
Aquella Semana – día 1
Anunciamos su muerte porque nos manda hacerlo.
Pablo les hablaba a los cristianos y dijo: «Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado, que el Señor Jesús la noche en que fue entregado tomó pan y después de dar gracias lo partió y dijo: “Este es mi cuerpo que es para ustedes, hagan esto en memoria de mi”. De la misma manera tomo también la copa después de haber cenado diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, hagan esto cuantas veces la beban en memoria de mi, porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa proclaman la muerte del Señor hasta que él venga”».
Lo que dice Pablo es impresionante, porque dice que Jesús dijo: «Ya, el pan y el vino lo hacen en memoria de mí», y Pablo dice: «Las veces que coman el pan y beban la copa, proclaman la muerte del Señor hasta que Él venga» ¿Proclamen la muerte del señor?, ¿anuncien la muerte del señor?, ¿mantener presente con frecuencia la muerte del Señor?
Es extraño, porque si tú hubieras visto la muerte de Cristo, muy probablemente habrías vomitado de asco. Nadie hubiera visto la muerte de Cristo con su cuerpo maltratado, molido, sangrando, su cara con saliva porque habían escupido en su rostro; nadie hubiera visto esto para decir: «Ah, eso es noble». ¿Celebrar la muerte de Jesús? ¿Anunciar la muerte de Jesús? ¿Cómo? Si Jesús nos dijo: «Amen a sus enemigos», si tú haces memoria de una injusticia, de algo muy fuerte, eso no es para promover el amor del enemigo, más bien promueve el resentimiento. Yo soy inglés, de Inglaterra, y si un escocés ve la película CORAZÓN VALIENTE que habla de los abusos que cometían mis antepasados hace muchos siglos, después el escocés me mirará mal.
Entonces, es extraño que la Biblia nos mande a hacer memoria y proclamar la muerte de nuestro querido Salvador y Señor. Y es doblemente extraño, porque a través de la historia, las personas que han hecho memoria de la muerte de Cristo son las que con frecuencia han vivido vidas milagrosas. Personas han sido transformadas, para que amen a sus enemigos, para que tengan valor, ternura, y compasión, en lugar del odio, la dureza, el resentimiento, y el menosprecio.
Es algo que sucedió hace 2.000 años, pero la Biblia nos llama hoy en día a proclamar la muerte del Señor, y este año yo te invito a considerar algunas voces de AQUELLA SEMANA.
Tenemos 24 meditaciones, y estoy orando para que, a través de la meditación en AQUELLA SEMANA, el Señor te transforme tanto a ti como a mí.
Por: David Bhadreshwar.
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