
¿Cómo llevo a alguien a Cristo?
¿Cómo llevo a alguien a Cristo? Amo esta pregunta. Viene de un oyente llamado Brooke. “Pastor John, ¡hola! Para nuestros servicios religiosos en línea durante la temporada de coronavirus, me ofrecí como voluntario para acercarme a las personas que nos han contactado para hacernos saber que quieren confiar en Cristo, pero realmente no sé cómo hacerlo. Crecí viendo a las personas confiar en una oración escrita. Pero lucho con la doctrina detrás de la idea de que simplemente puedes “hacer esta oración” y estás bien. Cuando alguien dice que está listo para aceptar a Cristo, ¿cómo lo guío? “
Gran pregunta. Ah, gran pregunta. ¡Ah, que cada cristiano esté listo y ansioso para declarar las buenas nuevas y conducir a la gente a la fe salvadora! Así que, gracias por la pregunta. Es muy bueno para John Piper volver a recordar los fundamentos del evangelio y las factibilidades de una llamada telefónica como esta o una charla por Zoom o sentarse frente a frente en una mesa manteniendo distancia, tal vez, para compartir el evangelio.
Es útil tener un plan simple. Si todos fuéramos Dios, no necesitaríamos tener un plan; podríamos fluir espontáneamente. Pero no somos Dios. La imagen que me gustaría usar para mi plan simple es que todos necesitamos cuatro cofres del tesoro, y los llamo cofres del tesoro porque están llenos de más de lo que podríamos compartir en un momento dado, y eso es bueno. No es necesario que compartamos todo el contenido de cada cofre del tesoro todo el tiempo. La razón por la que elijo el término cofre del tesoro es porque Jesús dijo que entrar en el reino y ser salvo es como un hombre que tropieza con un cofre del tesoro escondido en un campo (Mateo 13:44). Nuestro trabajo como pastores que llevan nuevas ovejas al redil es revelar tesoros.
Camino difícil y feliz
Antes de darles mis cuatro cofres del tesoro que pones en la mesa cuando estás hablando con alguien en persona o por teléfono, lo primero que le diría a una persona, un extraño total, digamos, que acabo de llamar para dar seguimiento, sería algo como esto: “Estoy muy emocionado, porque estás a punto de entrar en la forma de vida más difícil y feliz que existe”. Ahora, esta persona puede estar perpleja por esa declaración, y puede surgir en una pequeña conversación, pero creo que logra un equilibrio muy crucial: difícil y feliz, difícil y feliz.
Podrías explicar desde el Salmo 37:4 que es un camino feliz: “Deléitate en el Señor”. El Señor es digno de nuestro gozo; quiere que seamos felices en él. “En [su] presencia hay plenitud de gozo; placeres a [su] diestra para siempre” (Salmo 16:11). Y de Mateo 16:24, podrías explicar que Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. Y podrías decir algunas palabras sobre cómo tomar la cruz no significa vacaciones. Es ahí donde mueres; es ahí donde sufres. En otras palabras, les dirás: “Jesús les llevará a través de algunas cosas muy difíciles”. “A través de muchas tribulaciones debemos entrar en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
“Esta es una noticia espectacular: no más culpa, no más castigo, no más ira, no más condenación.”
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Ahora, la razón para comenzar de esa manera es la doble verdad, y ambas son bien cruciales, que el evangelio es una noticia espectacularmente buena. Quiero decir, son buenas noticias, muy buenas noticias. Es la mejor noticia del mundo. Y tenemos que hacer esa declaración fuerte y clara: “Estoy a punto de contarte la mejor noticia del mundo”. Y Jesús dijo en Lucas 14:28–33 que se aseguren de calcular el costo. No quisieras enfrentarte a un ejército que no puedes vencer, y no quisieras construir una torre que no puedas terminar. Debes decirles a todos que esto implica una devoción total a Jesucristo, que fue crucificado.
