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Doce consejos de paternidad en la era digital

¿Qué es la generación iGen?
Los chicos entre 6 y 23 años entran en una generación que ahora se cataloga como post-millenial, generación Z o iGen. Quiero introducirte a la investigación sobre esta generación, luego procesar las implicaciones para pastores, líderes y padres: ¿cómo atendemos a los adolescentes en la era digital?
Para ser franco, no sé qué pecado es peor: la arrogancia de hablar en generalidades acerca de toda una generación, o el pecado de ignorar las tendencias de los datos. Con la ayuda de Dios, podemos evitar ambas cosas.
El término iGen es una etiqueta reciente asignada a los nacidos entre 1995 y 2012. Son 74 millones de estadounidenses, o el 24% de la población de este país, y la generación más diversa en la historia estadounidense. También es la generación más conectada digitalmente y adicta al teléfono inteligente. Los miembros de esta generación nacieron después que la Internet se comercializara en 1995. No tienen recuerdos previos a Internet. Cada uno de ellos entró (o entrará) a la adolescencia en la era del teléfono inteligente. Como padres, enfrentamos muchos desafíos al pastorear a estos adolescentes de la era digital.

Tendencias entre los adolescentes

Jean Twenge, psicóloga de la San Diego State University, ha escrito el estudio más sistemático acerca de la generación iGen. Ella operó el conjunto de datos, realizó las entrevistas, y ahora ha expuesto sus preocupaciones, las cuales publicó por primera vez en un artículo destacado para el Atlantic, con el impactante título «¿El teléfono inteligente ha destruido una generación?». El artículo era un extracto del libro que pronto apareció: iGen: Why Today’s Super-Connected Kids Are Growing Up Less Rebellious, More Tolerant, Less Happy — and Completely Unprepared for Adulthood (Generación iGen: Por qué los niños super-conectados de hoy crecen menos rebeldes, más tolerantes, menos felices — y completamente desprevenidos para la adultez).
'Los adolescentes son estadísticamente menos propensos a ir a fiestas, beber alcohol, fumar tabaco, o experimentar con el sexo.' Click To Tweet
Si Tom Hanks representaba a una generación en la película Big —niños impacientes por la adultez— la generación iGen es todo lo contrario: niños con la capacidad de posponer todas las transiciones a la adultez.
El extensivo estudio de Twenge resume las observaciones: los jóvenes iGens están seguros. Son la primera generación que crece con simulacros de tiroteos activos desde kindergarten. Son la generación más protegida por los padres. Por preferencia, son la generación de adolescentes más aislados. Si se toma toda la evidencia en conjunto, los adolescentes iGens están más propensos a ser hogareños. Comparados con las generaciones previas, los adolescentes iGens son estadísticamente menos propensos a ir a fiestas, tener citas, conseguir licencia de conducir, beber alcohol, fumar tabaco, andar en vehículo sin cinturón de seguridad, o experimentar con el sexo.
Ahora bien, muchas de estas tendencias son buenas, y deberíamos celebrar el alejamiento de la conducta alocada. Pero como dice Twenge, tomadas en conjunto, estas tendencias ofrecen un retrato de conductas que caracterizan a una generación de adultez retrasada y una adolescencia prolongada.

Cinco características de la generación iGen

Junto con esta adultez retrasada y adolescencia prolongada, la generación iGen se caracteriza por algunas otras cualidades:

1. Están naturalizados con los teléfonos inteligentes

Según un estudio, la edad promedio en que los niños reciben su primer teléfono en Estados Unidos ahora es 10.3 años. Muchos de estos teléfonos son heredados de la mamá o el papá, pero entre los 12 y 17 años, casi el 80% se identifica como usuario de un teléfono inteligente.

2. Siempre están en línea

Los adolescentes iGens pasan menos tiempo realizando trabajos, voluntariado, ocupados en actividades de estudio, y haciendo tareas. El resultado: pasan enormes cantidades de tiempo en casa y en línea. Prácticamente nunca están desconectados: impulsados hacia sus aparatos por la promesa social, las amistades y las relaciones.

