
Por Su Muerte – Ep. 20
20. Por Su muerte Jesus aun trae a los perdidos.
“Viendo el centurión que estaba frente a Él, la manera en que expiró, dijo: «En verdad este hombre era Hijo de Dios” – Marcos 15:39
Es verdadero e inexplicablemente hermoso que nuestro Señor le dice a las personas que VENGAN a Él. Los embajadores fieles son cuidadosos al traducir y proclamar el decreto real, “el que tiene sed, venga” (Apocalipsis 22:17). Eso es bueno, pero muchos de nosotros sabemos por experiencias amargas que la invitación no es suficiente. ¿A qué me refiero con eso?
¿Sabemos algo de la necedad y la dureza del corazón? Seguro que sí. En la Biblia, la necedad no tiene nada que ver con la habilidad intelectual, es una categoría moral. Lo bueno es visto como malo, y lo malo es visto como bueno. Es una ceguera tanto al peligro como a la belleza, y una fascinación por todo lo que es superficial, trivial y sobre todo perverso, con el “no hay Dios” con el resonar de un tambor. ¿Alguno tiene un hijo o hija necio? ¿Un vecino necio? ¿un esposo necio? Puede que esta última semana, te hayas dado cuenta de algún aspecto gravemente necio en tu vida y conducta. La insensatez de un corazón duro escucha el llamado de “venir” y responde algo como: “Mmm, gracias pero no, estoy bien como estoy, adios”. El necio está seguro de que le va bien, incluso cuando tambalea al borde del infierno. Las palabras no pueden describir la agonía de aquellos que ven como un alma va en camino a la autodestrucción delante de sus propios ojos. Agonía, sí, pero por la muerte de Cristo sabemos que la esperanza existe, incluso en tiempos como estos.
La necedad dura y perdurable no puede y no tendrá la última palabra, Cristo Jesús trae a los perdidos y lo hace por medio de Su muerte. El centurión romano no se despertó ese viernes esperando adorar, pero el ver la muerte de Cristo lo cambió. ¿Acaso no fue este el cumplimiento de Juan 3:14-15 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna”?
Veo necedad en corazones rotos, comunidades rotas, y en familias por todas partes. Los ojos están cegados a Su gloria, y el dolor personal y los derechos pisoteados ponen mala cara y con justicia propia sofocan cualquier otro pensamiento.
Las palabras de nuestro Señor rugen esperanza sobre el caos de la humanidad. “Pero Yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a Mí mismo». Pero Él decía esto para indicar la clase de muerte que iba a morir” (Juan 12:32-33). Invitar no es lo mismo que acercar. Si Cristo solo nos invitara, nosotros no vendríamos, las excusas fluirían como agua.
Por Su muerte Él de manera activa trae a los perdidos, en verdad lo hace. Tu ser querido no seria ni la primera ni la última persona traída por la muerte de Cristo.
Me gustaría suplicarte para que creas esto, que consideres y proclames la muerte de Cristo Jesús, y orar que Él hará lo que prometió en traer a toda clase de personas, sí, incluso tu ser amado rebelde.
Pues por Su muerte Cristo Jesús trae a los perdidos.
Por: David Bhadreshwar
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