Así que, esa es una manera posible de comenzar la conversación: feliz y difícil. Y puedes dar seguimiento más adelante con mucho más acerca de lo que eso significa, porque creo que muchas personas se sienten atraídas a la vida cristiana con una idea ingenua de prosperidad de que las cosas van a mejorar para ellas, cuando en realidad podrían empeorar en muchos casos, a pesar de que el gozo sea más profundo de lo que jamás imaginaron.
Cuatro cofres del tesoro de la verdad
Luego comenzaría a revelar mis cuatro cofres del tesoro de la verdad bíblica. Hay cuatro grandes realidades que necesitas conocer para ser salvo por Jesucristo. Y eso es lo que quieres: quieres cerrar con Cristo: recibir a Cristo, creer en Cristo, comprometerte con Cristo, tener a Cristo. Y hay cuatro cosas que debes saber. Y puedes nombrar tus cuatro cofres con cuatro palabras, y aquí está el plan básico y simple:
- Dios
- Pecado
- Cristo
- Fe
Los he recordado por décadas. Oh, cómo me han servido tan bien: Dios, pecado, Cristo, fe. Esos son mis cuatro cofres de la verdad, y los llamo cofres del tesoro porque cada cofre tiene docenas de pasajes de las Escrituras y docenas de maneras de hablar sobre Dios, el pecado, Cristo y la fe. Y no quiero dar la impresión de que existe una presentación única del Evangelio. Tienes cuatro cofres allí, llenos de la verdad bíblica, y nuestro trabajo es confiar en el Espíritu para que nos guíe, y luego sacar de cada cofre una o dos Escrituras para mostrar esas riquezas a tu nuevo amigo o amiga. Por lo tanto, vamos a repasar por ellas de manera rápida.
1. Comienza con la verdad acerca de Dios.
Todo comienza con Dios. Todo comienza con la grandeza de Dios, la gloria de Dios. Podrías comenzar con su santidad o su justicia, porque lo que necesitamos aclarar aquí en este primer cofre del tesoro es que todo lo demás no va a tener ningún sentido si no tenemos alguna noción de quién es Dios y cómo es, y cómo el pecado, del que vamos a hablar en el cofre del tesoro #2, está en contra de Dios, y no sólo contra las personas. Y no podemos hacer eso si no conocemos quién es Dios.
Me gusta comenzar con la gloria de Dios porque Pablo define el pecado como no alcanzar la gloria de Dios (Romanos 3:23). Por lo tanto, me gustaría decirle a mi amigo Isaías 43:6–7:
Trae a Mis hijos desde lejos
Y a Mis hijas desde los confines de la tierra,
A todo el que es llamado por Mi nombre
Y a quien he creado para Mi gloria,
A quien he formado y a quien he hecho.
“Nuestro trabajo como pastores que llevan nuevas ovejas al redil es revelar tesoros.”
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Y les diría: “Ustedes fueron creados, existen, para glorificar a Dios, para hacer que Dios se vea glorioso. Fueron creados para mostrar la gloria de Dios, su grandeza, su belleza, su valor. Ese es nuestro deber”. 1 Corintios 10:31: “Ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”.
Ese es el cofre del tesoro #1.
2. Explica la verdad sobre el pecado.
Todos hemos fallado en vivir para la gloria de Dios. Tú lo has hecho, yo lo he hecho, todo el mundo lo ha hecho. Romanos 3:23: “Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios”, que creo que significa que hemos cambiado la gloria de Dios por imágenes (Romanos 1:23). Todos nosotros hemos preferido otras cosas a Dios, y por eso hemos hecho que la gloria de Dios parezca sin valor. Hemos deshonrado a Dios de muchas maneras, lo que significa que hemos elegido el camino de la muerte. Romanos 6:23: “La paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Y el pecado no solo son las cosas que hacemos; es como somos. Somos “por naturaleza”, dijo Pablo en Efesios 2:3, “hijos de ira, como el resto de la humanidad”. Ninguno de nosotros escapa a esta condición; ninguno de nosotros escapa a la pena de muerte, juicio e infierno. Jesús dijo en Juan 3:36, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”.
Entonces, sin la salvación todos somos pecadores por naturaleza, y todos estamos bajo la ira de Dios. Ese es el cofre del tesoro #2.