3. Se están secularizando

Entre los iGens, alrededor de 1 de cada 4 no asiste a servicios religiosos ni practica alguna forma de espiritualidad privada. «Los jóvenes iGens están más propensos que cualquier generación anterior a ser criados por padres sin afiliación religiosa» (Twenge, 121). Obviamente, hay muchos creyentes en esta generación, pero 1 de cada 4 está totalmente secularizado.

4. Se perciben unos a otros a través de fragmentos

'La edad promedio en que los niños reciben su primer teléfono en Estados Unidos ahora es 10.3 años.' Click To Tweet
Usando una habilidad que Clive Thompson denomina «percepción del ambiente», resulta que estos adolescentes son buenos en tomar pequeños fragmentos aislados de las redes sociales —imágenes, textos, tweets específicos— y ensamblar esas piezas en una mejor comprensión mutua (Smarter Than You Think, 209–244). Para mí, se siente extraño conectar la vida en línea de alguien con su vida real cuando lo encuentro en persona. Los adolescentes son más naturales en esto. Aunque están separados, a través de las pantallas se conectan mediante esta percepción del ambiente. Aprenden el uno del otro, digitalmente, en fragmentos.

5. Son socialmente conscientes

Twenge argumenta que los millenials en el fondo son optimistas. Los iGens, quienes crecieron durante la Gran Recesión, son más pesimistas, más sensibles a la tensión social, y más impulsados a proteger a cualquiera que les parezca vulnerable. Como hemos visto, también pueden actuar según esta conciencia, evidenciada en la convocatoria de Parkland, el evento March for Our Lives, el National School Walkout Day, y el movimiento #NuncaMás. Los jóvenes iGens pueden ser hogareños, pero pueden convocarse. (Por supuesto, esto no carece de niveles de problemas, pues los adolescentes pueden acostumbrarse a presionar las agendas políticas de los adultos, como se señala en el reciente artículo de Alan Jacob «Contemporary Children’s Crusades»). No obstante, los iGens son socialmente conscientes, y esto desempeñará un importante rol en las elecciones de 2020 en Estados Unidos, en tanto que configura la manera en que los pastores y los padres interactúan con esta generación.

¿Qué desafíos enfrenta la generación iGen?

La idea por lejos más preocupante de la investigación de Twenge, y confirmada por otros, es el incremento en la depresión adolescente. Entre 2012 y 2015 —en solo tres años— la depresión entre los muchachos aumentó un 21%, y la depresión entre las chicas aumentó un 50%. Estas alzas se reflejan en las tasas de suicidio. «Después de descender durante la década de 1990 y estabilizarse en la década de 2000, la tasa de suicidio en adolescentes ha aumentado nuevamente. Un 47 por ciento más de jóvenes entre 15 y 19 años cometieron suicidio en 2015 que en 2007, y 2,5 veces más adolescentes entre 12 y 14 años se suicidaron» (Twenge, 110).
'Entre 2012 y 2015 la depresión entre los muchachos aumentó un 21%, y la depresión entre las chicas aumentó un 50%.' Click To Tweet
Es «la paradoja de los iGens: un optimismo y autoconfianza en línea que encubre una profunda vulnerabilidad, incluso depresión, en la vida real», escribe Twenge (102), y llega a decir: «No es exagerado describir a la generación iGen como una que está al borde de la peor crisis de salud mental en décadas. Gran parte de este deterioro se puede rastrear hasta sus teléfonos».
¿Quiénes son los iGens? Son socialmente conscientes. Poseen percepción del ambiente. Parecen confiados en línea. Nunca están desconectados. La tecnología amortigua y negocia sus relaciones. Y la tecnología aumenta su soledad y la tóxica comparación que les roba el sentido a sus vidas. Los padres saben la mayor parte de esto. Ellos veían estos problemas mucho antes que aparecieran libros acerca de la generación iGen.

