
Antes de casarte, cuestiona tu relación
Desde mi divorcio, las personas me han preguntado una y otra vez: “¿Hubo alguna señal de alerta cuando ustedes dos estaban saliendo?” La verdad es que: ninguna evidente.
Sé que no es lo que la gente quiere escuchar. Ellos quieren una manera para asegurarse que la persona con la que se van a casar no los decepcionará. No los fallará. No se convertirá en otra persona. Pero cuando te casas, como señala Elisabeth Elliot, “te casas con un pecador”. Te comprometes con una persona falible y un futuro incierto. Si también te comprometes a caminar en obediencia y búsqueda de la gloria de Dios, cuando vengan las decepciones y las pruebas en el matrimonio, puedes aferrarte a Dios que nunca falla o abandona a sus hijos.
Sin embargo, aunque ninguno de nosotros puede predecir el futuro, hay sabiduría en cuestionar tu relación antes de comprometerte en matrimonio. Cómo tu pareja trata a la mesera que les sirve la cena, cómo interactúa con la gente en la iglesia, cómo pasa su tiempo, cómo trata tu pureza, y cómo usa su dinero son todos estos indicadores del tipo de cónyuge que probablemente sea.
Cuando estamos envueltos en sentimientos románticos, puede ser difícil ver con claridad. Si somos honestos, a veces no queremos ver con claridad, ya que esto podría significar que necesitamos poner fin a una relación que disfrutamos y decir adiós a alguien que amamos. Pero si amamos a Dios y su Palabra, vamos a buscar su sabiduría (Santiago 1:5).
Una manera de buscar su sabiduría es hacer ciertas preguntas acerca de la persona con la que estás saliendo. Aquí hay siete.
1. ¿Cómo ve a Dios?
A.W. Tozer dijo: “Lo que viene a nuestras mentes cuando pensamos en Dios es la cosa más importante acerca de nosotros”. Si eres cristiano, lo que tu pareja piense acerca de Dios debiera ser la cosa más importante sobre tu pareja para ti — no sólo lo que cree teológicamente, sino también cómo ama a Dios con devoción. El tipo de persona con la que quieres construir una vida se esforzará por amar a Dios con todo su corazón, alma, mente, y fuerzas (Lucas 10:27).
2. ¿Cómo ve la iglesia local?
La iglesia es la novia de Cristo. Si la persona con la que estás saliendo dice que ama a Jesús, ella también amará a Su novia. Ella verá el valor de asistir a la iglesia (Hebreos 10:25). Ella no va a chismear habitualmente o difamará de los miembros del cuerpo. Ella en humildad buscará la comunión y la rendición de cuentas con creyentes mayores y piadosos. Hace algunos años tuve un amigo que me dijo que no podía pensar en una persona en su iglesia que respetara lo suficiente como para acercarse para recibir consejo. Prefería volar sólo. Si la persona con la que estás saliendo siente que no tiene nada que aprender u ofrecer a la iglesia, esto no sólo revela problemas con su teología, sino también una falta de amor por lo que Cristo mismo valora.
3. ¿Ama la palabra de Dios?
¿Tu pareja busca y examina las Escrituras “con todo su corazón”? (Salmos 119:2). No guardará la palabra perfectamente —ninguno de nosotros lo hace— pero ¿está trabajando continuamente para ser más como Cristo? Todos luchamos, como Marta, con parar lo que estamos haciendo y sentarnos a los pies de Jesús. Sin embargo, la cantidad de tiempo que pasamos en la Palabra afecta directamente nuestro amor para con Dios y nuestro deseo de crecer como cristianos.
4. ¿Te respeta?
¿Te respeta con sus palabras?
¿Tu pareja te edifica o te hace llorar con sus palabras? Las personas pueden cambiar y cambian, pero nos casamos con alguien por lo que es, no por lo que podría ser. La manera en que tu pareja te habla y habla de ti revela su respeto (o falta de ello) hacia ti como un portador o portadora de la imagen de Dios.
¿Te respeta con sus acciones?
Una pareja que exhibe un comportamiento violento mientras están saliendo es alguien que casi con certeza exhibirá un comportamiento violento en el matrimonio —probablemente en un grado aún mayor. Hay perdón para todos los pecados, incluyendo el mal genio y los arrebatos violentos, pero continuar saliendo con alguien que no está dispuesto a trabajar para cambiar estos hábitos no sólo es imprudente sino también peligroso.
