Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

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¿Es Dios soberano sobre mi libre albedrío?

Bienvenidos otra vez a Pregunta al Pastor John, y empezamos esta semana con una pregunta de Tyson. “Hola Pastor John. Nos conocimos un par de meses atrás en una conferencia en Dallas. Estoy muy feliz de haberlo conocido. Mi pregunta es: Sabemos que Dios es soberano. ¿Cómo usa Dios su soberanía para el mayor bien, cuando nuestro libre albedrío tiene lugar? En otras palabras, ¿Usará Dios su soberanía para pasar por alto nuestro libre albedrío a veces para ejemplificar Su perfecta voluntad? Y si es así, ¿Realmente tenemos libre albedrío?” Pastor John, ¿cómo lo explicaría?
No estoy seguro de lo que Tyson quiere decir por libre albedrío. Y por lo que pueda que no sea capaz de responder la pregunta si quiere decir algo por libre albedrío que yo no creo. Así que vamos a intentar dar una definición y dejar que las Escrituras nos arrojen luz sobre este problema. Creo que Tyson tendrá la respuesta que busca, por lo menos la mejor que puedo dar.
La definición técnica del libre albedrío que crea controversias con aquellos que como yo creemos en la soberanía de Dios sobre la voluntad humana, no sólo es una declaración general sobre la soberanía de Dios, sino una declaración de la soberanía de Dios sobre la voluntad humana, esa definición es la siguiente: La voluntad del hombre es libre si él tiene el poder de la última autodeterminación.
Lo que quiero decir por última autodeterminación es que ningún poder fuera del hombre mismo tiene el control final o decisivo sobre lo que el hombre elige, por lo menos no cuando está actuando como un agente moral que debe dar cuenta a Dios. Ni otras personas, ni influencias, ni Dios mismo tiene el control decisivo sobre las decisiones de la persona. Dios, los hombres y la naturaleza pueden tener alguna influencia, pero su influencia no puede ser decisiva. Ellos pueden tener un tipo de causalidad, pero no la última causalidad o la causalidad decisiva o determinante. De lo contrario, el hombre no sería libre bajo esta definición que estoy exponiendo.
Así que los Wesleyanos y los Arminianos insisten en que para que una persona crea en Cristo y sea salva, una influencia divina, ciertamente, es necesaria. Ellos la llaman gracia preveniente: la gracia que ha venido antes de nuestra fe y, así, nos influencia hacia Cristo. Pero esta influencia en el entendimiento de los Wesleyanos y Arminianos no puede ser decisiva o determinante. La causa final, decisiva y última de nuestro creer en Cristo no es el Espíritu Santo. No es la gracia divina. Es nuestro propio aporte. Dios puede hacer que el proceso de la conversión empiece, pero la influencia decisiva o determinante es proporcionada por nosotros mismos. Esto es lo que se entiende por libre albedrío bajo esta definición. Es la última o decisiva autodeterminación.
Ahora bien, si eso es lo que Tyson quiere decir en su pregunta, no puedo responder a su interrogante porque no creo que tal cosa exista en algún lugar en el universo excepto en la voluntad de Dios. Sólo Dios tiene libre albedrío en el sentido de la última autodeterminación. Y aquí hay algunas razones por las que creo eso, debido a que no sé si Tyson está de acuerdo con eso o no.
Jesús habló sobre el por qué Judas no creía en Él. Juan 6:64-65 dice: “Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que Lo iba a traicionar (entregar). También decía: ‘Por eso les he dicho que nadie puede venir a Mí si no se lo ha concedido el Padre.’” En otras palabras, nadie puede venir a Jesús, es decir, nadie puede creer a menos que Dios le conceda la fe. Judas no vino a Jesús decisivamente, totalmente, salvadoramente porque no se le concedió a él.  Jesús dice, por el Padre. Y Jesús toma la verdad y la generaliza a todos nosotros y dice en este mismo verso: “Nadie” – no sólo Judas – “puede venir a Mi si no se lo ha concedido” – a menos que la venida decisiva sea concedida por – “el Padre.” Nadie tiene el poder de la última autodeterminación para ir por sí mismo a Dios. Dios da o retiene el poder de venir. Empujar a alguien hacia Dios no salvará a nadie. Lo que es dado por Dios es el venir a Él.
Otra razón por la que no creo que la última autodeterminación exista en los seres humanos es 2 Timoteo 2:24-25, donde Pablo dice que el siervo del Señor debe reprender “tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad.” Así que el arrepentimiento, es la otra cara de la moneda de la fe, con la fe en la otra cara de la moneda y esta fe abraza a Cristo; el arrepentimiento es volverse de abrazar otras dependencias falsas. El don del arrepentimiento es el regalo de la moneda. Es el don de rechazar la autosuficiencia y abrazar a Cristo. Es el regalo de la salvación. Y sin el don de Dios que haga que nos arrepintamos y creamos, nadie de nosotros sería salvo.
Otra razón es que Juan dice en 1 Juan 5:1, “Todo aquél que cree que Jesús es el Cristo (el Mesías), es nacido de Dios.” La fe basada en mi propia voluntad no produce el nuevo nacimiento. Todo lo contrario. El nuevo nacimiento produce la fe. La fe, por lo tanto, no es el resultado de la autodeterminación humana sino del nuevo nacimiento.
Una razón más entre muchas, muchas más: Proverbios 21:1 dice, “Como canales de agua es el corazón del rey en la mano del Señor; Él lo dirige donde le place.” Ningún rey en cualquier lugar de la tierra tiene el poder de la última autodeterminación. Así que no creo que tal cosa exista excepto en Dios. Dios es, en última instancia, autodeterminante, pero el hombre no es definitiva ni decisivamente autodeterminante.
Sin embargo, y creo que esto es lo que Tyson está preguntando, sin embargo, somos responsables, responsables de nuestras preferencias y nuestras elecciones. ¿Si Dios es soberano sobre la voluntad humana, somos responsables? Sí, lo somos. Y la Biblia lo dice una y otra vez. Nuestras elecciones son nuestras elecciones. Ellas son elecciones verdaderas. Tenemos una voluntad. Nuestra voluntad está activa. Somos agentes morales genuinos.
Nosotros, como Jesús dice: “de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.” (Mateo 12:36). De hecho, de todas nuestras preferencias, elecciones y comportamiento, según 2 Romanos 14:12, daremos cuenta. Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo. Los seres humanos no tienen la última autodeterminación y daremos cuenta a Dios por nuestras preferencias y nuestras elecciones.
Así que en lugar de hablar de la voluntad como libre o no, yo prefiero hablar de las personas como libres o no, porque esa es la manera en que la biblia lo hace, “Para libertad fue que Cristo nos hizo libres.” Pablo dice en Gálatas 5:1, Los cristianos somos libres de la esclavitud del pecado y de la exigencia opresiva de tener que alcanzar nuestra propia salvación.
Tal vez la mejor manera de terminar sería citar esta gran liberación de Romanos 6:17-18: “Pero gracias a Dios”, Eso es muy importante. Y esa es la manera en que deberíamos vivir como creyentes, con un corazón rebosante como este. ”Gracias a Dios, que aunque ustedes eran esclavos del pecado, se hicieron obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fueron entregados, y habiendo sido libertados del pecado, ustedes se han hecho siervos de la justicia.”
Por: John Piper © Desiring God Foundation.
Fuente: is-god-sovereign-over-my-free-will
Traducido por: Daniel Elias.

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