Por Su Muerte – Ep. 26

26. Por su muerte sabemos que la hora de las tinieblas no será para siempre

“Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles.”
2 Timoteo 3:1

“… pero esta hora y el poder de las tinieblas son de ustedes.”
Lucas 22:53

“Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección.”
Romanos 6:5

Este último mensaje ha llegado a significar mucho para mí. Quizás como este año cumplo 50 años, el último domingo marcó 18 años en el campo misionero. Parece que me he hecho más frágil emocionalmente, es menos fácil quitar el pecado y sus efectos. Orgullo, miedo, sospecha, flojera, resentimiento, envidia, y frustración mancha incluso a las mejores comunidades. La mutilación implacable de preciosas comunidades, matrimonios, hogares, relaciones, cuerpos instan al abandono de la esperanza. Las tragedias se desencadenan, una tras otra; quizás muchas al mismo tiempo. Temporadas de desánimo, depresión y ansiedad paralizante aparentemente sin respuesta, descienden y hacen que el seguir adelante se sienta como un trabajo cuesta arriba. Un niño adulto rebelde, un miembro de la familia que destroza su matrimonio, algún nuevo dolor de corazón nos estira tanto hasta llegar al punto de quiebre.

Descubrimos que el Señor Jesús no dijo, “acuérdense de la esposa de Lot” por diversión. Ese Demas no fue el último en desertar porque estaba enamorado con este mundo. Ese “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía” era algo que nosotros y nuestros amigos más cercanos tenemos que confiar, en verdad, porque la hipocresía no es menos contagiosa de lo que era entonces.

“Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles.” 2 Timoteo 3:1 lo dijo como es, y estos “tiempos difíciles” de hecho duelen. Entonces, qué dulce se convierte Su Palabra en tiempos así. No lo estoy endulzando, sí, las cosas son duras, pero eso nunca significará que estés abandonado, tampoco que la felicidad no esté esperando. Algo que nos levanta de la ansiedad, de las quejas, y del parálisis.

Mira, permíteme mostrarte cuatro textos que entonan la misma nota:

“Porque Su ira es solo por un momento, pero Su favor es por toda una vida. El llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría.” – Salmo 30:5

“En verdad les digo, que llorarán y se lamentarán, pero el mundo se alegrará; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.” – Juan 16:20

“No temas lo que estás por sufrir. Yo te digo que el diablo echará a algunos de ustedes en la cárcel para que sean probados, y tendrán tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.” – Apocalipsis 2:10

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” – Hebreos 12:2

Sin embargo, cuando llega la hora de la oscuridad, las lágrimas pican de los ojos, y el pánico roe más cerca,  necesitamos saber que está viniendo la mañana en la que nuestro llanto será reemplazado por gozo, en la que nuestra tristeza se convertirá en gozo, que incluso a nosotros se nos dará la corona de vida, que la vergüenza de la humillación presente no nos definió. 

Por la muerte del Señor Cristo Jesús podemos saber que la oscuridad no durará para siempre. Mira conmigo Romanos 6:5 y sigue la lógica:

“Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección.” – Romanos 6:5

¿Cuál es el punto? Jesús fue asesinado, y parecía un fracaso, no? Ese no era el fin, lo era?, Él fue resucitado en gloria, o no? Siente la fuerza de esto, “ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección.” Para el hombre, la mujer, el niño, la niña que es unido a Jesús por medio de la fe, no importa que tan asfixiante sea la oscuridad, no durará para siempre. Nosotros estaremos unidos a Él en una resurrección como la Suya. Y sabemos esto por Su muerte en la cruz.

Por: David Bhadreshwar