
¿Qué podemos decir a amigos que enfrentan el sufrimiento?
Una pregunta difícil la de hoy de un oyente del podcast, Joseph de Pleasanton, California. “Hola pastor John, mi amigo ha estado sufriendo de fibromialgia extrema durante tres años. Él describe la experiencia como la sensación de cuchillos apuñalándolo, de fuego quemándole, y de treinta personas golpeando su cuerpo diariamente y constantemente. Día y noche sucede esto, sin cesar. Él y su familia han estado orando desesperadamente por sanidad y buscando todas las vías de tratamiento, pero sin resultados. Aunque ellos son una familia que ama a Jesús, que cree en la Biblia, que está involucrada en misiones, ellos están teniendo un tiempo difícil aferrándose a la bondad de Dios. El sufrimiento de Cristo acabó después de unas horas, pero mi amigo ha estado sufriendo por años, con pocas esperanzas de recuperación por el resto de su vida. Sé que hay muchos buenos libros y videos que enseñan acerca de conocer la bondad de Dios en el dolor y el sufrimiento y sobre el esperar en la siguiente vida, pero ¿cuál sería el consejo bíblico práctico para animar a esta familia?”
La primera cosa que diría es, no dejes que su sufrimiento te aleje. Es fácil llegar a estar cansado de compartir el sufrimiento de alguien. Sin embargo, Pablo nos dice en Gálatas 6:2 que la ley de Cristo se cumple precisamente en esto, que llevemos las cargas de los otros. Considéralo un ministerio hermoso en el nombre de Jesús, para la gloria de Jesús, por el poder de Jesús, el estar firme en tu amistad y tu presencia personal. Esa es la primera cosa que diría.
Todo sufrimiento es único
La segunda cosa que diría, y estoy seguro que es casi demasiado obvia la necesidad de decirlo, es que no des la impresión de que has pasado por esto por tu cuenta y que puedes empatizar. Incluso si has sufrido mucho, todo sufrimiento es único — absolutamente único.
Hay cosas acerca de esto que nadie más ha probado de la misma manera. Por lo tanto, el consuelo que demos no debería incluir declaraciones acerca de nuestro sufrimiento y nuestra propia capacidad de empatizar — “Sé lo que estás pasando”, o algo similar a eso. No lo sabemos. Es casi inútil decir eso. Si tienes la capacidad de enfatizar, y suena como si la tuvieras, será visto y conocido por tu presencia, tu paciencia y tu compasión.
Sigue orando
Yo diría que no te rindas de orar pacientemente por alivio y sanidad. A veces, sólo nos conformamos con orar por la enfermedad y hemos orado tanto tiempo que hemos renunciado a la esperanza de la sanidad. A menos que tengas un palabra bastante clara del Señor respecto a eso, no te des por vencido.
[Tweet “”No dejes que el sufrimiento te aleje. Es fácil llegar a estar cansado de compartir el sufrimiento de alguien.””]
A fin de evitar las vanas repeticiones, que a veces tememos — como “He orado por esto con mucha frecuencia. Simplemente suena como una vacía y vana repetición en mi oración” — a fin de evitar eso, pide por tipos específicos de alivio día a día.
Tal vez haya una herida especial que simplemente no sana, pon tu mano en ella gentilmente y ora: “Dios, sana esta herida”. O tal vez sólo no han sido capaces de dormir por tres noches. En eso debe enfocarse tu oración. O tal vez es alguna carga familiar, algún niño que está aumentando la carga, o algún padre, o cónyuge.
Pero nunca dejes de orar a Dios por su alivio misericordioso en la presencia de esas personas. Siempre hay alguna medida de alivio que ellos podrían tener incluso si la enfermedad completa no es quitada. Jesús dijo hagan con otros así como queremos que hagan con nosotros (Mateo 7:12). Todos odiaríamos vivir en constante dolor. ¿Cómo no podemos pedir que haya alguna medida de alivio?.
Sufrimiento y pecado
Aquí está la cuarta cosa que diría. Esto es bíblico y teológico, pero tienes que discernir el momento adecuado para decirlo. Recuerde a su amigo y a su familia que el sufrimiento, aunque sea debido al pecado universal de la humanidad, no siempre es debido a un pecado específico en el que sufre. Por lo tanto, este sufrimiento no necesita ser una acusación de algún pecado particular en su amigo.
