
El Buen Pastor
San Juan 10:11
“Yo soy el buen pastor, el buen pastor da su vida por sus ovejas.”
El bebé que nació, nació para ser el Buen Pastor.
Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”
Jesús estaba cumpliendo el rol que dice el salmista el Salmos 23:1:
“El Señor es mi pastor nada me falta”
En Salmos 23, nos habla de lo que hace el buen pastor: él provee para su rebaño, lo protege, lo restaura.
Hoy en día, es igual como en ese entonces.
No faltan lugares de refugio inadecuados, “pastores” inadecuados.
Gente tratando de decir que la carrera es el buen pastor: nada me falta, con mi carrera, nada me va a faltar.
El dinero, que el dinero es mi pastor: con el dinero nada me falta.
O que la salud es mi pastor: con la salud nada me falta.
O tener hijos obedientes: con hijos obedientes, nada me falta.
O el sexo: con el sexo, nada me falta.
O el trago, con el trago, con mis “chelas”, nada me falta.
O con mi religión, nada me falta.
Todos éstas cosas son “pastores” inadecuados. Jesús es el Buen Pastor, sólo Jesús es el Buen Pastor.
Ustedes no han fortalecido a las débiles, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, no han buscado a la perdida; sino que las han dominado con dureza y con severidad. Las ovejas se han dispersado por falta de pastor, y se han convertido en alimento para toda fiera del campo. ¡Se han dispersado! (Ezequiel 34:4-5)
Porque así dice el Señor Dios: “Yo mismo buscaré Mis ovejas y velaré por ellas. Como un pastor vela por su rebaño el día que está en medio de sus ovejas dispersas, así Yo velaré por Mis ovejas y las libraré de todos los lugares adonde fueron dispersadas un día nublado y sombrío. (Ezequiel 34:11-12)
Porque el buen pastor da su vida por sus ovejas. Es Jesús quien quita la brecha, la división entre Dios y el hombre, la brecha que es el pecado. Pues él murió en la cruz. Por su muerte en la cruz, cualquier persona que ve a Jesús como Salvador, y se identifica con Jesús, que diga: “Él es mi buen pastor, Él es mi guía, yo quiero estar con Él”. Cualquier persona así, puede decir:
“El Señor es mi buen pastor, y sé que su bondad, su misericordia me perseguirán todos los días de mi vida, y que en tu casa oh Señor, viviré por largos días.” (Salmos 23:6)
Si el Señor es tu pastor, nada te falta.
Por: David Bhadreshwar.
Canción sugerida: “Océanos”, por Hillsongs United.
Amén… Quiero vivir en él toda mi vida.
Saludos desde Venezuela