
Por Su Muerte – Ep. 3
3. Por Su muerte sabemos como producir mucho fruto.
“Jesús les respondió*: «Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo; pero si muere, produce mucho fruto.” Juan 12:23-24
Habrán momentos en la vida donde parece que al someterse a Jesus y a Su camino significan que tus sueños van a morir. Alguien leyendo esto lo está viviendo, o posiblemente pronto lo vivirá. Nosotros tenemos nuestros planes y convicciones sobre cómo podemos ser felices, fructíferos, y útiles. A veces pasa de repente, con una llamada al medio de la noche, o una revelación sorpresa de un ser querido. O quizás sucede con el paso de los años, en la madrugada estás pensando sobre un comentario que escuchaste en el día, parece que por fin conectas los puntos y descubres que tus amistades no eran lo que imaginabas.
Un romance o relación que el mundo piensa que está bien, pero tú te estás empezando a dar cuenta que nunca podrá ser algo que Dios vaya a bendecir o redimir. Un ministerio tuyo o llamado tuyo que los demás no reconocen. Quizás es una enfermedad o situación familiar que te detiene. O un noviazgo que no llega a nada – y te estás preguntando, “¿Para qué fue todo eso?”. El plan que tenías para tu vida quedó frustrado. Se siente como un ataque personal, como si parte de ti fuese a morir. Casi siempre conduce a la amargura, vergüenza, parálisis, la amistad se vuelve cada vez más superficial y distante.
Hay otra manera de producir fruto. Sabemos que existe por la muerte del Señor Cristo Jesús en la cruz. Quiero que lo veas en Juan 12:23-24. En el lapso de 24 horas Jesús será traicionado, clavado a la cruz, y asesinado (Él lo sabía lo que le esperaba, sabemos por lo que dice en los versículos 32 y 33) “Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado”. ¿Glorificado? La cruz, quizá más que un método de crucifixión era pura humillación pública. Le arrancaba la dignidad a las personas – en última instancia humillados por la muerte o por su incapacidad de llenar sus pulmones con aire. Y aún Jesús dijo “es tiempo de que sea glorificado” ¿Qué es lo que sabe Él que nosotros no sabemos?
En primer lugar, Él nos recuerda lo que le pasa a una semilla. Para que la semilla produzca algo aparte de sí misma, tiene que caer a la tierra, ser enterrada en el barro, desaparecer de la vida, arrugarse y morir. Al hacer esto, en el tiempo correcto, se producirá mucho fruto. Nuestra carne grita NO. Queremos proteger nuestros planes, supervisar los eventos, y por último controlar el resultado.
Jesus fue insistente, “Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará.” Mateo 16:25 y “Todo el que procure preservar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la conservará.” (Lucas 17:33)
Cantan la misma melodía. Juan el bautista comparte la manera para ser fructífero, “Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya” (Juan 3:30), o con Pablo “Pues nos regocijamos cuando nosotros somos débiles, pero ustedes son fuertes” (2 Corintios 13:9).
En segundo lugar, y más importante para nosotros, por la muerte de Cristo, nosotros sabemos que esto es mucho más que solo una enseñanza. Es una realidad tan sólida como una roca, porque es algo que Cristo hizo. Él lo eligió – “Nadie me la quita, sino que Yo la doy de Mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de Mi Padre».” (Juan 10:18)
Por su muerte, sabemos cómo producir mucho fruto. Decimos NO a nuestra carne y SÍ a Dios. Oh que Dios se complazca al liberarnos de nuestras prisiones sofocantes de autoprotección, para que seamos verdaderamente fructíferos.
Por: David Bhadreshwar
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