Para mí, uno de los pasajes más sorprendentes y estimulantes acerca del sufrimiento está en Hebreos 11, donde el autor dice que los grandes triunfos sobre el sufrimiento son dados a través de la fe, y la gran resistencia al sufrimiento es dada a través de la fe. Lee este pasaje, y señalaré dónde ocurre la transición: “Quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada. Siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección” (Hebreos 11:33-35). Pare. Sin comentarios. Si paraste justo allí, diría: “Caray, la vida cristiana es triunfo, triunfo, triunfo, triunfo.”
“Cristo sufrió para que todos tus sufrimientos puedan ser pagado con interminables eras de felicidad en su presencia.” Click To Tweet
Sin ninguna explicación, la siguiente cosa que sale de su boca es: “Otros fueron torturados, no aceptando su liberación a fin de obtener una mejor resurrección. Otros experimentaron insultos y azotes, y hasta cadenas y prisiones. Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a espada. Anduvieron de aquí para allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras; destituidos, afligidos, maltratados” (Hebreos 11:35-37). Todo esto se dice que es por la fe. Por fe, ellos hicieron tales cosas. Aquellos que vivieron sus vidas en la más absoluta miseria fueron campeones de la fe, así como aquellos que experimentaron milagros de liberación fueron campeones de la fe.
Mi punto aquí para animar a la familia de su amigo es que encuentre maneras regulares de recordarles que hay una corriente de pensamiento entera en la Escritura sobre el sufrimiento de los justos, no sólo del sufrimiento de aquellos que necesitan castigo, y eso cambiará la manera en que se lucha la batalla.
Tal vez el mejor ejemplo que todos pensarían del sufrimiento del justo es Job, porque Job es considerado el hombre más justo del oriente. Eso es lo que la Biblia dice de él (Job 1:1). Sin embargo, Dios permitió que Satanás lo afligiera con terribles llagas — fibromialgia, tal vez, sin siquiera saberlo. No sabemos cuánto tiempo duraron estas llagas, pero Job fue llevado al borde de la incredulidad por ellas, y Dios apareció junto a tiempo en los últimos capítulos para mantener a Job lejos de la desesperación.
El libro de Job nos fuerza a hacer dos cosas. Nos fuerza a llegar a un acuerdo con el hecho de la absoluta soberanía de Dios sobre nuestro sufrimiento, aunque Satanás tuviera una mano en ello. Al final del libro, en Job 42:11, el escritor inspirado dice esto: “Entonces todos sus hermanos y todas sus hermanas y todos los que le habían conocido antes, vinieron a él y comieron con él en su casa; se condolieron de él y lo consolaron por todo el mal que el Señor había traído sobre él.”
“No te rindas de orar pacientemente por alivio y sanidad.” Click To Tweet
Aunque Satanás fuera la causa inmediata de la horrible enfermedad de Job, y es correcto y bueno siempre resistir al diablo y orar por alivio de sus ataques, sin embargo, siempre nos sometemos al hecho de que Dios es soberano sobre Satanás.
Lo que Dios permite, lo hace con sabiduría y con buenos propósitos. Esa es la segunda cosa que vemos en Job; es decir, que por la gracia de Dios, podemos realmente llegar a ver los propósitos de Dios como compasivos y buenos, porque eso es exactamente la manera en que Santiago habla acerca de Job. Él dice: “Hermanos, tomen como ejemplo de paciencia y aflicción a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. Miren que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron (perseveraron). Han oído de la paciencia (firmeza) de Job, y han visto el resultado del proceder del Señor, que el Señor es muy compasivo y misericordioso” (Santiago 5:10-11).
Ora por milagros
La última cosa que diría es que esté en ferviente oración por dos milagros: siempre por el milagro de la sanidad y el alivio físico por un lado, y el milagro de ver y sentir la mano de Dios como compasiva y misericordiosa. Ese es un milagro en igual posición que la sanidad.
Cristo sufrió indeciblemente para que los pecados de tu amigo puedan ser perdonados, y todo sus sufrimientos puedan ser pagados con interminables eras de felicidad en la presencia de Dios. Ora para que él crea y descanse en eso.
Por: John Piper © Desiring God Foundation.
Fuente: “What Can We Say to Friends Facing Suffering?”.
Traducido por: Daniel Elias.
Deja un comentario