Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

Diez principios para la productividad personal

Recientemente hablamos sobre el libro que acaba de escribir el pastor John, el jueves de la semana pasada… En vista de ello, Brandon en Charlotte, Carolina del Norte escribe: “Pastor John, gracias por su precisión centrada en Cristo y por el enorme volumen de la producción de su ministerio. Tengo curiosidad de cómo produce tanto contenido. ¿A qué hora se levanta, o encuentra tiempo para leer y escribir, o comer su cereal? Usted menciona su aversión a la televisión en su libro ‘No desperdicies tu vida’, pero ¿qué consejo daría para hacer del horario diario la mayor parte de la vida para Cristo?”
Tengo diez cosas para decir

1. No me copies

En primer lugar, ten cuidado de querer ser como yo. No sabes los pecados de mi vida. No sabes cuánto me he descuidado. No sabes lo que me ha costado. La verdadera pregunta es cómo ser la persona más completa, centrada en Dios, que exalta a Cristo, saturada de la Biblia, amorosa, humilde en el avance de la misión, que busca la justicia, que sirve a otros, que tú, tú puedes ser. No te midas a ti mismo por los demás. Mídete a ti mismo por tu potencial en Cristo. Esa es la primera cosa que sentí que tenía que decir, debido a la manera en que la pregunta parecía ser planteada.

2. Enfócate en grandes objetivos

Da el 10% de tu enfoque en la vida para evitar obstáculos a la productividad y el 90% de tu enfoque para abrazar grandes objetivos y perseguirlos con todas tus fuerzas. Muy pocas personas llegan a ser productivas por evitar obstáculos para la productividad. Esto no es un buen enfoque. Eso no es de donde viene la energía. No es de donde viene la visión.
La gente escribe libros sobre eso y hacen un montón de dinero, pero eso no es de donde alguien obtiene algo que vale la pena hacer. Hacer las cosas que cuentan viene de grandes, gloriosas y maravillosas posibilidades futuras que te cautivan y atraen para perseguirlas con todas tus fuerzas. Y entonces todas esas cosas acerca de cómo sacar los obstáculos de tu camino. Ese es el 10% de trabajo de limpieza que tienes que hacer.

3. Considera las etapas de la vida

La vida viene a nosotros en capítulos que son muy diferentes entre sí. Si estás casado y tienes niños pequeños, ese es un capítulo que necesita una gran cantidad de atención a los niños. Si Dios quiere, puede haber otro capítulo para ti con diferentes posibilidades, diferentes potenciales, y diferentes prioridades. El Señor se agradará si te enfocas en el capítulo en el que te encuentras y lo vives de acuerdo a las demandas de ese capítulo con todas tus fuerzas.

4. Trabaja a partir de objetivos de vida

Piensa seriamente y ora por lo grande y consumante que es tu objetivo de vida. La expresión bíblica mía se encuentra en Filipenses 1:20-21, “Conforme a mi anhelo” – Este es John Piper, no sólo Pablo hablando – “Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte. Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” Así que Cristo sea exaltado en la vida y en la muerte, al esparcir una pasión por Cristo en las vidas de los demás. Esa es la meta. Ese es el gran objetivo general. Así que encuentra el tuyo y trabaja en ello en todo lo que haces.

5. Trabaja pensando en la cuenta que le darás a Dios

Ten un sentido de responsabilidad arraigado en el evangelio delante del Dios vivo. Es decir, entender el evangelio y las dinámicas espirituales de cómo funciona. No trabajas para tener una relación correcta con Dios. Las dinámicas del evangelio no funcionan de esa manera. Tu trabajas desde la mañana hasta la noche con todas tus fuerzas debido a que estás en una relación correcta con Dios. Filipenses 2:12-13, “Ocúpense en su salvación con temor y temblor. Porque” – motivo, base, fundamento – “Dios es quien obra en ustedes.” Esa es la dinámica del evangelio. “Por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.” La gracia de Dios ya ha fijado su residencia en mí y estaba trabajando en mí (ver 1 Corintios 15:10). Y si consigues que eso esté fuera de control, puedes lograr mucho en la vida e ir directo al infierno con todos tus libros y tus posesiones.
Deja que el Señor Jesús intensifique ese sentido de responsabilidad en el último día con la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30). Él dio a una persona cinco, dió a otra persona dos, y dió a otra persona uno. Él vino a pedir cuentas, y la persona con uno escuchó estas terribles palabras. “Siervo malo y perezoso” (Mateo 25:26). Yo no quiero escuchar esa palabra. Definitivamente no quiero escuchar esa palabra.
Quiero experimentar lo opuesto, la contraparte de esas palabras de Lucas 12:42, “¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien su señor pondrá sobre sus siervos?” A menudo pensaba en estas palabras cuando era un pastor. Era “[un] mayordomo… para que a su tiempo les dé sus raciones” (Lucas 12:42). “Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así” (Lucas 12:43).
Yo estaría sentado preparando mis mensajes o escribiendo algo o conduciendo a mi familia en devoción y diría: Ven, ahora, Señor Jesús, y me encontrarás haciéndolo. Eso es lo opuesto al siervo malo y perezoso que enterró su talento y no hizo nada. Así que ese es el número cinco.

