Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

¿Cómo leer la Biblia por sí mismo?

1. Lee el significado del autor, no el tuyo propio.

Cuando leemos, queremos conocer lo que el autor pretende que veamos y la experiencia en sus escritos. Él tenía una intención al escribir. Nada cambiará eso. Está ahí como un evento pasado y objetivo en la historia.
No estamos leyendo simplemente por experiencias subjetivas. Estamos leyendo para descubrir más acerca de la realidad objetiva. No estoy contento con lo que viene a mi mente cuando leo. El significado de una oración, o una palabra, o una letra es lo que el autor pretendía que entendiéramos por ella. Por lo tanto, el significado es el primer objetivo de toda buena lectura.

2. Haz preguntas para descubrir las riquezas de la Biblia

Cuando leemos, generalmente no pensamos realmente hasta que nos enfrentamos a un problema por resolver, a un misterio por descifrar, o a un rompecabezas por armar. Hasta que nuestras mentes sean desafiadas, y movidas de la lectura pasiva a la lectura activa, iremos derecho a la deriva sobre un montón de ideas.
Hacernos preguntas a nosotros mismos es una manera de crear un problema o un misterio que hay que resolver. Esto significa que el hábito de hacernos preguntas a nosotros mismos despierta y mantiene nuestro pensamiento. Esto estimula nuestra mente mientras leemos, y nos lleva a un significado real y profundo de un pasaje.

2.1 Pregunta acerca de las palabras.

Pregunta acerca de las definiciones. ¿Qué significa esta palabra es esta frase específica? Y recuerda que, estamos preguntando lo que el autor intenta decir con la palabra, no lo que creemos que significa. Esto supone que las palabras tendrán diferentes significados en diferentes frases.

2.2 Pregunta acerca de las frases.

Una frase es un grupo de palabras sin un verbo que describa alguna acción o persona o cosa. Por ejemplo: “Por el Espíritu hacen morir las obras de la carne,” (Romanos 8:13) “Por el Espíritu” describe la actividad. Esto nos dice cómo matamos el pecado en nuestras vidas. Mira de cerca las frases como éstas y pregunta lo que ellas están explicando explícitamente.

2.3 Pregunta acerca de las relaciones entre las proposiciones.

Una proposición es un grupo de palabras con un sujeto y un verbo. Cómo se relacionan las proposiciones unas con otras es una de las preguntas más importantes que podemos hacer. A menudo, habrá una pequeña palabra de conexión que tiene la respuesta (por ejemplo, si, y, por lo tanto, a fin de que, debido a que, etc). A veces las principales diferencias entre teologías enteras dependen de estas conexiones.

2.4 Pregunta cómo el contexto ayuda a definir el significado de las palabras y las frases

No puedes saber con exactitud lo que significa una proposición hasta que sepas el significado de las palabras, y no puedes saber el significado de las palabras hasta que no sepas el significado de la proposición. Es un círculo, pero no es un círculo sin esperanza. Las palabras tienen un rango limitado de significados compartidos.

Las conjeturas equivocadas acerca del significado de las palabras a menudo se encuentran al final de la frase o párrafo. Incluso las palabras, en y por sí mismas, pueden tener varios significados, el contenido y las relaciones de las proposiciones alrededor de ellas generalmente aclaran el significado específico que el autor tenía la intención que tuvieran.

2.5 Pregunta acerca de las conexiones con otras partes de la Biblia

Tenemos que preguntarnos cómo el significado que estamos viendo en un pasaje se ajusta a otros pasajes. ¿Hay confirmaciones en algún otro lugar en la Biblia? ¿Hay pasajes que parecen contradictorios o inconsistentes?

Cuando siento la tensión entre dos versículos o pasajes, nunca asumo que la Biblia es inconsistente. Asumo que no estoy viendo todo lo que necesito ver. Si no he visto lo suficiente para explicar la aparente inconsistencia, hacer más preguntas probablemente me ayudará a ver más. Pocas cosas nos llevan a un conocimiento más profundo y más rico de Dios y sus caminos que este hábito de preguntar cuántos textos son coherentes en realidad cuando al principio no lo parecen.

2.6 Pregunta acerca de la aplicación

El objetivo de los escritores bíblicos no es sólo que “conozcamos,” sino que “seamos” y “hagamos.” Así que necesitamos formar el hábito de hacer preguntas relacionadas a la aplicación. Para nosotros. Para nuestra iglesia y nuestras relaciones. Para el mundo. La tarea de la aplicación nunca termina. Hay millones de maneras en que un texto puede ser aplicado. Nuestro trabajo no es conocer todas las aplicaciones, sino crecer en la aplicación del significado de la Escritura en nuestras vidas.

2.7 Pregunta acerca de las afecciones – respuestas apropiadas del corazón

El objetivo de nuestra lectura de la Biblia no es sólo la respuesta de la mente, sino la del corazón. Toda la gama de emociones humanas son posibles respuestas al significado de la Biblia. Dios nos da la Biblia no sólo para informar nuestra mente, sino también para transformar nuestros corazones – nuestras afecciones. La palabra de Dios es honrada no sólo por entender correctamente, sino también por sentir correctamente.

3. En cada página, ore y pida la ayuda de Dios

Oh Señor, inclina nuestros corazones a tu palabra. Danos un deseo por ella. Abre nuestros ojos para ver las maravillas allí. Somete nuestra voluntad y danos un espíritu obediente. Satisface nuestros corazones con una visión de ti mismo y camino para nuestras vidas.

Por: John Piper. © Desiring God Foundation.
Fuente: “How to Read the Bible for Yourself”.
Traducido por: Daniel Elias

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