Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

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¿Cómo sé si amo adecuadamente a mi esposa?

Cuando el amor de Cristo por la iglesia proporciona el patrón tipológico, el arquetipo para el amor de un hombre por su esposa, no es extraño que recibamos muchos correos de esposos que no saben si van por buen camino en esto. ¿Cómo es el amor como el de Cristo en la vida diaria de un esposo?

Es la pregunta de hoy de un oyente de nombre Zachary. «Pastor John, este invierno me voy a casar, y tengo escasa o ninguna experiencia en mi vida con hombres que lideren correctamente a sus esposas. ¿Cuáles son algunos parámetros generales para saber —yo y todos los nuevos esposos— si estamos liderando a nuestras novias de una forma que honre y refleje el amor de Cristo por la iglesia?».

Bien, Zachary, la respuesta en una palabra: haz de Efesios 5:25-33 tu carta magna de por vida sobre cómo amar a tu esposa y qué significa vivir en la relación de pacto que Dios diseñó con el fin de mostrarle al mundo la belleza de su amor de pacto por la Iglesia. Haz que sea tu carta magna de por vida.

Una carta magna de por vida

Es un pasaje inagotable. Te va a quebrantar y luego te va a reconstruir una y otra vez en tanto descubras con cada vez mayor profundidad las maravillas y el misterio del matrimonio. Muy pocos hoy en día —incluso en la iglesia— piensan en el matrimonio de la forma tan profunda, seria y gloriosa que Dios pretende. Me parece que en general hemos absorbido los puntos de vista superficiales del mundo acerca del matrimonio y sus glorias, y hemos abandonado absolutamente aquello de lo que en realidad se trata.
Haz de Efesios 5:25-33 tu carta magna de por vida sobre cómo amar a tu esposa. Click To Tweet
Luego añade 1 Pedro 3:7 a esta constitución. Ahora la carta magna tiene dos partes: Efesios 5:25-33 y 1 Pedro 3:7. Pedro usa esta frase: «Ambos son herederos de la gracia de la vida». Jamás llegarás al fondo de esa frase; ni en esta vida, y probablemente no en la venidera. «Ambos son herederos de la gracia de la vida». Dos personas, un hombre y una mujer, ambos total y absolutamente pecadores, y por lo tanto total y absolutamente dependientes de la gracia para esta vida y la venidera. ¿Cómo se vería eso?
Se vería como algo muy glorioso. Dos personas quebrantadas de corazón y dependientes de la gracia viviendo juntas. Ahora bien, quiero ser específico —solo algunas cuestiones específicas— porque estoy seguro de que eso es lo que quieres que haga.

Sigue la historia

Efesios 5:25-33 está diseñado como la redención de lo que se destruyó en Génesis 3. Comencemos allí. Solo observa esa conexión cuando Adán y Eva cayeron del hermoso plan que Dios tenía para ellos.
Efesios 5:25-33 es la reconstrucción de lo que estaba destruido. Ahora, leamos lo que fue destruido. Podrás ver al menos tres terribles destrucciones: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos” —cuando Adán y Eva acababan de comer del fruto prohibido— “y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Entonces el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto” (Génesis 3:7-8).
Entonces el Señor llamó al hombre, «ponte de pie, Adán»: “El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: ‘¿Dónde estás?’ Y él respondió: ‘Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí’” (Génesis 3:9-10).
“¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo?” le preguntó Dios. “¿Has comido del árbol del cual Yo te mandé que no comieras?” El hombre respondió: “La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (Génesis 3:11-12).

Tres corrupciones

Observemos tres corrupciones desastrosas para esta bella relación:
Toma iniciativas para crear una atmósfera que reemplace la vergüenza por la honra. Click To Tweet
Primero, el hombre y la mujer sintieron vergüenza de su desnudez; ya no estaban seguros el uno con el otro. Todos hemos experimentado esto, ¿verdad? Él o ella puede verme en mi condición más vulnerable, desnudo, y puede decir algo completamente devastador acerca de mí que lastimaría nuestra relación por el resto de nuestras vidas.
Segundo, se esconden no solo el uno del otro, sino del Señor. Tenían miedo —«tuve miedo porque estaba desnudo»— de manera que la relación se arruinó en el sentido horizontal y vertical. Oh, qué universo de miseria entró al mundo.
Tercero, la primera reacción del hombre a este recién arruinado estado de relaciones es culparla a ella y culpar a Dios quien se la dio: «La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol». Así que ese es el trágico resultado que Efesios 5 tiene la intención de sanar: vergüenza, temor, culpa y acusación.
Lo que tú sabes, Zachary —lo sabes como cristiano—, es que Jesucristo vino al mundo a salvar a las personas de toda esa destrucción relacional. Es por eso que vino. Su manera central e importantísima de salvarnos de la vergüenza, el temor, la culpa y la acusación es morir; morir en nuestro lugar y a nuestro favor, resucitar, y darnos esperanza eterna.
En otras palabras, Jesús trata nuestro pecado de manera tal que el temor, la vergüenza, la culpa y la acusación son destruidas en su familia redimida. Lo hace muriendo; muriendo.

