopoderoso. Sí, es cierto; aún hay momentos en mi vida en los que quiero ser Dios.

Desearía poder decir que soy libre de la frustración de los límites que Dios me ha puesto, pero no puedo. Desearía poder decir que nunca soy tentado a trabajar fuera de esos límites, pero no puedo. Desearía ya no tener que pagar el precio por negar esos límites, pero lo sigo haciendo. En el ministerio es tentador tratar de hacer más de lo que puedes hacer de manera realista y saludable. Es tentador escribir descripciones de trabajo para los que piden más de ellos de lo que pueden manejar con responsabilidad. Y es tentador dejar que un líder trabaje más allá de sus límites porque su trabajo parece esencial para el éxito de la organización del ministerio.

Si tú eres un líder, no sabes todo, no puedes hacer todo, no eres completamente maduro, y no tienes energía inagotable. Tú no eres simplemente un paquete de fortalezas, dones y experiencias; también eres una colección de debilidades y susceptibilidades. Es aquí donde el evangelio es un dulce alivio. No tenemos que temerle a nuestros límites porque Dios no nos envía a nuestra suerte; a donde Él nos manda, Él también va. No tenemos que maldecir nuestras debilidades porque nuestras debilidades son el lugar de trabajo de Su gracia. No tenemos que ocultar o negar nuestras zonas de inmadurez porque Dios es capaz. Nuestros límites y debilidades no se interponen en el camino de lo que Dios puede hacer a través de nosotros, pero nuestra negación de los límites y nuestro delirio de fuerza independiente sí se interponen. 

Así que quiero considerar con ustedes cuatro áreas de los límites que Dios, en su sabiduría de Creador, ha establecido para nosotros, y cómo el reconocimiento constante y la  aceptación humilde de estos límites ayudan a una comunidad de liderazgo a analizar sus planes, asignar su trabajo, y evaluar su salud.

1. Tienes dones limitados

El claro entendimiento de que los dones son limitados viene incorporado en la enseñanza de Pablo sobre los dones en el cuerpo de Cristo (mira Efesios 4:1-16 y 1 Corintios 12:4-31). La descripción de Pablo sobre el cuerpo humano argumenta esto poderosamente. El ojo ha sido específicamente diseñado para la vista, y debido a eso, no tiene la habilidad para levantar objetos. El diseño determina los límites. Lo mismo es cierto para cada don que ha sido dado a los miembros del cuerpo de Cristo, por lo tanto, sin duda, es cierto para cada líder que ha recibido dones de Dios para el ministerio en su iglesia.

Una comunidad de liderazgo que humildemente reconoce los límites de los dones dados por Dios, establecerá una cultura ministerial de cooperación respetuosa, agradecida y gozosa.

Ningún líder está diseñado para saber o hacer todo. Ningún líder está destinado a hacer su trabajo solo. Es peligroso, para cualquier líder, ser tan dominante que los dones de los demás no pueden ser expresados, dejando a ese líder hacer las cosas que Dios no le dio el don para que las haga. Ningún líder, por más que tenga dones poderosos, debería verse como la persona más inteligente de la habitación. La inteligencia es un subconjunto de los dones. Cada líder necesita apoyarse en las contribuciones de otros líderes que son inteligentes en campos en los que él no lo es. El ministerio siempre se debe hacer en una comunidad humilde, respetuosa y sumisa, porque los dones que Dios nos ha dado vienen con límites incorporados. Por la gracia de Dios soy un líder con influencia, pero me levanto todos los días y hago el trabajo que me ha sido asignado por las personas que trabajan conmigo y son inteligentes en áreas en las que yo no lo soy, porque ellos traen dones al trabajo, dones que yo no tengo. Sería necio y orgulloso al querer dominar cada discusión, y tomar cada decisión, y asignar cada tarea.

No hay ni un solo líder que tenga todo tipo de dones, y todos los líderes sufren a causa de los dones que Dios les ha dado. Reconocer los límites de los dones dados por Dios, y la responsabilidad y el sufrimiento que vienen con esos dones, es una parte esencial de una comunidad de ministerio que establece y mantiene no solo su fertilidad sino también su salud espiritual en curso. Una comunidad de liderazgo que humildemente reconoce los límites de los dones dados por Dios, establecerá una cultura ministerial de cooperación respetuosa, agradecida y gozosa.