Doce consejos para los padres de jóvenes iGen

Cuando hablamos de adolescentes y pantallas, tenemos que ser concretos. Así que quiero ofrecer doce sugerencias prácticas para incluirlas en las discusiones que ustedes ya están teniendo en sus iglesias y hogares.

1. Posponer las redes sociales todo lo posible

Las redes sociales plantean un dilema. La periodista Nancy Jo Sales escribió un fascinante (y atemorizante) libro titulado American Girls: Social Media and the Secret Lives of Teenagers (Chicas estadounidenses: redes sociales y la vida secreta de las adolescentes). En el libro ella relata una conversación cuando una adolescente le dijo a ella: «Las redes sociales están destruyendo nuestra vida». Entonces Nancy le preguntó: «¿Y por qué no te desconectas?». La joven respondió: «Porque entonces no tendríamos vida» (Sales, 18). Las redes sociales es donde los adolescentes buscan vida, y es lo que les cuesta la vida. Debemos ayudar a nuestros niños a ver esta paradoja. El abuso imprudente de las redes sociales les costará algo valioso.

2. Posponer los teléfonos inteligentes todo lo posible

Una vez que se introduce a los hijos al teléfono con conexión, con mensajes de texto y aplicaciones como Instagram y Snapchat, los controles parentales son prácticamente inútiles. Daré un ejemplo de cómo funciona esto.
'Las redes sociales es donde los adolescentes buscan vida, y es lo que les cuesta la vida. Debemos ayudarles a ver esta paradoja.' Click To Tweet
Tus hijos pueden estar expuestos a conversaciones sexualizadas y selfies de desnudos y puede que tú nunca lo sepas. Una vez más, en su libro, Nancy Sales investiga el preocupante fenómeno de las chicas que reciben fotos no solicitadas de chicos desnudos en sus mensajes de texto, a menudo como un primer paso para mostrar interés en ellas. Y los chicos suelen pedirles a las chicas que a su vez les devuelvan fotos de ellas desnudas. Obviamente, debemos advertir a nuestros hijos acerca de este fenómeno antes que ocurra. Pero prácticamente no existe un filtro parental que impida que una selfie de un desnudo llegue al teléfono de tu hijo o hija vía mensaje de texto o Snapchat, aun si tu hijo o hija no las pide. Y el 47% de los adolescentes usan Snapchat, una aplicación estrenada para enviar y recibir imágenes que expiran y «selfies desechables». En la era del teléfono inteligente, el sexting o sexo vía mensajes se ha vuelto «normativo» para la adolescencia. Estos son artefactos poderosos. Resiste la tentación de darle uno a tu hijo. Y no dejes los teléfonos viejos a su alcance.

3. Dentro del hogar, controlar el wifi

En nuestra casa, la condición predeterminada es mantener el wifi apagado hasta que se necesite. Muchos routers permiten pausar el servicio en una casa. Me ha impresionado el aparato llamado «The Circle», que está al lado del router en casa, y me da el poder de cortar totalmente el wifi, o a un aparato específico, basado en filtros de contenido, clasificaciones, límites de tiempo, y hora de dormir. Este aparato corta la conexión al wifi entre el router y el equipo o computador. En lugar de instalar control parental en cada aparato, uno puede controlar el flujo de datos a cada aparato. Es genial. De hecho, puedo pausar el wifi en casa con mi teléfono —nuestros 2 smartTV, 3 computadores, iPods, iPads; todos se desconectan del wifi con un botón, desde aquí. Cuando un hijo en la casa quiere usar el computador, lo solicita y explica para qué lo quiere. Se puede decir más, pero es una pequeña forma de ayudarlos a usar la tecnología con un propósito claro, todo lo cual es posible porque el wifi no está siempre encendido.