Asume la dirección

Ahora bien, ¿qué significa esto para ti como esposo, el que está llamado a ser la cabeza de tu matrimonio y tu familia? Efesios 5:23 dice: «Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia». Esto significa que ahora tú asumes la dirección.
Es decir, sientes una especial responsabilidad de tomar iniciativas para crear una atmósfera e instaurar los medios de gracia que reemplacen la vergüenza por la honra, el temor por una alegre confianza, y para soportar la culpa o la acusación con paciencia y perdón. Sientes una especial responsabilidad de generar una atmósfera, y medios de gracia, que logren esos fines gloriosos. En otras palabras, primero recibes la obra redentora de Cristo en tu propio deterioro y tu propia pecaminosidad, y luego la proyectas al exterior según el modelo de Cristo para mostrarlo a tu esposa y tus hijos.
Pero observa atentamente: tú y tu esposa son coherederos de la gracia (1 Pedro 3:7). Esto significa que ella está experimentando la misma redención del Señor Jesús directamente por la fe, no a través de ti. Ella también tiene una responsabilidad de proyectarlo al exterior y horizontalmente hacia ti y los hijos.
Es por eso que dije que como cabeza, como líder, tienes una responsabilidad especial. Como cabeza, tú debes tomar iniciativas para crear y sostener una atmósfera espiritual, emocional y física donde tu esposa se sienta protegida y segura. Ella necesita un lugar a salvo de insultos verbales y otras injurias que podrían provenir de ti o los hijos. Un lugar donde ella se sienta provista y donde sienta que no necesita presionar porque tú ya estás actuando para establecer una atmósfera de gracia y piedad en el hogar.

Una pequeña pauta

Zachary, esta es una pequeña pauta, una pequeña prueba para ver si estás cumpliendo tu llamado en este asunto cuando llegues allí. Hazte esta pregunta: ¿Quién (yo o mi esposa) en esta familia dice con mayor frecuencia «hagamos esto o aquello»?
El esposo necesita establecer un patrón de vida familiar saludable: patrones de oración, de lectura de la Biblia, de asistencia a la iglesia, de guía moral para los hijos, de ritmo y cronograma, patrones de cómo manejar los teléfonos inteligentes, de responsabilidad financiera de vivir dentro del presupuesto, y así sucesivamente. El esposo, como cabeza, no debería dejar a la esposa en una posición donde sienta que estas cosas están siendo descuidadas, o que ella tiene que presionarte para que inicies las conversaciones necesarias.
El liderazgo espiritual no significa tomar decisiones de manera unilateral. Significa decir: 'Vamos a hablar.' Click To Tweet
El liderazgo espiritual viene de un esposo que es un pecador salvado, depende de la gracia diaria, que confiesa prontamente sus propios pecados y faltas a ella, a los hijos, a sus amigos. Este liderazgo espiritual no significa una toma de decisiones unilateral. Significa decir: «Hablemos del presupuesto. Hablemos de la forma en que disciplinamos a nuestros hijos. Vamos a hablar del patrón más útil de oración y lectura de la Biblia para ambos. Hablemos de la iglesia y nuestra participación en ella. Hablemos de la visión moral que queremos tener para una familia en esta comunidad».
La razón por la que lideras con una invitación en lugar de órdenes unilaterales, es porque tú no eres Cristo: solo eres como Cristo. ¿Puedes hacer esa distinción? Necesitas dirigirla y amarla como Cristo amó a la iglesia. Eso significa que tomas plenamente en cuenta tu propia pecaminosidad y finitud y de qué manera un líder pecador y finito crea el máximo gozo y fructificación en la familia.
En cualquiera de estos casos puedes descubrir que tu esposa es más sabia que tú. Eso no significa que de pronto ella se convierte en líder. A ella le intrigará que en tu liderazgo de iniciativa seas lo bastante humilde para aceptar un consejo sabio cuando lo escuchas. Ningún líder respetable —ya sea el presidente de la nación o el general de un ejército; ningún líder respetable supone que posee toda la sabiduría que necesita. Zachary, hay muchísimo más, y el Señor te lo mostrará si haces de Efesios 5 y 1 Pedro 3 la carta magna de por vida para tu llamado como esposo.
Por: John Piper © Desiring God Foundation.
Fuente: “How Do I Know If I’m Loving My Wife Well?”.
Traducido por: Elvis Castro de Proyecto Nehemías.
Edición: Daniel Elias.

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