
Cuando la violencia toca la vida de un niño
La amenaza del peligro impacta a nuestros hijos de tiempo en tiempo. Balaceras trágicas en los colegios, crímenes violentos, y cosas similares que provocan una variedad de angustia y ansiedad. Incluso cuando la amenaza no está en nuestra puerta delantera, está en pleno apogeo desde los medios de comunicación a nuestros hogares. La probabilidad de que tu hijo sea impactado es alta. No importa dónde vives ni que tan estable esté tu familia, las vidas de los niños y adolescentes son tocadas por la violencia a cierto nivel, y debemos ayudarlos a darle sentido.
En vez de reaccionar por miedo, debemos ayudar a nuestros hijos demostrando un nivel apropiado de sobriedad y tristeza por tales eventos, mientras exhibimos que nuestra esperanza está en Cristo. El reto es encontrar el balance adecuado, enseñar a los jóvenes a que sean conscientes y cautelosos mientras se fomenta la confianza en un Dios soberano. Lo más arriesgado que le permitimos hacer a nuestros hijos es andar en un carro, sin embargo raramente tememos llevarlos en carro al colegio, a la iglesia, al centro comercial, no deberíamos hacerlo. Las personas jóvenes deben aprender a vivir plenamente, y no ser eclipsados por el miedo.
“Queremos enseñar a los niños a cómo navegar por este mundo y a confiar en un Dios que no tiene rival.”
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Así que padres, involúcrese con sus hijos sobre estás realidades amenazantes. Hagan su mejor esfuerzo por explicarles, y estén prestos a discutir la razón por la que existe el mal. Modelen la aflicción que viene de Dios, y eduquen a sus hijos en lo que es bueno y justo. Nuestros hijos podrán caminar con confianza en un mundo con problemas, si son educados en cómo pensar, si se sienten equipados para responder, y han crecido para poner su confianza en su Creador. Queremos enseñar a los niños a cómo navegar por este mundo y a confiar en un Dios que no tiene rival.
Líneas abajo se presentan cinco sugerencias para ayudar a los niños a sentirse seguros frente a la violencia potencial.
1. Ten un plan para peligros potenciales.
Sabemos que es de ayuda tener un plan de escape en caso de un incendio en casa, colegio o trabajo. De igual manera, ayuda a los niños a implementar un plan que puedan seguir cuando se den cuenta de una situación con posible violencia. El estar preparados no evita el evento, pero le da al niño el sentido de confianza de que él o ella pueda responder bien y pasar por tal evento de manera segura.
2. Juego de roles, juego de roles, juego de roles.
Mientras instruyes a tu hijo en lo que debe hacer en varios tipos de emergencia, hazlo de una manera tranquila y práctica, asegúrate de no asustarlos al hablar de ello. Luego practica. Describe situaciones hipotéticas y que te digan lo que dirían o harían. Esto ayuda a los niños a actuar de manera eficiente y veloz ante una situación de alta presión.
3. Sé un adulto seguro y de confianza para ir e identificar a otros adultos confiables que puedan ayudar en una crisis.
Si tus hijos saben desde ya a quién acudir en caso de emergencia, sentirán menos miedo. A la medida posible, asegúrate de que estas personas (tú incluido) puedan ofrecer consuelo, balance y dirección apropiada basada en la situación. Esto implica ser capaz de responder de tal manera que no minimice ni sobre reaccione ante la amenaza. Una respuesta balanceada durante y después de una emergencia ayudará a tu hijo a seguir adelante.
4. Dirígelos al Dios de todo consuelo.
“No tengas miedo” es mencionado 365 veces en la Biblia. La solución ante situaciones temerosas siempre es la presencia de Dios. Él se ofrece a Sí mismo como nuestro consuelo, fuerza, y porción. Busca maneras para hacer esta verdad real y tangible en la vida de una persona joven.
5. Conoce lo que la Escritura tiene que decir sobre la vida, tribulaciones, y sufrimientos.
Cuando los niños preguntan por qué pasaron cosas terribles, es importante dar respuestas simples y honestas. Los jóvenes necesitan darle sentido a la vida de manera precisa y redentora. Ayúdalos a ver más allá de los sufrimientos de este tiempo y recuérdales que un Dios fiel cuida de ellos. La voluntad de Dios para sus vidas no puede ser alterada. Como dice Jeremías 29:11, “Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.”
No podemos prometerles que no pasarán eventos trágicos, pero podemos darles el conocimiento y los recursos para navegar por tales eventos. Cuanto mejor equipados se sientan, menos ansiosos estarán. También es igual de importante la realidad de que los niños siempre encontrarán sentido a sus experiencias. La pregunta es, ¿lo harán con precisión? Es imperativo que nuestros niños crezcan con una perspectiva bíblica (interpreta con precisión el mundo en el que vivimos), redentora (Dios toma lo que está roto y lo restaura), y llena de esperanza (confianza en el carácter de Dios y anticipación del bien que hará). Todos podemos orar para que la violencia no toque directamente la vida de nuestros niños, pero mientras tanto, la sabiduría los prepara en caso de que sí suceda.
Por: Julie Lowe
Fuente: When Violence Touches a Child’s life
Traducido por: Mariafernanda Artadi
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