Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

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Ama la vida que nunca quisiste

Tendemos a definir nuestra vida basados en nuestra percepción de nuestro progreso. ¿Estoy donde pensé que estaría a esta edad? ¿He logrado lo que pensé que lograría? ¿Son mis sueños más o menos reales hoy? ¿Soy feliz en mi matrimonio, mi familia, mi posición en el trabajo? ¿Mi vida es exitosa?
En realidad, la vida nunca se define por nuestro rendimiento o por nuestras circunstancias. Lo que realmente hace que cualquier vida valga la pena vivir hoy, es la presencia, la protección y el placer del todopoderoso Dios que satisface todo.
“Dios siempre escribe una mejor historia para ti de la que escribirías para ti mismo.” Click To Tweet
Después de ser vendido como esclavo por sus propios hermanos, José sorprendentemente subió al poder de tal vez el imperio más poderoso del mundo.

Pero el Señor estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y vivía en la casa de su amo el Egipcio. Vio su amo que el Señor estaba con él y que el Señor hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía. Así José halló gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía. (Génesis 39:2-4)

Potifar puso a José a cargo de todo. Pero la esposa de Potifar codició a José y trató de seducirlo. Cuando él rechazó fielmente sus insinuaciones, ella lo acorraló, reclamando que él había venido a ella. Sus mentiras lo arrancaron de todo su poder y responsabilidad y lo arrojaron a la cárcel (Génesis 39:20). Él no cometió ningún pecado (al menos no con la esposa de Potifar), ni se encontró engaño en su boca, y sin embargo fue tratado peor que un esclavo, encerrado sin esperanza de liberación.

Pero el Señor estaba con José, le extendió su misericordia y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel. El jefe de la cárcel confió en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel… y todo lo que él emprendía, el Señor lo hacía prosperar. (Génesis 39:21-23)

Ya sea en el poder o en la cárcel, la vida de José estaba llena de esperanza, era significativa y exitosa, no porque trabajara duro o recibiera lo que él merecía, sino porque Dios estaba con él. El Señor estaba con él en el éxito — y el Señor estaba con él en la cárcel.

¿Qué tan buena es tu vida?

¿Es la vida que estás viviendo actualmente la que siempre quisiste para ti?
¿Pensabas que ya estarías casado? ¿O que aún estarías casado? Si estás casado, ¿te casaste cuando pensaste que lo harías, o con quién pensaste que te casarías?
¿Qué tal tu trabajo? ¿No es lo que esperabas? ¿Sientes que tus talentos están siendo desperdiciados? ¿Sueñas con hacer algo diferente con tu vida?
Tal vez desearías estar viviendo en otro lugar ¿Deseas estar más cerca de casa (o más lejos)?
“Todo lo que experimentas — esperado o inesperado, agradable o doloroso — es el buen plan de Dios para hacerte suyo.” Click To Tweet
La realidad es que todos podemos imaginar algo mejor para nosotros mismos que nuestras circunstancias de hoy. La mayor realidad es que, si amas y sigues a Jesús, Dios siempre escribe una mejor historia para ti de la que escribirías para ti mismo. Lo “mejor” se basa en esto: Dios mismo es lo mejor y lo más satisfactorio que podrías tener o experimentar y, por lo tanto, la plenitud de la vida no se encuentra finalmente en ningún éxito, logro o relación terrenal, sino en tu cercanía con Dios a través de la fe.
El lado oscuro de esta buena noticia es que es posible que tengas que caminar a través del dolor, la decepción, el rechazo y el sufrimiento durante setenta u ochenta años. El lado más brillante (y predominante) dice que Dios nunca comete errores al elegir el bien para ti. Todo lo que experimentas — esperado o inesperado, deseado o no deseado, agradable o doloroso — es el buen plan de Dios para hacerte suyo (Juan 10:27-29), para darte a ti para siempre (Salmo 16:11), y para usar tu vida para revelarse a sí mismo y su gloria al mundo que te rodea (Isaías 43:25, 1 Corintios 10:31).

El secreto del contentamiento

Un par de miles de años después de que José gobernara y luego fuera dejado en la cárcel para podrirse, Pablo vivió y escribió las mismas cosas sobre la vida.

No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza (vivir humildemente), y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:11-13)

¿Cuál es el secreto de la alegría y del contentamiento frente a lo que trae la vida? Es centrar y anclar nuestra alegría y nuestro contentamiento en Cristo, más que en la vida. John Piper dice: “Cuando tenemos poco y hemos perdido mucho, Cristo viene y se revela como algo más valioso que lo que hemos perdido. Y cuando tenemos mucho y estamos rebosando en abundancia, Cristo viene y muestra que Él es más superior a todo lo que tenemos.”
“Deja de intentar escribir tu propia historia, y aprende a amar la vida que nunca quisiste.” Click To Tweet
Por lo tanto, podemos orar con Salomón en su sabiduría, “No me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan, no sea que me sacie y te niegue, y diga: ‘¿Quién es el Señor?’ o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios.” (Proverbios 30:8-9). A través de los ojos del sueño americano, la siguiente oración parece pequeña, incluso contraproducente. Dios, niégame la riqueza y la prosperidad a fin de mantener y satisfacer mi alma. Para aquel que se rinde y se satisface en Jesús, este es un sueño supremo por el que vale la pena soportar cualquier cosa (Romanos 8:22).

Un tesoro y una ambición mayor

¿Es la vida que estás viviendo actualmente la que siempre quisiste?

  • ¿Estás contento — más que contento: encantado y emocionado — de tener a Dios a tu lado (Josué 1:9)?
  • ¿Has puesto algún estándar terrenal o logro por encima de conocerlo y ser suyo (2 Corintios 6:16)?
  • ¿Estás dispuesto a confiar tu alma, tu causa y tu vindicación al que siempre juzga con justicia, a aquel que ha prometido obrar todas las cosas en cada circunstancia — incluyendo toda adversidad, cada decepción e incluso cada pecado contra ti — para ti (1 Pedro 2:23, Romanos 8:28)?

Dios quiere que todos nosotros, después del injustamente condenado José, y el brutalmente golpeado Pablo, tengamos su fe, esperanza y alegría. Haz de Él tu mayor tesoro y ambición, y ve todo lo demás que te sucede a la luz de ese placer y seguridad infinitos. Aprende a amar la vida que tienes con Dios, aunque sea la vida que nunca quisiste.
Por: Marshall Segal © Desiring God.
Fuente: “Love the Life You Never Wanted”.
Traducido por: Daniel Elias.

Hay un comentario publicado

  1. Anónimo dice:

    Excelente reflexion. Debemos tambien pedir a Dios que nos permita tomar las mejores decisiones para nuestras vidas?

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