Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

¿Cómo deben comentar los cristianos en línea?

Leer los comentarios de la gente en línea es un estudio de la naturaleza humana interesante y a veces preocupante. Y leer comentarios de cristianos profesantes en sitios cristianos (así como en otros sitios) puede ser un estudio desalentador en teología aplicada.
La naturaleza inmediata, directa y brusca de los comentarios en sitios web y redes sociales es lo que a menudo los hacen mínimamente útiles o incluso destructivos. Los comentarios pueden fácilmente ser imprudentes. Esa es la razón por la que debemos prestar atención a la advertencia de Jesús: “Pero Yo les digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio” (Mateo 12:36). Esta advertencia hace que el comentar sea un asunto serio para Dios.

¿Cómo debemos comentar?

Raramente: “En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente” (Proverbios 10:19 RV60).
La Biblia nos aconseja refrenar nuestros labios (lo que en el siglo veintiuno incluye manos) porque un necio tiene muchas palabras (Eclesiastés 5:3). Somos sabios al prestar atención a este consejo. También es útil recordar que nuestra naturaleza pecaminosa nos da a todos un sentido exagerado de auto-importancia. Pero la humildad del evangelio nos lleva a considerar a otros más importantes que a nosotros mismos. (Filipenses 2:3). Tal vez nuestras opiniones no son necesarias después de todo.
Pausadamente: “Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira” (Santiago 1:19).
Si un artículo o publicación te hace enojar, casi nunca deberías escribir en el calor de la irritación. En ese estado de ánimo es muy difícil ser “amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres” (Tito 3:2 RV60). Lo mejor es esperar y orar. Una hora o un día probablemente provean un comentario más amable, si es necesario.
Gentilmente: “Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona” (Colosenses 4:6).
Todas las cosas que se dicen fuera de la Biblia por seres humanos caídos, especialmente publicaciones rápidas escritas en redes sociales, son limitadas, deficientes, y defectuosas. Y todos nosotros leemos las cosas a través de los filtros de nuestra experiencia y perspectiva. Todos nosotros decimos e interpretamos las cosas erróneamente. Por lo tanto, podemos ser amables y pacientes, procurando asumir lo mejor de las personas.

¿Cuándo debemos comentar?

Para el cristiano, el propósito de decir algo a alguien en cualquier momento, ya sea con los labios o las manos, es “para [impartir] gracia a los que escuchan” (Efesios 4:29). Así que si discernimos que deberíamos comentar en la publicación de alguien, nuestra motivación debería ser para impartir gracia. Cuando decidamos que sería bueno hacer un comentario, aquí hay algunas sugerencias de maneras para impartir gracia.
Agradece: Dar gracias puede ser la mejor y la más frecuente razón por la que debemos comentar. Si un escritor incrementa nuestro entendimiento o anima nuestra alma o nos advierte o exhorta amablemente, expresar nuestra gratitud es apropiado para nosotros y vivificante para el escritor. Lo que escribimos no tiene que ser perfecto. Si hemos sido ayudados, podemos agradecer; si no lo hemos sido, no digamos nada.
Anima: Como humanos generalmente nos resulta más fácil criticarnos entre sí que animarnos unos a otros. A menudo, esta respuesta es el orgullo pecaminoso que afecta nuestras habilidades de pensamiento crítico. Fácilmente hay un centenar de críticos por cada persona que anima. Como personas centradas en el evangelio que procuran impartir gracia, los cristianos pueden usar los comentarios para alentar y edificar a un escritor y a los otros lectores (1 Tesalonicenses 5:11). Busca e identifica la gracia en un artículo o publicación.
Clarifica: Si una publicación es confusa o parece errada para nosotros, impartir gracia es primeramente hacer preguntas aclaratorias, en lugar de saltar inmediatamente a conclusiones. Un pregunta amable y perspicaz podría revelar el error de un escritor o el mal-entendimiento de un lector.
Corrige (amablemente): Impartir corrección debe ser bastante raro. En general, pienso que se pierde mucho tiempo en elaborar críticas en los comentarios y luego defender esas críticas de los comentaristas que se oponen. Pero ocasionalmente un error evidente o doctrinal puede ser lo suficientemente importante como para justificar una corrección. En tales casos debemos recordar la instrucción de Pablo:

El siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido. Debe reprender tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad. (2 Timoteo 2:24-25)

La humildad auténtica en el corazón y el tono es esencial. Espera y ora hasta que puedas comentar de manera que coincida con la exhortación de Pablo. Y no seas absorbido por la pérdida de tiempo de las “palabrerías vacías” de los otros comentaristas (2 Timoteo 2:16). Deja el comentario en fe y no te ofendas si no recibes una respuesta. Si conoces al autor personalmente, evita corregirlo con un comentario en público. Escríbele o llámale en privado.

No enciendas fuegos

Para concluir, recordemos esta palabra sobria del apóstol Santiago:

También la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida. (Santiago 3:6)

Santiago escribe esta advertencia a los cristianos. Los cristianos encienden fuegos en los hilos de los comentarios. No encendamos fuego a través de palabras imprudentes por las cuales daremos cuentas. Más bien, refrenemos nuestros labios/dedos, y cuando hablemos, que pueda ser sólo para impartir gracia a aquellos que escuchan.
Por: Jon Bloom © Desiring God Foundation.
Fuente: “How Should Christians Comment Online?”.
Traducido por: Daniel Elias.

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