Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

hamburguesa

Cuatro señales de que la comida se ha convertido en un ídolo

Pregunta: Pastor John, me preguntaba ¿cómo definiría usted el pecado de gula?
Creo que es útil hablar de la gula para compararlo con otros pecados y por qué es que algo bueno como la comida y disfrutar de ella se convierte en pecado.
Por ejemplo, la existencia del deseo sexual y la experiencia de ello, de por sí, no es malo. Pero existe tal cosa como el pecado de la lujuria. El placer de alguien alabandolo no es necesariamente malo, pero puede convertirse en el pecado de vanagloria. El disfrute del descanso dado por Dios no es malo. Pero puede convertirse en el pecado de pereza o flojera. El disfrute de una apropiada autoestima puede convertirse en el pecado de orgullo. Y el deseo de tener algo inocente, como una casa, carro, computadora, puede convertirse en el pecado de codicia o, incluso peor, el pecado de envidia, si estás resentido porque alguien más lo tiene y tú no. Y el deseo legítimo y el disfrute de la comida puede convertirse en gula. Pienso que es útil ver lo que en realidad está pasando con todos estos pecados llamados pecados capitales.
“Cuando nuestro contentamiento en Dios se desvanece, la comida rápidamente toma su lugar.” John Piper Click To Tweet
La pregunta más importante es: ¿Qué sucede en el corazón humano cuando todas estas cosas buenas, dadas por Dios, se convierten en cosas pecaminosas? ¿Qué pasa? Y esa sí es que la manera correcta de preguntar. Pienso, en la definición de la gula. La gula es el disfrute pecaminoso del regalo bueno de la comida. Entonces, ¿Qué sucede? ¿Qué lo hizo pecaminoso? Así que al responder esta pregunta, pienso, es lo que la gula es.
Una de las maneras históricas de hablar de esos pecados es que son amores desordenados u, otra manera de decirlo es, amores exagerados. Empiezan con un amor legítimo, adecuado y proporcional y que exalta a Cristo y arraigado a Dios, amor por algo inocente que Dios ha dado para nuestro disfrute. Y luego se convierten en inadecuados, desproporcionados. Dejan de exaltar a Cristo. Dejan de tener su raíz en Dios. Y los dos pasajes que me han ayudado a entender la manera bíblica de hablar sobre esto son 1 Timoteo 6:6-10 y Filipenses 4:11-13 y 3:8. Así que daremos un vistazo a estos pasajes.
Pablo dice en 1 Timoteo 6:6 “Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.” Y este contentamiento es el contentamiento en Dios. Y es precisamente lo que actúa como el gobernador o el moderador o el regulador o la guía en todos nuestros otros deseos. Así que cuando Pablo llega al versículo 10 se dirige al dinero, lo cual en sí mismo no es malo. Es dado para nuestro uso adecuado. Y él dice, “Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.” Entonces ¿Qué pasó? El uso del dinero gobernado por un contentamiento dulce, profundo y penetrante en Dios ha sido reemplazado por la pérdida de ese contentamiento y el surgimiento de un poderoso amor por el dinero y codicia por el dinero como Pablo lo llama.
Entonces el uso del dinero ha sido desconectado o desacoplado del contentamiento en Dios. Y sin esa restricción, un deseo legítimo ha empezado a correr rampante y está a punto de destruir el alma. Eso es lo que pasa con el uso de todas las cosas buenas cuando empiezan a ir mal. El contentamiento supremo o la felicidad o la alegría o la satisfacción en Dios dejan de ser la gran guía o el freno o el moderador o el regulador de nuestras almas. Y cuando eso ocurre, todo va mal.
El otro texto es Filipenses 4:11-13, donde Pablo dice: “No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza (vivir humildemente), y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Así que Pablo está describiendo el secreto de una vida cristiana piadosa. Y eso incluye el secreto del uso adecuado de la comida y el dinero y el descanso y todos los otros buenos regalos de Dios.
Él dice que este secreto le permitió estar contento cuando tiene mucho o cuando tiene poco. Así que, claramente el contentamiento no reside en lo particular de una situación o en cuánto tienes o no tienes. Este es el secreto de la vida cristiana. Y ¿Qué es? La respuesta está de nuevo en Filipenses 3:8 donde Pablo dice: “Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo.”
El secreto del contentamiento de Pablo es la satisfacción que encuentra en Jesús, una satisfacción que es tan profunda y tan penetrante que incluso si todo lo demás está perdido, él no pierde este contentamiento o esta satisfacción. Cuando el contentamiento en Dios o el contentamiento en Cristo, como Pablo describe en estos dos pasajes, están presentes en nuestras vidas, entonces esto funciona como un maravilloso gobernador, regulador, guía y control en el uso de todas las cosas buenas. Esta satisfación mantiene las buenas cosas en su lugar adecuado, y cuando estas cosas son disfrutados, son disfrutados como expresiones de la bondad de Dios para nosotros.
Así que, yo definiría la gula, entonces, como el disfrute de la comida sin restricciones que se ha convertido del contentamiento en Dios al amor que gobierna nuestra vida.
Cuando nuestro contentamiento en Dios se desvanece, la comida rápidamente toma su lugar, Y hay cuatro evidencias de que esto está pasando en nuestras vidas.

  1. Nos volvemos indiferentes a los efectos dañinos que la comida está teniendo en el templo del Espíritu Santo, nuestro cuerpo.
  2. Nos volvemos indiferentes a la manera en que estamos administrando nuestro dinero, cómo gastamos imprudentemente en alimentos malos.
  3. Comenzamos a utilizar la comida como un escape de nuestros problemas y un medicamento para nuestra tristeza, nuestra miseria o nuestro malestar.
  4. Dejamos de disfrutar la comida como una manera de disfrutar de Dios en la bondad de la comida, y empezamos a reemplazar la bondad de Dios con la bondad de la comida. Esto es gula.

Así que esto es lo que pienso que es la gula. Esto es lo que las señales muestran que la gula está presente. Y el camino de regreso puede involucrar muchos controles externos y disciplina desde afuera. Pero al final, la única salida será cuando Dios mismo a través de Jesucristo se convierta en nuestro alimento para la satisfacción de nuestra alma y el contentamiento en él se convierta en el gobernador y regulador de todos nuestros apetitos y deseos.
Por: John Piper. © Desiring God Foundation.
Fuente: four-signs-food-has-become-an-idol
Traducido por: Daniel Elias

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