
No sigas siempre tu conciencia
Tu conciencia es tu conocimiento de lo que crees que es correcto y equivocado. Es generalmente un instrumento confiable, así que como regla general deberías seguir tu conciencia.
Pero las reglas generales tienen excepciones. Esa voz en tu corazón no necesariamente es la voz de Dios. a veces tu conciencia puede estar teológicamente incorrecta. Ese fue el caso de los cristianos en Roma en la mitad del primer siglo. Algunos de ellos tenían una conciencia débil en tres áreas específicas:
- Sólo comían vegetales (Romanos 14:2, 21).
- Valoraban algunos días más que otros (Romanos 14:5a).
- Se abstenían de tomar vino (Romanos 14:21; ver también Romanos 14:17).
Así que puedes tener una conciencia débil en un área en particular – es decir, puedes estar teológicamente equivocado (pero sin ser herético) sobre un asunto en particular.
Los términos “fuerte” y “débil” usados en Romanos 15:1 implican que una conciencia fuerte es más deseable que una débil. ¿Por qué no quisieras que tu conciencia esté tan informada de las Escrituras como sea posible?
Calibrando tu conciencia
Pasar de una conciencia ‘débil’ a una ‘fuerte’ en un asunto en particular requiere que calibres tu conciencia. Al igual que puedes calibrar un reloj o una escala que está fuera de tono, es posible que necesites alinear tu conciencia con el estándar de la Palabra de Dios para que funcione con precisión.
Así que, ¿cómo sabes la diferencia entre pecar contra tu conciencia y calibrar tu conciencia?
- Pecas contra tu conciencia cuando crees que tu conciencia está hablando correctamente y sin embargo te niegas a escucharla.
- Estás calibrando tu conciencia cuando Cristo, el Señor de tu conciencia, te enseña a través de la Biblia que tu conciencia te ha estado advirtiendo incorrectamente sobre un asunto en particular, así que decides no escuchar más a tu conciencia en ese asunto.
Supongamos que tu conciencia te condena por comer tocino. Crees que los cristianos de hoy aún tienen que seguir lo que la ley mosaica ordena sobre la comida. El punto de vista teológicamente correcto es que el tocino es una comida de victoria que los cristianos bajo el nuevo pacto pueden disfrutar de la gloria de Dios. Pero si crees que es malo comer tocino, entonces estarías pecando si comes tocino.
Pero podrías calibrar, ajustar o entrenar tu conciencia ya que el tocino no es más un tabú para el pueblo de Dios (Marcos 7:18-19; Romanos 14:17; 1 Corintios 8:8). Incluso después de que estés convencido de que no es pecado comer tocino, tu conciencia puede advertirte la primera vez que comas tocino. Sin embargo, ignorar esa advertencia no es cauterizar tu conciencia sino calibrarla bajo el señorío de Cristo.
Un ejemplo bíblico
En su gracia Dios incluyó un ejemplo en la Biblia de alguien calibrando su conciencia en este mismo tema: Pedro en Hechos 10:9-16. Dios le dio a Pedro una visión de ciertos tipos de animales que el Antiguo Testamento prohibió comer a los judíos. El Señor Jesús le ordenø a Pedro: “mata y come.” La conciencia débil de Pedro se reveló contra esta orden: “De ninguna manera, Señor, porque yo jamás he comido nada impuro o inmundo.”
Cuando se trataba de comer animales impuros y la comunión con los gentiles, la fe de Pedro era débil. Pero debido a que el mismo Cristo le ordenó, él tenía que calibrar su conciencia para que pudiera tener la fe para aceptar la comida y las personas que antes no era capaz de aceptar.
Esa es la diferencia entre pecar contra y calibrar tu conciencia.
Por: Andy Naselli © Desiring God Foundation.
Fuente: “Don’t Always Follow Your Conscience”.
Traducido por: Daniel Elias.
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