
Por Su muerte – Ep. 10
10. Por Su muerte se revela exactamente QUÉ opina el mundo de Dios.
“«¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!», gritaron ellos. «¿He de crucificar a su Rey?», les dijo Pilato. Los principales sacerdotes respondieron: «No tenemos más rey que César».” – Juan 19:15
¿Qué deberían esperar aquellos que siguen a Jesús en este mundo? Seguro que de vez en cuando habrán algunos raros malentendidos, pero en general, una vez que los demás se enteran de que eres una persona que sigue a Jesús, ellos te respetarán y todo irá como planeas, ¿cierto?
¿En verdad las personas “odian” a Jesús? ¿quién? Seguro que solo esos tipos malos hipócritas, hambrientos de poder. A la mayoría de la gente le agradaba, ¿cierto?. Él se conectó con el hombre trabajador, común, real y ordinario, ellos cubrían su espalda y Él podía contar con ellos. Nosotros hubiésemos estado ahí para Él. El mundo está lleno de buenas personas, una vez que las llegas a conocer. Todo eso suena bonito, pero no describe al mundo real. Por Su muerte sabemos qué esperar, y no andamos bajo ilusiones:
“Acuérdense de la palabra que Yo les dije: “Un siervo no es mayor que su señor”. Si me persiguieron a Mí, también los perseguirán a ustedes… “ Juan 15:20
“Si me persiguieron a Mí… “ Por Su muerte sabemos lo que verdaderamente piensa el mundo sobre Jesús:
“¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!” Ellos lo odiaban, tanto así que estos miles de judíos pura sangre; viviendo bajo opreción militar romana, se reunieron en la ciudad santa judía de Jerusalem para la gran ceremonia de la Pascua Judía, la cual los marcaba especialmente como judíos; afirmaron lo inimaginable: “No tenemos más rey que César”.
Los Sumos Sacerdotes lo odiaban:
“¿Qué les parece?». «¡Él es digno de muerte!», le contestaron. Entonces le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos; y otros lo abofeteaban” (Mateo 26:66-67).
Los soldados lo odiaban:
“Le escupían, y tomaban la caña y lo golpeaban en la cabeza” (Mateo 27:30)
La multitud lo odiaban:
“Pilato les dijo: «¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo?». «¡Sea crucificado!», dijeron todos. Pilato preguntó: «¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?». Pero ellos gritaban aún más: «¡Sea crucificado!»” (Mateo 27:22-23)
Los pasantes lo odiaban:
“Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Bah! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, ¡sálvate a Ti mismo descendiendo de la cruz!»” (Marcos 15:29-30).
Los principales sacerdotes y los escribas lo odiaban:
“De igual manera, también los principales sacerdotes junto con los escribas, burlándose de Él entre ellos, decían: «A otros salvó, Él mismo no se puede salvar” (Marcos 15:31).
Los que estaban siendo crucificados lo odiaban:
“Y los que estaban crucificados con Él también lo insultaban” (Marcos 15:32).
Esto es muy incómodo, puesto que está claro que personas inteligentes, sinceras y religiosas, muchas de las que habían alabado a Jesús hace unos cuantos días, se unieron en un veredicto común: “Tú no mereces vivir”. Por Su muerte sabemos lo que el mundo piensa de Cristo Jesús. Aún más inquietante, todos aquellos que se identifican con Jesús saben qué esperar del mundo. “Si me persiguieron a Mí… “ puedes sentir que sí lo hicieron, “también los perseguirán a ustedes… “. Ahora ya lo sabes.
Nosotros, la iglesia profesante, necesitamos recordar esto. Por alguna razón inexplicable, tenemos la idea de que si nos identificamos con Jesús, el mundo en general debería aceptarnos. Esto no encaja ni con la Biblia ni con la historia. El mundo siempre rechazará la autoridad del Rey Jesús.
Hermanos y hermanas, estamos en territorio enemigo. El mundo no puede decir, ni dirá, JESÚS ES SEÑOR sobre el matrimonio (“amor es amor… ), sobre la pureza en las amistades (“es una relación especial, la nuestra es la excepción, no lo entenderías), sobre la integridad personal en la sociedad (“unas cuantas mentiras blancas no dañan a nadie… ¡no te metas en mi camino!), o sobre lo que significa ser un hombre y no una mujer (¡Ni te atrevas a limitar mi libertad!), sobre el dinero (El dinero me dará vida, ne te lleves lo que es mío), y sobre miles de otros temas con los que lidiamos día a día. Por la muerte de Cristo Jesús en la cruz sabemos que el mundo dice: “¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!”, a nuestro Señor y a todos aquellos que se identifican con Él.
Hay un pensamiento final que se necesita aquí, está mal odiarlo, entonces ¿cuál es el opuesto? En Hechos 4:26-27 los cristianos primitivos vieron como el odio y rechazo hacia Jesús era el cumplimiento de Salmos 2. Salmos 2 tiene un toque varonil. No es suave. Rebelión fuerte, castigo fuerte, autoridad fuerte, servicio fuerte. La parte final del versículo 12 cae como sorpresa:
“… ¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugia”
Creo que se nos está diciendo como NO rechazar a este Rey. Refúgiate en Él y serás bendecido.
Refugiarse en el poderoso Rey Jesús es algo que todo creyente verdadero hace, y que el mundo nunca jamás hará, porque el mundo piensa que Cristo Jesús prácticamente no tiene valor alguno, y vemos eso claramente por Su muerte.
Por: David Bhadreshwar
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