4. Fuera de casa, conectarse sin teléfonos inteligentes

Para edades entre 6 y 12, considera algo como el reloj Verizon Gizmo. Es un reloj inteligente, con manos libres, que recibe y realiza llamadas a una cantidad limitada de números de teléfono fijada por los padres. Tiene un localizador GPS integrado para que el padre lo vea mediante una aplicación en su teléfono.
Los padres quieren que la tecnología telefónica entregue tres cosas: 1) llamar a sus hijos en cualquier momento, 2) que sus hijos los llamen en cualquier momento, y 3) saber dónde están sus hijos mediante GPS. No necesitas un teléfono inteligente. El Gizmo ofrece estas tres cosas, y no mucho más, lo cual es bueno. Pregúntale a tu compañía móvil por las más recientes opciones que cumplan con estos tres criterios. Y para jóvenes sobre 13 años, considera un teléfono plegable. Son baratos, y en muchos casos se pierde el GPS, pero pregunta por un teléfono que solo tenga las funciones que tú quieres. Y prepárate para que los vendedores de celulares te miren como si fueras extraterrestre. Como dice mi esposa, ve a la tienda de teléfonos móviles y pregúntale al vendedor por el «teléfono más tonto que tengan».

5. Escalar en tecnología con los años

Creo que el error más común que cometen los padres es suponer que el teléfono inteligente es un aparato aislado. No lo es. El teléfono inteligente es la culminación de todas las tecnologías de comunicación a las que un niño ha sido introducido desde su nacimiento. Recibir un teléfono es una especie de graduación de varios pasos de tecnología planeados de antemano.
'Una vez que se le da un teléfono inteligente a un niño con un plan de datos móviles, se pasa de tener un fuerte control parental sobre la experiencia de internet del hijo a no tener ningún control.' Click To Tweet
Mi esposa y yo bosquejamos esos pasos de esta forma: una vez que tengas el control del wifi del hogar (eso es crucial), entonces puedes comenzar a introducir tecnología que tus hijos solo pueden usar dentro de tu hogar. Dibuja un gran cuadrado en un papel. En la parte superior izquierda, escribe edad 0, y en la parte superior derecha, escribe 18. De izquierda a derecha, estos son los 18 primeros años de tu hijo con la tecnología. Ahora, dibuja escalones diagonalmente desde la parte inferior izquierda a la parte superior derecha. En algún punto temprano, quizá quieras introducir una tableta con juegos para colorear y educativos. Quizá a los 3 años. O a los 5, o a los 8. Cuando sea. Primer escalón. Luego introduces una tableta con videos educativos, quizá a los 6 años. Siguiente escalón. Luego en algún punto introduces un computador familiar en la sala de estar para proyectos de escritura. Quizá a los 10 años. Otro escalón. Luego introduces un teléfono como el Gizmo, o un teléfono plegable. Otro escalón. Luego permites búsquedas en Google en el computador, para investigación. Quizá a los 12. Otro escalón. Luego quizá en algún punto introduces Facebook o aplicaciones de mensajería para conectarse con amigos seleccionados, desde el computador. Otro escalón. Y luego llega la catástrofe, el teléfono inteligente: el escalón final. A los 15, 16 o 17 años, o yo sugeriría a los 18. Pero tú decides.
Las ventajas de esto son dobles:
1) Puedes replegar los pasos según sea necesario a la vez que le muestras a tu hijo dónde entra el teléfono inteligente en una trayectoria digital que has fijado para él o ella. Cuando demuestra que es sabio y confiable con el wifi del hogar, está avanzando hacia el teléfono móvil fuera de casa. Eso le demuestra que el ser fiel en cosas pequeñas conduce a la fidelidad en cosas grandes.
2) Esto también les recuerda a los padres que una vez que se le da un teléfono inteligente a un niño con un plan de datos móviles, se pasa de tener un fuerte control parental sobre la experiencia de internet del hijo a no tener ningún control. Puedes trazar una gruesa línea negra entre todos los pasos a la izquierda (wifi en casa) y el teléfono inteligente a la derecha (red móvil en todo lugar). Esa es una graduación: una importante transición.

