Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

agua de vida

¿Qué significa recibir a Jesús en mi vida?

Juan 3:16 es el versículo más famoso de la Biblia. Su familiaridad también significa que fácilmente puede deslizarse a ser una jerga cristiana que podamos decir. Lo asumimos. Pero el versículo es asombroso, y en este verso llegamos a entender lo que significa recibir a Jesucristo en nuestras vidas.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único).” Los Musulmanes, y otros, tropiezan con la idea de que Dios tiene un Hijo. Así que déjame decir algunas cosas y, tal vez, decirlo en una manera específica con versos que pueda ayudarle a tu amigo que tropieza con esto.
Dios no tuvo relaciones sexuales con María para tener un hijo. Usted escucha esto alrededor de todo el contexto del mundo Musulmán. Regresemos al capítulo 1 donde vemos el entendimiento básico que Juan ha establecido para nosotros, sabiendo que esto es algo extraño, es extraño decir: que Dios tiene un Hijo. Esto es algo extraño para decir.
Nosotros, los cristianos lo hemos dado por hecho por décadas, pero una persona nueva que nunca se ha tropezado con el Cristianismo y escucha que Dios tiene un Hijo, no tendrá ni idea de cómo concebir tal cosa. Él debe haber tenido relaciones sexuales con alguna diosa o algo, ¿tú sabes?. Así que Juan sabe que esto vendría. Juan nos está ayudando aquí. Él no nos está dejando a la deriva con una confusión conceptual acerca de cómo pensar sobre esto.
Así que aquí está Juan 1:1; “En el principio ya existía (era) el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.” Ahora, hasta el momento no se menciona ningún hijo, sólo el Verbo (la Palabra). Y él dice tres cosas acerca de la Palabra.

  1. Él es Dios. La Palabra era Dios.
  2. Él está con Dios y, por lo tanto, distinto de Dios. La Palabra estaba con Dios.
  3. Él siempre ha existido y no llegó a existir porque Él era Dios. “En el principio ya existía (era) el Verbo (la Palabra).”

Esas son las tres declaraciones en gran manera importantes y absolutamente claras como el cristal del versículo 1. Usted no necesita una educación en el Seminario para ver eso. Esas son simples, directas, gigantescas y misteriosamente importantes.
Ahora saltamos a Juan 1:14; “El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre.” Ahora usted tiene una idea sobre el Hijo. No es algún producto de una unión sexual con una diosa o María. Este es el Verbo (la Palabra). Y ahora sabemos algo acerca del Hijo. El Hijo es Dios. Él es Dios.
Sabemos que Él está con Dios y por lo tanto distinto de Dios, es por ello que Él es llamado Hijo. Y el que lo envió es llamado Padre.
Esta relación siempre ha existido y nunca tuvo un principio. Es difícil de concebir. Los niños pequeños te preguntarán: ¿De dónde vino Jesús? ¿De dónde vino Dios? ¿Cómo empezaron? Y no hay un respuesta a cómo empezaron, porque ellos no empezaron. Esta es la realidad más alucinante que existe en el mundo. Dios como Padre, Hijo, y Espíritu Santo, una sola esencia divina, un naturaleza divina en tres personas: Padre, Hijo, y Espíritu, que existen en una relación de pureza infinita y gozo por siempre – sin final ni principio. Eso es lo que Él envió.
Cree. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree…”
En Juan 1:11-12 hay otra palabra que se usa para explicar el creer: “A lo Suyo vino, y los Suyos no Lo recibieron. Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre.” Así que recibir a Jesús es otra palabra que se usa para describir el creer. Por lo que creer y recibir se interpretan el uno al otro. Tú puedes preguntar: ¿Qué significa recibir? Creer. Y ¿Qué significa creer? Significa recibirle.
Ese punto es inútil sin el siguiente. Espero que usted no esté entre las personas que dicen esto a su alrededor usando jerga religiosa sin sentido. Decir: “Recibí a Jesús,” no significa nada hasta que haya respondido la pregunta: ¿Como qué? ¿Como un invitado no deseado en su casa al que va a envenenar? ¿Una persona que ha dejado entrar porque él quería trabajar en el horno y usted lo ha dejado ahí y no quiere hablar con él?
Hay todo tipo de maneras de recibir a Jesús que tienen un efecto nulo en su eternidad, excepto para empeorar su situación. Así que el último punto es: ¿Como  qué? ¿Recibirlo como qué? Y seguramente la respuesta a esa pregunta es: Recibirle como Él es – no lo que piensas que Él es o lo que alguien te dijo que Él es o lo que te gustaría que Él sea – sino como lo que Él es.
Hay muchos versos que describen quién es Él – como todos ellos, casi. Pero aquí hay uno.
Juan 6:35, “Jesús les dijo: ‘Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed.’”
Yo soy el pan.
Yo soy el agua.
Si crees, me recibes como eso: pan para tu alma, agua para tu alma.
Tu corazón es una fábrica de sed. Te despiertas con sed, te vas a dormir con sed, tienes sed de mil cosas. Y Jesús dice, “Yo soy el tipo de Salvador que, si tú bebieras aquí, tu sed sería satisfecha. Todas ellas. ¡Por siempre!”
Tu corazón tiene hambre. Si comes, no tendrás esas ansias de carcomer que ha arruinado tu matrimonio. Esas ansias están arruinando tu vida sexual. Te están haciendo codicioso y deshonesto en el trabajo. Estás controlado por esas ansias y esos anhelos – porque Jesús es el pan – y cuando lo recibes como un niño de seis años, lo recibes como un boleto para salir del infierno. El cual llevas contigo en el bolsillo trasero y, francamente, cuando te sientas, te hace sentir incómodo. Eso no es recibirlo como Salvador.
Él es Cristo, Hijo de Dios, Salvador, quien remueve la ira, perdonador del pecado, proveedor de justicia, quien satisface el alma, quien fortalece. O, ¡¿Qué no es Él para nosotros?! “Todo en todo,” como lo llamó Pablo (Efesios 1:23). Cuando crees, que es eso lo que recibes. Eso significa que el resto de tu vida estás creciendo en eso. Lo que significa que recibir el evangelio es la manera de resolver cada problema en tu vida: problemas conyugales y problemas de salud y cualquier otro problema.
Llámale a Él, “Necesito más. Necesito más. Tú eres todo lo que necesito. Me sacie ayer. Y te estoy siguiendo hoy. Así que estoy de vuelta en la fuente del evangelio donde la sangre me compra aunque sea un idiota.”
Autor: John Piper. © Desiring God Foundation.
Fuente: what-does-it-mean-to-receive-jesus-into-my-life
Traducido por: Daniel Elias

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