Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

amor

El amor sufre

Pregunta al apóstol Pablo: ¿cuál es el fruto del Espíritu?, y lo primero que dice es el amor (Gálatas 5:22). Pablo diría que el amor es el más grande fruto del Espíritu, así como dijo que el amor era el mayor don del Espíritu (1 Corintios 13:13).
Luego, pregunta a Pablo: ¿qué es el amor?, y ¿qué es lo primero que dice? “El amor es paciente” (1 Corintios 13:4). Ahora, no asumo necesariamente que esto significa que Pablo creía que la paciencia es la más grande cualidad del amor. Pero el hecho de que lo mencione primero en esta hermosa descripción del amor cristiano debe hacernos detenernos.

El amor versus la resistencia

¿Qué tenía Pablo en mente cuando escribió: “El amor es paciente”? La respuesta puede no ser tan obvia como parece.
Usamos el término paciencia para una amplia variedad de cosas: por ejemplo, para soportar a una persona generalmente difícil; para no perder la calma en el tráfico de hora punta; para inversiones financieras a largo plazo; para no gritar a nuestro hijo que está haciendo su enésimo berrinche en el mismo día o que ha dejado la leche en el mostrador por enésima vez; para trabajar constantemente para lograr ese grado; o para no pensar (o proferir) una maldición cuando el programa de software se cuelga, lo que requiere un apagado forzoso y perder nuestro trabajo no guardado.
Pero Pablo tenía un significado específico en mente cuando dijo esto. La versión Reina Valera 1960 (King James en inglés) nos da un poco de ayuda lingüística: “El amor es sufrido”. Al mirar la palabra griega que Pablo eligió es aún más útil, una versión de la palabra makrothymia.
A veces los traductores eligen traducir la palabra griega hypomonē como “paciencia” (por ejemplo: Lucas 8:15; Romanos 2:7; 2 Corintios 12:12; Apocalipsis 2:3). Pero hypomonē difiere de makrothymia. Hypomonē casi siempre se refiere a perseverancia o resistencia frente a circunstancias difíciles o dolorosas (piensa en Santiago 1:3). Pero makrothymia casi siempre se refiere al amor tolerante, perseverante y paciente hacia una persona. Es una forma de amor auto-sacrificial que ofrecemos a otra persona.

El amor sufrido de Dios

Esta palabra tiene connotaciones poderosas para Pablo. Como un judío, él entendía makrothymia — “el amor que sufre” — como uno de los rasgos más fundamentales del carácter de Dios. Porque cuando Dios reveló su gloria a Moisés en la montaña, Él proclamó:

“El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad (fidelidad).” (Éxodo 34:6)

La descripción de Dios se repite una y otra vez en el Antiguo Testamento (por ejemplo, Números 14:18; Salmos 86:15; Joel 2:13; Jonás 4:2). Y en el Antiguo Testamento griego (Septuaginta), que Pablo conocía como la palma de su mano, la frase “lento para la ira” se captura en una palabra griega: una versión de makrothymia.
Esta palabra es poderosa porque describe el amor increíblemente paciente de Dios hacia los pecadores. Dios fue amorosamente lento para la ira con el pecado continuo de los pueblos antediluvianos durante muchos siglos. Él fue amorosamente lento para la ira con los pecados horribles y grotescos de los pueblos cananeos durante muchos siglos (Génesis 15:16). Él fue amorosamente lento para la ira con la rebelión idólatra de Israel en el periodo de los jueces, y luego en el periodo de los reyes durante muchos siglos. Y ha sido amorosamente lento para la ira con el mundo malvado por muchos siglos desde que Cristo vino, “no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
Es por eso que Pablo utilizó makrothymia en oraciones como estas:

  • ¿O tienes en poco las riquezas de Su bondad y tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? (Romanos 2:4).
  • ¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? (Romanos 9:22).

Dios, que es amor (1 Juan 4:8), sufrió mucho tiempo por los pecadores. Y es por eso que aquellos que han nacido de Dios y conocen a Dios también sufren amorosamente por los pecadores.

Nuestro amor sufrido

Y así Pablo y otros escritores del Nuevo Testamento usan frecuentemente  makrothymia, porque:

  • Debemos recordar el tipo de paciencia misericordiosa, clemente, sufrida, lenta para la ira que Dios nos ha mostrado en Cristo. (1 Timoteo 1:16)
  • Por lo tanto, como Dios, debemos revestirnos “de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia (tolerancia)”; “soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes.” (Colosenses 3:12-13; Efesios 4:2; 1 Tesalonicenses 5:14; 2 Timoteo 4:2)
  • Y cuando Dios dirige nuestros caminos a través del dolor y la dificultad, debemos también tenerle paciencia sufrida y lenta para la ira. Esto no es porque Dios nos agravia en maneras que nos obligan a perdonarlo. Más bien, debemos recordar sus propósitos de redención con Abraham, Job, los profetas, y otros, para que nosotros como ellos, esperemos pacientemente (makrothymia) en Dios para obtener sus promesas, liberaciones y vindicación. (Hebreos 6:15; Santiago 5:10-11)

Esta es la razón por la cual lo primero que Pablo dijo acerca del amor en el gran capítulo del amor de la Biblia es que es paciente (1 Corintios 13:4). Él no se está refiriendo a la paciencia con inconvenientes (aquellos quizás encajan mejor bajo la categoría de “el amor no se irrita”, 1 Corintios 13:5). Él ni siquiera se refiere a la paciencia sufrida en medio de la aflicción (Apocalipsis 14:12). Él se refiere a la paciencia hacia las personas.
Y esta es una paciencia que sufre. Dios nos está llamando a amar a las personas que ha puesto en nuestras vidas, a pesar de que algunas de ellas hayan hecho o están haciendo una gran maldad. Debemos amarlas con amor makrothymia — amor que sufre.
El amor makrothymia no es permisivo; no tolera el pecado, el abuso, o la injusticia en el sentido de permitir esas cosas. Debemos confrontarlas. Pero lo hacemos en el espíritu de Éxodo 34:6 y en el poder del Espíritu de 1 Corintios 13, recordando que el amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” y que “el amor nunca deja de ser” (1 Corintios 13:7-8).
Un amor que nunca deja de ser es un amor que sufre.
Por: Jon Bloom © Desiring God Foundation.
Fuente: “Love Suffers Long”.
Traducido por: Daniel Elias.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: