
“Los unos a los otros” que no puedo encontrar en el Nuevo Testamento
Los mandamientos hermosos de “los unos a los otros” del Nuevo Testamento son famosos. Pero también es llamativo notar “los unos a los otros” que no aparecen allí.
Por ejemplo, santifíquense los unos a los otros, humillense los unos a los otros, escudríñense los unos a los otros, presiónense los unos a los otros, avergüéncense los unos a los otros, acorrálense los unos a los otros, interrúmpanse los unos a los otros, derrótense los unos a los otros, sacrifíquense los unos a los otros, deshónrrense los unos a los otros, margínense los unos a los otros, exclúyanse los unos a los otros, júzguense los unos a los otros, dirijan la vida del otro, confiesen los pecados los unos de los otros.
El tipo de Dios en el que realmente creemos es revelado en la manera en la que nos tratamos los unos a los otros. El evangelio amoroso de Jesús nos posiciona a tratarnos como realeza, y cada cosa no-evangelio nos posiciona a tratarnos como basura. Pero nosotros seguiremos avanzando horizontalmente en cualquier cosa que realmente creamos verticalmente.
Nuestras relaciones, los unos con los otros, revelan lo que realmente creemos, en lugar de lo que pensamos que creemos; nuestras convicciones en lugar de nuestras opiniones. Es posible para el evangelio mantenerse a nivel superficial de la opinión, incluso opinión sincera, sin penetrar al nivel más profundo de la convicción. Pero cuando el evangelio nos atrapa en nuestras convicciones, aceptamos sus implicaciones de todo corazón. Por lo tanto, cuando tratamos mal a otras personas, nuestro problema no es la falta de amabilidad superficial, sino más bien la falta de profundidad del evangelio. Lo que necesitamos no son solo buenas maneras, sino, por mucho, fe verdadera.
Entonces el mundo expectante empezará a sentir que el mismo Jesús ha llegado a la ciudad.
“Un mandamiento nuevo les doy: “que se amen los unos a los otros”; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros” (Juan 13:34-35).
Por: Ray Ortlund
Fuente: “One Anothers” I Can’t Find in the New Testament
Traducido por: Mariafernanda Artadi
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