Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

Por Su Muerte – Ep.24

24. Por Su muerte hay poder imparable para la misiones hasta los confines de la Tierra

“Y cantaban* un cántico nuevo, diciendo: «Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.” – Apocalipsis 5:9

Vivimos en un mundo grande, hay un montón de idiomas y culturas. Existen diferentes grupos de personas en la misma ciudad, cada uno con su propia historia y manera de ver las cosas. Ese es un punto verdadero, pero la Biblia enseña un horizonte más amplio. En la Biblia, y a lo largo de la historia, los cristianos han entendido que “ Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan” (Hechos 17:30), y que el Nombre de Jesús importa a cada ser humano, puesto que, “no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Así que cada ser humano necesita a Cristo Jesús. 

Misiones mundiales buscan ver a las personas “nacer de nuevo”, adorando a Jesús en cada área de sus vidas, y ver iglesias locales establecidas en cada comunidad del planeta. Esto no significa que cada persona va a ser salva, pero sí significa que va a ver personas de toda tribu, lengua, grupo étinico, y nación. Sabemos que esto va a pasar por la muerte de Cristo.

Misiones mundiales (a diferencia de “vivir misionalmente”) ha involucrado necesariamente que algunos cristianos dejen sus tierras, sus hogares, y vayan a otro lugar. Una vez que llegan ahí, tienen que aprender los suficiente del idioma y la cultura, para ser como Pablo y su equipo, quienes, “Teniendo así un gran afecto por ustedes, nos hemos complacido en impartirles no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, pues llegaron a ser muy amados para nosotros” (1 Tesalonicenses 2:8). EL evangelio debe ser anunciado de una manera que al menos sea comprensible, y las vidas deben ser compartidas de alguna forma real.

Tanto para Pablo como para los  cristianos desde entonces, la misión mundial ha implicado necesariamente, riesgo, dificultad y aflicción. Retos de salud, tanto física como mental, no son ajenos (o son comunes). La crianza de los hijos es complicada. Incluso asumiendo que las traducciones fieles y claras están disponibles, que la alfabetización es adecuada, que las guerras y pandemias no obstaculizan el encuentro con otras personas, anunciando “Cristo Jesús es Señor sobre todo”, es ofensivo en cada cultura. Identificarse como una persona-de-Jesús significa sospecha, rechazo, y pérdida material real en muchos países en la actualidad. Añadiendo a esto, hipocresía, orgullo, santurronería o fariseísmo, lujuria, codicia, y cualquier otro sabor del pecado inmundo, nunca están lejos. Las agencias de misiones y los misioneros pierden su camino. Las personas caen y no resuelven sus diferencias. Nadie disfruta ser malentendido, y para los misioneros transculturales esto es ineludiblemente su pan diario, independientemente del manejo del idioma.

A menudo parece un desperdicio sin sentido. En 1956 Jim Elliot y sus cuatro amigos fueron asesinados por la misma tribu con la que querían conectar. En 1866 el misionero galés Robert Thomas logró tirar algunas Biblias a orillas del río en Korea antes de ser golpeado hasta la muerte por una multitud. En 1839, dos misioneros de Londres en New Hebrides fueron asesinados, cocinados y comidos por caníbales antes de que su pequeño bote llegara a la orilla. Añádele a eso el precio de hacer lo que Pablo dijo y, “que nada les falte”. Las barreras pueden parecer muy altas, la resistencia muy atrincherada, la historia muy dolorosa, los recursos muy pequeños, que no tan pocos deben estar diciendo, “¿por qué molestarse? Hay mucho por hacer en estas partes. Cada uno a lo suyo, digo yo”

¿Por qué ir? ¿por qué enviar? ¿por qué mantener? ¿el Señor Jesús estará bien con nosotros si oramos ocasionalmente (de vez en cuando) pero no vamos ni enviamos? ¿se encogerá de hombros y dirá “no hay problema, no es para tanto”? 

“Digno eres…” Que los ángeles canten, pues es justo decir que es importante para los ejércitos celestiales. ¿Por qué digno? “PORQUE Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.” Por Su muerte sabemos que las misiones del mundo no son en vano, porque en Su muerte Él rescató personas por Su sangre. “Rescate” significa que Él pagó el precio necesario para liberarlos de la esclavitud, en este caso la esclavitud a la culpa del pecado, su poder y su presencia. Él hizo esto por las personas de TODA tribu. Él es el buen pastor que tiene “otras ovejas que no son de este redil; a esas también Yo [Él] debo traerla [debe traer]”. (Juan 10:16). 

Lo que falta es que las personas vayan y compartan el evangelio y compartan sus propias vidas. Este “vayan” no puede ser en vano, porque Él ya las ha rescatado por Su sangre. Tampoco puede ser sin gozo. “El Cordero que fue inmolado es digno” no es un canto fúnebre, y sabemos que esta redención trae gozo, pues, “hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:10).

Que el Señor Todopoderoso se complazca en mandar y sostener hombres y mujeres humildes en nuevas iniciativas (frescas y establecidas) en el mundo de las misiones, porque sabemos que no pueden ser en vano, y sabemos eso porque por Su muerte Él rescató a las personas de toda tribu.

Por: David Bhadreshwar

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