Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

Aquella Semana - día 3

Aquella Semana – día 3

En su muerte vemos cómo producir mucho fruto.

Juan 12:23: «Jesús les respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado. En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, quede él solo; pero si muere produce mucho fruto. El que ama su vida la pierde, y el que aborrece su vida en este mundo la conservará para vida eterna”».
Jesús está hablando justo antes de ir a la cruz y dice: «Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea…». ¿Qué habrías dicho? Sea crucificado, sea maltratado, sea rechazado, sea abandonado…
Así sucedió, pero dice: «Para que el Hijo del Hombre sea glorificado». ¿Cómo? Una crucifixión, no era nada glorioso.
Jesús fue traicionado, rechazado, lo habían escupido en la cara, le habían puesto una corona de espinas, lo habían humillado en casi todas las formas, sangrando, azotado, chillando de dolor por los clavos traspasando sus manos, sus pies.
Todo el mundo tirándole en su cara burlas, blasfemias, y él estaba muriendo.
Jesús dice: «La hora de que el hijo del hombre sea glorificado», y para nosotros como que no tiene sentido hablar de esa manera, y pensamos así porque aplastamos la verdad y necesitamos que Jesús nos hable con la realidad.
Y Jesús dice: «En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero sí muere, produce mucho fruto».
Nos parece tonto lo que hizo Jesús, su muerte en la cruz, porque olvidamos como es una semilla, ¿Qué hace una semilla? Voy a poner un grano de trigo, ¿dónde? ¿En el barro? Estás loco, yo quiero conservarlo para hacer harina, o qué se yo, ¿y Jesús habló así?
Sí, yo también olvido el diseño de una semilla. En una semilla hay un propósito, hay una finalidad, y la meta es mucho fruto. La muerte de Jesucristo es digna de ser anunciada, porque Jesús en la cruz está logrando algo, *mucho fruto*.
Por: David Bhadreshwar.

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