6. Trabaja con urgencia

Añade a tu sentido de responsabilidad delante de Dios un sentido de urgencia. “Nosotros debemos hacer las obras del que Me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar” (Juan 9:4). O Efesios 5:15-16, “Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos…” – literalmente aprovechar el tiempo – “porque los días son malos.” O Colosenses 4:5, “Anden sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.” Hay urgencia en esto. Los días son malos y la noche viene.

7. Acaba con la tibieza

Haz lo que haces con todo tu corazón. Acaba con la tibieza. Oh, muchas personas cojean a través de la vida haciendo lo que hacen a medias, con la mitad de su energía. Si vale la pena hacerlo, vale la pena hacerlo con todas tus fuerzas. Eclesiastés 9:10, “Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo según tus fuerzas.” La resolución de Jonathan Edwards probablemente tuvo más impacto en mí en los últimos 30 años que cualquier otra cosa que dijo – en sus resoluciones, por lo menos – cuando dijo, “Resuelvo, vivir con toda mi fuerza, mientras viva” (resolución #6). Aquellas palabras se afianzaron en mi hace mucho tiempo. Pensé: Oh, sí Señor.
Lo opuesto a esto – catorce veces en el libro de Proverbios se usa la palabra “perezoso”. ¿No es una palabra fea? “Perezoso”, 14 veces. Y ¿qué es un perezoso? Proverbios 20:4, “Desde el otoño, el perezoso no ara, así que pide durante la cosecha, pero no hay nada.” No quieras ser un perezoso.

8. Persiste, persiste, persiste

Muchos cortes hacen caer un gran árbol. Hombre, esto es tan crucial debido a la rapidez con que nos desanimamos después de mil cortes y el árbol no se ha caído aún. Acabo de terminar de escuchar a Robinson Crusoe. Tú puedes decir: ¿qué haces? ¿qué hace John Piper escuchando una novela para adolescentes? Nunca había escuchado algunos de estos clásicos, así que los estoy escuchando. Robinson Crusoe, abandonado en una isla, por sí mismo, quiere escapar, necesita un bote. La tierra firme está a 72 kilómetros de distancia. Puede haber caníbales por allí. no está seguro de querer ir, pero necesita un bote. Él no tiene nada más que hacer, así que hará un bote. Encuentra un árbol. Este árbol tiene 1.5 metros, 25 centímetros, de un lado a otro en la parte inferior. Él tiene un hacha. Le toma 22 días cortar este árbol y hacerlo caer, 14 días más para cortar las ramas, un año y medio para terminar el bote con una hacha. Yo cortaría un árbol durante un día, dos días. Y digo: Este árbol no se viene abajo. He terminado con este árbol. Voy a trabajar en algún árbol pequeño. Así que aquí está la llave. Muchos cortes hacer caer un gran árbol. ¿Quieres hacer algo grande? No abandones. Continúa cortando.

9. Abraza tareas difíciles con alegría

Debes estar dispuesto a hacer muchas cosas en la vida con alegría que en un principio no deseas hacer. Ellas no vienen a ti naturalmente. No hay un papel que vale la pena en la vida que no requiera que hagas cosas que en un primer momento no desees hacer, o que sólo te permitan hacer lo que viene a ti naturalmente. Así que debes estar alegre al hacer las partes de tu vida que en un primer momento no prefieres hacer.

10. Encuentra tu llamado

Por último, encuentra tu nicho, es decir, encuentra la cosa que amas hacer con todas tus debilidades y todas tus fortalezas. Pon la mayor parte de tus energías y tu amor allí por Cristo y su reino.
Por: John Piper © Desiring God Foundation.
Fuente: “Ten Principles for Personal Productivity”.
Traducido por: Daniel Elias.

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