Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

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La pieza central del propósito salvífico de Dios en el universo

¿Qué es la gloria de Dios? La Biblia habla de la gloria de Dios en dos maneras principales. En primer lugar, está la gloria intrínseca de Dios, que es la suma total de todas Sus perfecciones y atributos divinos. Esto es lo que Dios es, Su grandeza infinitamente vasta. Gloria en el Antiguo Testamento (kabod) originalmente significaba “peso”, “importancia”, o “significancia”. Esto representaba la impresionante magnificencia de ciertos objetos, como el sol ardiente o la majestad real desplegada por un rey. Por lo tanto, gloria llegó a ser usada para describir el magnífico esplendor y el impresionante resplandor de Dios mismo revelado al hombre.
En el Nuevo Testamento, la palabra para “gloria” es doxa, que significa “una opinión” o “una estimación” de algo. Cuando es usada para la reputación de alguien, significa: “importancia”, “grandeza”, “renombre”, o “significancia”. La gloria intrínseca de Dios es la revelación de la grandeza de Sus atributos divinos a Sus criaturas. Esto implica la magnificencia y la grandeza de Dios manifestada a los pecadores, especialmente en la salvación del hombre del pecado. Nadie puede añadir nada a la gloria intrínseca de Dios. Dios es quien es, nunca mengua, nunca aumenta, por siempre el mismo, el Gobernante soberano, omnisciente, omnipotente, omnipresente, lleno de verdad, lleno de sabiduría, amoroso, dador de gracia, misericordioso, justo, y vengativo. Es esta la gloria intrínseca que Dios se deleita en dar a conocer a Sus criaturas.
En segundo lugar, la Biblia también habla de la gloria atribuída de Dios, o la gloria que es dada a Él. Doxa también tiene que ver con la expresión de alabanza a Dios basada en la revelación de Su suprema majestad. La única respuesta legítima al despliegue de las perfecciones de Dios debe ser darle la gloria. El hombre debe llevar la alabanza debida a Su nombre. El hombre debe dar la adoración que le pertenece exclusivamente a Él. El despliegue de la gloria intrínseca de Dios causa que el hombre dé gloria atribuída a Dios. Cuanto más el hombre contempla la gloria intrínseca de Dios en la salvación, más el hombre atribuye gloria a Dios.
Esto es, entonces, la pieza central del propósito salvífico de Dios en el universo, la revelación y ampliación de Su propia gloria. Esto es lo que está en el centro mismo del ser de Dios, la apasionada búsqueda de desplegar Su propia gloria para Su propia gloria. Esto es lo que debería estar en el centro de toda vida humana, la promoción de la gloria de Dios, es decir, contemplar y adorar Su gloria. Esto es lo que es primordial en la salvación de cada pecador perdido, la revelación de la gloria de Dios, para que los pecadores puedan regocijarse en la gloria de Dios. No es de extrañar que Pablo escriba “Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A El sea la gloria para siempre. Amén.” (Romanos 11:36).
Por: Steven Lawson
Fuente: glory-god-focal-point-universe
Traducido por: Daniel Elias

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