Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

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El arma favorita de Satanás contra ti

Superman es casi imparable. Digo “casi” porque él tiene una vulnerabilidad. La Kriptonita lo debilita, y demasiado de ella puede destruirlo. Tony Reinke está exactamente en lo correcto cuando dice: “la incredulidad es nuestra Kryptonita” (Newton on the Christian Life).
Nada en la tierra es más poderoso que el Espíritu Santo fluyendo a través de la fe de un discípulo de Jesús que ha nacido de nuevo (1 Juan 5:4). Nada. La fe es el superpoder más grande disponible para cualquier persona en cualquier lugar. A través de la fe, nada es imposible (Mateo 17:20). Cuando un cristiano está lleno del Espíritu, empoderado por la fe, él no puede parar y no puede ser detenido de hablar acerca de lo que ha visto y oído (Hechos 4:20). Ni siquiera la muerte puede silenciarlo (Hebreos 11:4).
Esto quiere decir que nada es más humanamente destructivo para el dominio de la oscuridad que un cristiano lleno de fe. A través de él, Jesús destruye las obras del diablo (1 Juan 3:8). La única cosa que las fuerzas de Satanás temen más que la fe vibrante de un cristiano, es la fe unificada, colaborativa y vibrante de una comunidad de cristianos.
Pero tenemos una vulnerabilidad: la incredulidad. Esta nos debilita y puede destruirnos. Y Satanás lo sabe muy bien.

Satanás está detrás de tu fe

Por lo tanto, el objetivo principal de Satanás en los miles de sus diversos ataques contra nosotros es acabar con nuestra fe. Su objetivo principal contra la iglesia es fragmentar la formidable fuerza de la fe unida y aislar a los creyentes, debilitando a la iglesia y haciendo a las personas más vulnerables (Hebreos 3:12-13, 10:25). Su fuerzas están empeñadas en estos objetivos estratégicos (Efesios 6:11-12).
La fe de un cristiano es el canal escogido por Dios para traer su salvación, santificación, fortalecimiento, sanidad, y llevar su gracia al mundo. Si Satanás puede debilitar nuestra fe, él puede inmovilizarnos. Si él puede destruir nuestra fe, él puede destruirnos. Pero si él no puede desarmar nuestra fe, Jesús lo destruirá a través de ella.
Esta es la razón por la que encontramos tan difíciles la batalla de la fe y la unidad de la fe (1 Timoteo 6:12; Efesios 4:13). Las apuestas son muy altas en esta guerra espiritual y la línea de batalla está encima de nuestra fe. Satanás está haciendo todo lo que puede para emplear el poder de la Kryptonita de la incredulidad contra nosotros. Esto es lo que está ocurriendo en todas nuestras tentaciones a la desobediencia, desánimo, dudas, distracciones, y divisiones. Satanás está tratando de debilitar y destruir nuestra fe y, a través de nosotros, la fe de otros.

Cuatro consejos para escapar del poder de la incredulidad de la Kryptonita

Yo lucho esta batalla todos los días. Y tengo ciertas vulnerabilidades a la incredulidad que son tan desconcertantes y desalentadoras que a veces quiero desaparecer y sólo rendirme. Necesito ayuda.
Superman no puede pelear contra la Kryptonita por su cuenta. Él necesita a alguien para ayudarle a escapar de su poder. Cuando se trata de la incredulidad, yo también. Y ese ayudador es el Espíritu Santo. A través de la palabra de Dios, a menudo por intermedio de otro creyente, el Espíritu Santo busca enfocar mi fe en la verdad de Jesús y alejarme de las mentiras de Satanás. Cuando esto sucede la fe se inflama y la incredulidad se evapora.
Dado que la incredulidad es tan peligrosa para nosotros, cuando sufrimos sus efectos, debemos tomar pasos urgentes para recibir la ayuda del Espíritu. En una reciente lucha contra la incredulidad, el Espíritu usó los siguientes cuatro medios para ayudarme. Tal vez ellos te ayudarán.

1. Miré la fuente de mi poder.

El caminar de Pedro en el agua es frecuentemente útil para mi (Mateo 14:28-31). Todo el tiempo en que su fe estuvo enfocada en Jesús, él era capaz de hacer lo humanamente imposible. Cuando su atención se centró en el viento y las olas, se hundió. Cuando me encuentro hundiéndome, siempre es evidencia de la incredulidad.
Así que le pedí a un amigo, en este caso mi esposa, que me ayude a enfocar mis ojos en Jesús. Hice esto de manera inmediata. Y el Espíritu ayudó a mi incredulidad (Marcos 9:24) a través de las promesas que mi esposa me ayudó a recordar.

2. Me empapé de las promesas que abordaban mi incredulidad.

Dejé a un lado las distracciones, me arrepentí de mi incredulidad, y me bañé en aquellas promesas hasta que su poder consolador tomó efecto en mi alma.

3. Continué “perseverando en la oración” (Colosenses 4:2).

Convertí las promesas en peticiones y no dejé de orar por ellas. Jesús dice que cuando permanecemos en él y su palabra permanece en nosotros, podemos pedir lo que queramos y será hecho (Juan 15:7). Siempre he encontrado verdadera esta promesa, pero también he aprendido a no apoyarme en mi propio entendimiento con respecto a su tiempo y sus maneras (Proverbios 3:5).
Dios responderá. Pero ya que Él a menudo está haciendo más en nosotros y a través de nosotros de lo que somos consciente, debemos confiar en Él. Permanecer firmes en la oración hasta que llegue la respuesta.

4. Recordé que mis debilidades muestran la fuerza de Cristo.

Esta batalla particular contra la incredulidad involucra las debilidades, desearía no tenerlas y no ser tentando a sentirme inútil (No estoy hablando de pecados, aunque tengo un montón de ellos, también). Sino que el Espíritu me ayuda a recordar que mis debilidades están donde el amor de Jesús muestra su fuerza (2 Corintios 12:9-10). Sin embargo no importa lo que la incredulidad utilice contra nosotros, incluso cuando cedemos al pecado, hay promesas superpoderosas que el Espíritu nos trae a la mente para ayudarnos a escapar (1 Corintios 10:13).
Ahora tienes otras maneras que has encontrado útil en la lucha por la fe, y espero que puedas compartirlas con los que te rodean.
Las batallas feroces contra la incredulidad demoniaca son parte normal de la vida cristiana. Esto es la guerra. Si la lucha no se torna intensa, es probable que no estemos comprometidos o haciendo algo amenazante contra Satanás. Pero si Satanás está luchando contra nosotros con la Kryptonita de la incredulidad, él nos percibe como una amenaza. Cuando te sientas marchitado, no te desanimes. Por medio de las promesas de Jesús, el Espíritu de Jesús te ayudará a superar el arma más letal de tu enemigo (Juan 16:33).
Por: Jon Bloom © Desiring God Foundation.
Fuente: “Satan’s Favorite Weapon Against You”.
Traducido por: Daniel Elias.

Hay un comentario publicado

  1. Blanca Hurtado dice:

    Muy lindo,me pasa lo mismo. y me aferro a la promesa No temas, yo estoy contigo.Tambien me acuerdo de Pedro.Y desde ahí aprendí a confiar más, a no desanimarme, y esperar en el tiempo perfecto de Dios,para alcanzar su voluntad y propósitos.

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