2. Tienes tiempo limitado

El tiempo ha sido establecido para nosotros, nosotros no votamos, y no tenemos la habilidad para escapar. La estructura de tiempo que forma la existencia de todas las criaturas de Dios estalla en la página de Génesis 1. En uno de sus primeros y más significativos actos como Creador, Dios establece la estructura de siete días, junto con la estructura del descanso del Sabbat. Como líder, tú simplemente no puedes ignorar los límites puestos sobre ti por este plan, y mantener una salud espiritual y relacional, y una vida de eficacia ministerial por largo tiempo. Parece ridículamente obvio decir, pero aún así importante, que nunca tendrás treinta horas en un día, y que nunca podrás aprovechar nueve días en una semana. Y siempre necesitarás el descanso del Sabbat sin importar lo maduro que te conviertas o la cantidad de líderes que trabajan contigo.

Una comunidad de liderazgo espiritualmente saludable siempre hace su trabajo con los límites de tiempo diseñados por Dios en perspectiva.

Cada límite que Dios ha establecido para nosotros, ha sido establecido porque Dios sabe a quién ha creado; Él sabe cómo fuimos diseñados para vivir, y en amor Él no requiere más de nosotros de lo que somos capaces de hacer. Los límites no solo revelan su sabiduría, también expresan su amor. Los límites no son una prisión, son gracia. No puedes permitir que tu comunidad de ministerio asigne más trabajo a un líder del que se puede hacer en el tiempo asignado a él o ella. No puedes pedirle a una persona que acumule trabajo sobre trabajo, día tras día, sin descansos periódicos de Sabbat. Hay pocas cosas más importantes que debe considerar una comunidad de ministerio espiritualmente saludable que los límites de tiempo que Dios diseñó para su creación desde el inicio.

Los límites del tiempo es un argumento más para que el ministerio siempre se haga en comunidad, para que ningún líder intente o se le asigne hacer más de lo que responsablemente puede hacer, mientras también le da el enfoque apropiado a las otras cosas a las que Dios lo ha llamado. Una comunidad de liderazgo espiritualmente saludable siempre hace su trabajo con los límites de tiempo diseñados por Dios en perspectiva.

3. Tienes energía limitada

Permíteme decirlo desde el comienzo: ninguno de nosotros es infinito, autosostenible, autosuficiente o auto rejuvenecedor. Todos somos paquetes de energías limitadas acoplados con debilidades y sostenidos por gracia divina. Así que una comunidad de ministerio espiritualmente saludable que produce fruto de largo tiempo para el ministerio es consciente de que cada líder es creado por Dios como una dualidad. No somos una comunidad de almas sin cuerpos. Todo lo que eres y todo lo que haces es formado por el hecho que eres tanto espiritual como físico. Al escuchar las conversaciones de la iglesia y del ministerio de la comunidad de liderazgo, escucho mucho sobre la salud espiritual pero poco sobre la salud física. Por el plan de Dios, tú y yo tenemos energía limitada, y no administrar nuestro ser físico debilitará seriamente cualquier energía natural que tengamos.

Una comunidad de liderazgo espiritualmente saludable se preocupa no solo por la salud espiritual de sus líderes, sino también por su bienestar físico.

La salud física debe ser parte de la conversación y la responsabilidad compartida de cada miembro de la comunidad de liderazgo. Así como nos preocupamos por la salud espiritual de los demás, también deberíamos preocuparnos y cuidar de la salud física de los demás. Esto no debería ser un tema tabú. No debería ser visto como intrusivo. Los líderes no deben resistirse ni ponerse a la defensiva cuando este tema es puesto sobre la mesa. Es una de las formas a las que somos llamados a amar y pastorear a los demás. Aquí es donde las palabras de Pablo en 1 Corintios 9:24-27 son interesantes, en que, como parte de su llamado al evangelio él mantiene su cuerpo bajo control. Puedes estar pensando, ¿control a qué? ¿para qué? La respuesta es, control al Cristo del evangelio, para el bien de la propagación del evangelio. Lo que Pablo está diciendo es que hasta que el Señor regrese, nosotros tendremos pasiones que colisionan en nuestros corazones. Quizás mi pasión por la comida está colisionando con mi pasión por invertir mis energías en el ministerio del evangelio. Quizás mi pasión por relajarme está colisionando con el estado físico que necesito para levantarme y luchar espiritualmente todos los días.