6. Como norma general, para todas las edades y aparatos: saca las pantallas del dormitorio

O al menos por 12 horas, como entre 8 p. m. a 8 a. m. Pon una regla fija aquí. Ningún televisor, videojuego, tableta, computador portátil, o teléfono. Rompe con las interminables demandas sociales. Rompe la adicción a los juegos. Conserva los patrones de sueño. Asegúrate de que todos los aparatos se carguen durante la noche en un sitio, no en la habitación de los niños. Una simple estación de carga en la habitación de papá y mamá es una buena solución.

7. Escribe un contrato de teléfono

Cuando llegues al teléfono inteligente, escribe un contrato de conductas esperadas, límites de horarios, y expectativas familiares que conlleva el teléfono. Haz que tus hijos compartan su información de inicio de sesión. Y familiarízate con los pasos necesarios para pausar temporalmente o desactivar el teléfono. La mayoría de las compañías telefónicas hacen que esto sea fácil. Asimismo, para los padres que cometieron el error de introducir un teléfono inteligente muy pronto, nunca es demasiado tarde para implementar un contrato telefónico.

8. Observa cómo responde cada niño a la era digital

Esto ha sido muy fascinante para mí. Mi esposa y yo tenemos tres hijos iGens, incluidos dos adolescentes, y cada uno usa los medios digitales de formas completamente distintas. Tengo un hijo que mira interminablemente cada video de Dude Perfect 40 veces y pierde horas. Tengo otra hija que compra un nuevo instrumento musical, observa 30 minutos de YouTube, y domina las acordes básicos sin ninguna lección pagada. Ha hecho esto con el ukelele, luego el teclado, y luego el clarinete, y esas introducciones han conducido a clases de entrenamiento formales. Me fascina el poder de YouTube para desatar nuevas habilidades táctiles en mis hijos, y francamente, quiero que ellos aprendan de los tutoriales de YouTube lo antes posible, pero no mientras no estén listos.
'Los teléfonos inteligentes no inventan nuevos pecados; simplemente amplifican cada tentación existente en la vida.' Click To Tweet
Cada niño responde de forma distinta. Algunos adolescentes querrán redes sociales para poder seguir a cinco mil personas. Otros niños querrán redes sociales para poder seguir a cinco amigos cercanos. Esos son usos radicalmente distintos. Atiende a cada hijo de manera única según lo que ves en ellos. Y cuando tus hijos reclamen injusticia, señálales los escalones y explícales por qué cada hijo en el hogar está en diferentes escalones de la misma progresión.

9. Reenfoca la paternidad en los afectos

Los teléfonos inteligentes no inventan nuevos pecados; simplemente amplifican cada tentación existente en la vida, y manifiestan esas tentaciones en pixeles en superficies de alta definición. A viejas tentaciones se les da nuevos niveles de atracción, adición y accesibilidad. Esto significa que la tensión y la ansiedad que sienten los padres en el fondo del estómago en la era digital proviene de la conciencia de que estamos librando una guerra sin cuartel por los afectos de nuestros adolescentes. Esto es lo que lo hace tan terrible. La paternidad siempre ha sido una guerra por los afectos de nuestros hijos, pero la era digital expone nuestra pereza paternal más rápidamente.
Si nuestros hijos no pueden hallar su máxima satisfacción en Cristo, van a buscarla en algo más. Ese mensaje siempre ha sido relevante; hoy sencillamente cae como un martillo porque ese «algo más» se manifiesta en la adicción al teléfono. No solo estamos jugando juegos con palabras, ni diciendo que Cristo sea superior el domingo. Estamos rogándole diariamente al Espíritu Santo que abra el corazón de nuestros adolescentes. Ellos deben atesorar a Cristo por sobre todas las pequeñeces de la era digital, o esas pequeñeces los dominarán. Es por eso que la paternidad parece hoy tan urgente.

