
El amor es más que una decisión
Se trata de un ligero retroceso a un eslogan popular.
Hay verdad en decir, “el amor es una elección” o “el amor es una decisión”. Es cierto que si no sientes hacer el bien a tu prójimo, el amor te inclinará a “decidir” hacerlo de todos modos. Si sientes divorciarte, el amor te inclinará a “escoger” permanecer casado y trabajar en ello.
Si te echas para atrás del dolor de los clavos al atravesados en tus manos, el amor te inclinará a decir: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. Esa es la verdad que oigo en las declaraciones como: “El amor es una elección”, o “El amor es una decisión”.
Pero yo prefiero no usar esas declaraciones. Muchas personas oyen tres tendencias en ellas, que los que usan esas declaraciones no tenían la intención.
- Decir “amar es una elección” suena como la tendencia de creer que el amor es algo que está en nuestro poder llevar a cabo, incluso cuando no nos da la gana.
- Decir “amar es una decisión” suena como la tendencia de hacer la voluntad de uno – con sus decisiones – ser el agente moral decisivo en lugar del corazón, con sus afectos.
- Decir “amar es una elección” suena como la tendencia de poner un estándar demasiado bajo: Si puedes tener la voluntad de tratar bien a alguien, has hecho todo lo que deberías.
Estoy en desacuerdo con todas estas tres tendencias.
En su lugar, yo diría:
- Tanto en el nivel de desear hacer lo bueno, como en el nivel de estar dispuesto a hacer el bien que no deseamos, somos totalmente dependientes de la decisiva gracia de Dios. Todo lo que honra a Cristo – tanto los afectos como las decisiones – son regalos a los pecadores caídos (1 Corintios 4:7; Gálatas 5:22).
- Por debajo de la voluntad, con sus decisiones, está el corazón, que produce nuestras preferencias, y estas preferencias guían la voluntad. “El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca” (Lucas 6:45 NVI).
- Si nuestro amor es sólo una decisión, no es aún lo que debería ser.
Aquí hay algunos versículos de la Escritura que me hacen evitar la declaración: “El amor es una elección”, o “El amor es una decisión”.
El amor de Dios por su pueblo es más que una decisión.
“El Señor tu Dios está en medio de ti, Guerrero victorioso; Se gozará en ti con alegría, En Su amor guardará silencio, Se regocijará por ti con cantos de júbilo” (Sofonías 3:17).
“[Yo el Señor] Me regocijaré en ellos haciéndoles bien, y ciertamente los plantaré en esta tierra, con todo Mi corazón y con toda Mi alma” (Jeremías 32:41).
“Como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti” (Isaías 62:5 NVI).
“¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿Cómo podré entregarte, Israel?… Mi corazón se conmueve dentro de Mí, Se enciende toda Mi compasión” (Oseas 11:8).
Nuestro amor por Dios es más que una decisión.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37).
“En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida (manifestación)” (2 Timoteo 4:8). (Es decir, anhelamos que Jesús esté aquí, lo deseamos).
Nuestro amor por los demás creyentes es más que una decisión.
“Ámense los unos a los otros con amor fraternal” (Romanos 12:10 NVI).
“Ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1 Pedro 1:22).
“ Sea quitada de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos, insultos, así como toda malicia. Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo” (Efesios 4:31-32). (Estas dimensiones afectivas es lo significa “andar en amor” de acuerdo a Efesios 5:2).
“Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría” (2 Corintios 9:7).
“El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante…. no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido. El amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad” (1 Corintios 13:4-7).
Nuestro amor por nuestros enemigos es más que una decisión.
“Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen” (Mateo 5:44). (Una oración por nuestros enemigos para que sean bendecidos sin un deseo sincero de que sean bendecidos es hipocresía).
Es importante oírme decir: “más que una decisión”. No estoy negando que hay elecciones y decisiones cruciales que se toman en una vida de amor. No estoy negando que esas elecciones y decisiones son parte de lo que es el amor. Así que no estoy diciendo que las declaraciones “el amor es una elección” o “el amor es una decisión” son falsas.
Pero tengo celos de que la riqueza y la profundidad (e imposibilidad humana) de lo que es el amor en la Biblia no se pierda. Por eso este pequeño retroceso.
Por: John Piper © Desiring God Foundation.
Fuente: “Love Is More Than a Choice”.
Traducido por: Daniel Elias.
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