Para terminar la carrera y no ser descalificado, todos debemos decir no a las pasiones del cuerpo, para que podamos correr la carrera del ministerio o de liderazgo a la que hemos sido llamados a correr. Traer nuestro cuerpo a sujeción no empieza con dietas ni ejercicios, comienza con la búsqueda y la confesión de ídolos del corazón que interfieren con la disciplina a la que hemos sido llamados y a la que la gracia hace posible. Mira, la administración de nuestro cuerpo físico no es una adición a nuestro llamado al ministerio del evangelio; es una parte significativa de ello. Una comunidad de liderazgo espiritualmente saludable se preocupa no solo por la salud espiritual de sus líderes, sino también por su bienestar físico.

4. Tienes madurez limitada

La madurez espiritual limitada de cada miembro de la comunidad de liderazgo necesita ser la suposición de todos en esa comunidad. A lo que me refiero con esto es que cada líder es una persona en medio de su propia santificación. No importa cuánto tiempo hayamos estado en el liderazgo del ministerio, no importa cuán bien entrenado, no importa cuán teológicamente maduro, todos seguimos aún en necesidad del futuro desarrollo espiritual. Todos tenemos puntos ciegos. Todos tenemos áreas de susceptibilidad a la tentación. Cada uno de nosotros tiene debilidades de carácter. Todos todavía necesitamos del poder de rescate, convicción y transformación del evangelio.

Una comunidad de liderazgo espiritualmente saludable participa en el crecimiento espiritual continuo de cada uno de sus miembros.

Entonces, una comunidad de liderazgo no debe hacer suposiciones sobre sus líderes que los alejan de tener preocupación del evangelio por los demás y conversaciones sinceras en la comunidad. Las comunidades de liderazgo necesitan comprometerse a pastorear a cada miembro de la comunidad. No podemos permitir que ningún miembro viva en aislamiento y separación. Dios nos ha llamado no solo al trabajo externo del ministerio del evangelio sino también al liderazgo “del uno con el otro”. Es mi experiencia, al haber tratado con pastores caídos y desanimados, que alrededor de ellos había una comunidad de liderazgo débil o disfuncional que había fallado, en amor y cuidado pastoral, en proteger a ese líder de sí mismo.

Cada líder debe ser objeto de discipulado contínuo, cada líder necesita por momentos ser confrontado, cada líder necesita el consuelo del evangelio, cada líder necesita ayuda para ver lo que no podría ver por su cuenta, y cada líder necesita que le concedan el amor y el ánimo para tratar con los artefactos de la vieja naturaleza que aún siguen en él. Si esto es así, entonces no podemos estar tan ocupados visualizando, diseñando, manteniendo, evaluando y rediseñando el ministerio, que tenemos tan poco tiempo para preocuparnos por las almas de los que están liderando este trabajo del evangelio. Una comunidad de liderazgo espiritualmente saludable participa en el crecimiento espiritual continuo de cada uno de sus miembros.

Viviendo con límites

Hasta que estemos en el otro lado, ministraremos, relacionaremos y viviremos con límites. Esos límites no se ponen en el camino de lo que Dios quiere hacer a través de nosotros, porque todos ellos son el producto de su sabia y amorosa selección. A lo que Él nos llama es posible hacer dentro de los límites que Dios ha establecido y que no podremos escapar exitosamente. Así que es parte de nuestro llamado del evangelio tener esos límites ante nuestros ojos y en nuestras conversaciones en la comunidad de liderazgo. Debemos resistir la tentación de querer vivir fuera de esos límites o querer hacer la suposición de que todos estamos lidiando con nuestros límites en formas que son humildes y sabias. Dios no tiene miedo de llamar a personas limitadas al liderazgo del evangelio, entonces nosotros no debemos tener miedo, con humildad y esperanza del evangelio, de poner esos límites sobre la mesa, no solo una vez, sino una y otra vez, sabiendo que necesitaremos mantener este compromiso hasta que el trabajo de Dios sea completo en nosotros.

Por: Paul David Tripp

Fuente: Dear Pastor You Need To Recognize Your Limits

Traducido por: Mariafernanda Artadi 

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