Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

81. «Tú, mi Dios, estás de mi parte» – Salmo 56:9

Amado, la mayor misericordia que un pecador puede disfrutar es tener a Dios de su parte, comprometido en su lucha, y ocupado en sus inquietudes más importantes; esta misericordia es tuya. Dios está de tu parte. Te eligió en Cristo antes del comienzo del mundo. Te formó para proclamar su alabanza. Te preservó en Cristo hasta que te llamó por gracia. Te vivificó mediante su Espíritu, y te guio a Jesús. Te ha dado a su Hijo, y prometió todo bien adicional. Te ha dicho: «Tú eres mío». Y tú has dicho: «Yo soy tuyo». Él es ahora tu refugio y tu fortaleza; con ternura se interesa por tu bienestar, está comprometido con devoción a tu causa, y observa cada paso que das. Puede probar tu fe, pero ciertamente suplirá tus necesidades. Puede ejercitar tu paciencia, pero nunca va a hacer oídos sordos a tus súplicas, excepto que consientas la iniquidad en tu corazón. Ningún padre sintió jamás un interés tan profundo por el bienestar de un amado hijo, como tu Dios lo hace contigo. Él dice: «No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha». Confiando en semejante promesa, ¿quién puede fracasar?

Si Dios es mío, no necesito temer
la ira de la tierra y el infierno;
él sostendrá mi débil contextura,
y contendrá su extrema fuerza.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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