Del mismo modo, una pareja que regularmente te presiona para pecar sexualmente revela lo que más desea —y no es tu pureza ni la gloria de Dios. Desde la forma en que los jóvenes cristianos hablan, es claro que existe una clara idea errónea de que el matrimonio resuelve el problema de la lujuria. No lo hace. El pecado sexual repetitivo, el uso de la pornografía, y la falta de dominio propio cuando están saliendo seguramente seguirán a una persona en el matrimonio si no trata con ello y se arrepiente. Otra vez, hay perdón por la gracia de Dios. Hay nuevos comienzos. Pero cómo tu pareja trata tu pureza y su pureza es algo que debe ser discutido, no ignorado.
5. ¿Cómo trata a los demás?
A menudo se ha dicho que cómo un hombre trata a su madre y a su hermana revela cómo él tratará finalmente a su esposa. De la misma manera, cómo tu pareja trata a los extraños, como al cajero del supermercado o al mesero del restaurante, habla de cómo ve a las personas en general —su valor, importancia y dignidad. Esto da una idea de cómo tratará a las personas que deseas ministrar —tus amigos y familia— y también arroja luz de cómo puede tratarte en el matrimonio una vez que la “fase de luna de miel” haya acabado.
6. ¿Cómo utiliza su tiempo y recursos?
¿La persona con la que estás saliendo es “libre del amor al dinero” (Hebreos 13:5)? ¿Gana, da, y gasta sus recursos en una manera que refleja un amor primordial por Dios y la gente? Otra vez, toma tiempo desarrollar estos hábitos. Pero es sabio pensar bien en cómo ambos administran sus recursos, ya que gran parte de la vida y el matrimonio implica mayordomía y decisiones financieras.
Cómo gasta su tiempo también habla de él o ella. ¿Sirve a otros, trabaja duro en su trabajo, y sabe cómo relajarse? o ¿Adora al trabajo como un ídolo? ¿Descuida sus responsabilidades para que pueda ver maratones de series en Netflix? El equilibrio entre el trabajo y el descanso es muy difícil. Es importante observar estos hábitos en ti mismo y en tu pareja y discutir cómo conseguir juntos un equilibrio que honre a Dios.
7. ¿Cómo responde a las decepciones y a las pruebas?
Después de ver a mi marido dejar la fe y nuestro matrimonio, esta pregunta ha llegado a ser incluso más importante para mí. Si bien no es un defecto de carácter tener un pasado libre de pruebas, me gustaría observar cómo mi pareja potencial lidia con la pérdida y el dolor. ¿Ha pasado por el fuego y salido por el otro lado aferrándose todavía a Cristo?
La vida está llena de pequeñas frustraciones y decepciones. También incluye llamadas telefónicas devastadoras y pérdidas inesperadas. ¿Cómo responde tu pareja cuando no consigue lo que quiere? ¿cómo te trata cuando está frustrada? ¿se aleja cuando los tiempos se ponen difíciles? Cómo responde a las pruebas habla de su paciencia y también revela la firmeza de su fe.
Busca la sabiduría, no la perfección
Antes de evaluar a la persona sentada frente a ti, un poco de auto-examen está en primer lugar. ¿Eres el tipo de persona ideal con la que a tu pareja le gustaría estar? ¿Pides regularmente a Dios lijar tus propias asperezas? Si no, leer una lista como esta podría producir en realidad orgullo en lugar de sabiduría.
Hacer estas preguntas no asegura la felicidad conyugal, ni se trata de adquirir una perfección que sólo puede encontrarse en Jesús. Se trata de honrar a Dios y caminar en sabiduría. Ignorar los problemas no los hace desaparecer, y negarlos no fortalecerá tu relación. Discutir tus preocupaciones puede ser difícil e incómodo —puede resultar en una ruptura de la relación— pero si amas y confías en Dios, no tienes que temer enfrentar estas preguntas.
Por: Rachel Watson © The Gospel Coalition.
Fuente: “Before You Marry, Question Your Relationship”.
Traducido por: Daniel Elias.
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