3. Proclama la verdad acerca de Cristo.
Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. (1 Timoteo 1:15)
Esta es la razón por la que sucede esta llamada telefónica. Todo lo que vimos hasta ahora está diseñado para hacer que Cristo y su camino de salvación parezcan tan grandes, hermosos y maravillosos como realmente son. Dios envió a su Hijo, su Hijo divino y eterno, para llevar el castigo que merecemos. Este es el corazón de todo. Esta es la noticia más gloriosa del mundo. No hay manera de que podamos salvarnos de nuestro pecado y de su ira.
Entonces, aquí está lo maravilloso. Romanos 8:3: “Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne”. Dios condenó el pecado; Él castigó el pecado. La muerte de Jesús, su Hijo, es nuestro castigo. Todos los pecados de todos aquellos que alguna vez se unirían a Cristo por la fe fueron castigados en Jesús. Entonces, él dice: “Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1). Esta es una noticia espectacular: no más culpa, no más castigo, no más ira, no más condenación. Vida eterna, paz con Dios para siempre. Romanos 6:23: “La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Ese es el cofre del tesoro #3: Cristo.
4. Termina con la verdad sobre la fe.
Por cierto, creo que ayuda en todos los puntos, hacerlos lo más personal posible a partir de tu propia experiencia. Podrías decir: “Mi versículo favorito de la Biblia para ayudar a explicar cómo recibir todo esto es Efesios 2:8–9, “Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.
En otras palabras, no puedes obrar para obtener tu salvación. No puedes ganártela; es un regalo gratis. No puedes merecerla; proviene de la gracia de Dios o del amor de Dios. Solo unos pocos versículos antes, dice: “Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados)” (Efesios 2:4-5).
Eso significa que incluso tu fe es un regalo de Dios ahora mismo en este momento. Si estás extendiendo la mano para tomar a Cristo, si estás listo para tenerlo como tu Salvador y Señor y el tesoro de tu vida, eres un milagro. Dios te ha dado vida; se llama nuevo nacimiento. Confía en él, habla con él, dile todo tu corazón. Declara tu fe a él, recíbelo como tu amigo.
La oración y la Palabra
Y usted podría preguntar en este punto, “¿Tiene alguna pregunta?” Por supuesto, van a tener preguntas. Tienes que decidir cuánto tiempo vas a hablar, y podrías cerrar la conversación, ya sea invitándoles a orar o dándoles la opción de tratar con Dios en privado. Yo hice ambas cosas. Envíales a orar: Yo dije: “Tienes que estar a solas con Dios y tratar con él sobre la base de todo lo que has oído, para que yo no haga ninguna manipulación aquí”. Y recuerdo una noche maravillosa, a eso de las once en mi oficina, un hombre que estaba bien listo, y yo no podía despedirle porque estaba diciendo, “Oh, quiero terminar esto”. Y oh Dios mío, fue glorioso la forma en que pasó. Pero no le puse palabras en su boca. Quiero decir, ya le había puesto cien palabras en la boca compartiendo el Evangelio.
“Todos los pecados de todos aquellos que alguna vez se unirían a Cristo por la fe fueron castigados en Jesús.”
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Sugiere luego algunos textos que deberán leer cuando cuelguen la llamada, tal vez algunos pasajes de la Biblia para ir, dándoles Escrituras específicas. Puedes darles la bienvenida a una relación de discipulado contigo mismo o con alguien más que tu iglesia haya organizado o invitarles a una clase. Invítales a pensar en el bautismo y prepararse para el bautismo a su debido tiempo. Y adviérteles que el diablo es real y los pondrá a prueba. Vas a decirles: “Resístele, firme en tu fe” (1 Pedro 5:9).
Y déjales con una promesa. Y, oh, hay tantas que puedes elegir. Tal vez te despidas con Hebreos 13:5–6: “Nunca te dejaré ni te desampararé, de manera que decimos confiadamente: El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?”.
Por: John Piper
Fuente: https://www.desiringgod.org/interviews/how-do-i-lead-someone-to-christ
Traducido por: Daniel Elias
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