10. Inicia un discipulado digital

No basta con aislar unos cuantos Proverbios y esparcirlos como semillas generales de consejo sabio. El discipulado de adolescentes en la era digital requiere toda la Escritura plantada y cultivada en todo el corazón. Y esto es porque estamos tratando con todas las facetas de lo que el corazón quiere. Esta guerra por los afectos en la era digital presenta nuevas oportunidades sin precedentes para discipular adolescentes, si podemos pasar de la tentación al texto bíblico y a Cristo. Este es nuestro desafío.
Nuestra pasividad parental ha quedado expuesta en la era digital. No voy a insistir en este punto, porque eso es lo que hace mi libro 12 Ways Your Phone is Changing You, que toma 12 formas en que nuestros teléfonos nos cambian (y nos deforman), y luego nos muestra como reformarnos con la Escritura. Una vez que como padres (y pastores) somos humildes para reconocer nuestro propio abuso del teléfono, entonces podemos volvernos a ayudar a nuestros hijos también. La era digital es temible y extenuante, pero abre increíbles nuevas oportunidades para discipular a los adolescentes.

11. Como familia, rediman las comidas, viajes en automóvil, y las vacaciones

Conviertan sus momentos de comida, viajes en automóvil y vacaciones familiares en zonas sin teléfono. Normalmente me asombra la manera en que las presiones de la vida se dan a conocer en la mesa. El tiempo juntos sin prisa, el quitarse las presiones del día, es muy fructífero. ¿Qué ocurrió en la escuela? El llegar a conocer a mis hijos ocurre muy a menudo en la mesa. Esta comunión continúa de formas más intensas durante las vacaciones familiares.

12. Seguir edificando la iglesia

Las estadísticas ya están: la generación iGen es la más solitaria en Estados Unidos; más solitaria que el grupo etario de 72+. Twenge cree que los teléfonos inteligentes causan la soledad de los iGens. Pero quizá sea más sabio mirar fenómenos más amplios anteriores al iPhone. Rodéate de suficiente tecnología, de suficientes máquinas, y no necesitarás a nadie más. Consigue el aparato apropiado, y puedes hacer cualquier cosa. Docenas de novelas de ciencia ficción ya han llevado un planeta saturado de robots hasta sus últimas consecuencias y es puro aislamiento social (p. ej., El sol desnudo de Asimov). Pero una vez que la era tecnológica ha vuelto innecesarios a todos los demás, pronto descubres que te has vuelto innecesario para todos los demás.
'La era digital es temible y extenuante, pero abre increíbles nuevas oportunidades para discipular a los adolescentes.' Click To Tweet
Cuando nadie te necesita, vemos catastróficas alzas en la soledad social. Los adolescentes iGen sienten esto. Los ancianos lo sienten. Los hombres en la mediana edad lo sienten. Y en esta era de creciente aislamiento y soledad, las redes sociales «ofrecen un remedio desarraigado para enfermedades inherentes a tiempos desarraigados» (Kass, 95). El teléfono se convierte en un «analgésico»: promete resolver nuestro problema de soledad, pero solo oculta el dolor por otro instante. La mayor necesidad de nuestros adolescentes hoy no son nuevas restricciones y nuevos teléfonos tontos, contratos y límites. Su mayor necesidad es una comunidad de fe donde puedan prosperar en Cristo, servir y ser servidos. Necesitan hallar un lugar necesario como parte legítima de una iglesia saludable. Sigue edificando familias e iglesias fieles. Escucha a los adolescentes. No los ridiculices. No te rías de ellos. Visualízalos para una misión que implique riesgos, en línea y fuera de línea.
Por: Tony Reinke © Desiring God Foundation.
Fuente: “Twelve Tips for Parenting in the Digital Age”.
Traducido por: Proyecto Nehemías.
Edición: Daniel Elias.

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