
72. «El Dios de paz» – Hebreos 13:20
A través de la preciosa sangre de Jesús, Dios nos trajo la paz, y se reconcilió con nosotros. Él es el Dios de paz. No tenemos nada que temerle, sino que podemos esperar toda bendición que roguemos en el nombre de Jesús. Estaba enojado con nosotros, pero su enojo fue quitado, y él nos consuela. Ahora está en paz con nosotros, y nosotros en paz con él. Él busca nuestro bienestar y nosotros buscamos promover su gloria.
¡Qué dulce concepto de Jehová es este! «El Dios de paz». Como tal, acerquémonos a él, derramemos nuestro corazón ante él, ejercitemos la confianza en él, y nuevamente entreguémonos sin reservas en sus manos. Él ha aceptado la obra completa de Jesús por nosotros, lo resucitó de la muerte, y lo situó a su diestra en lugares celestiales, y se deleita en bendecir nuestra alma en su nombre. Nunca estará más en paz con nosotros que como lo está ahora, aunque creamos con más confianza, y lo disfrutemos con más dulzura. La resurrección de Jesús, nuestro sustituto, demuestra que él está completamente complacido; y el regalo del Espíritu Santo demuestra que se deleita en hacernos bien. Cuidémonos de opiniones erradas o pensamientos negativos de Dios. Él es «el Dios de paz».
¡Oh Dios de paz! Impárteme
el estado de paz y de quietud:
rocía la sangre sobre mi corazón,
y graba allí tu nombre.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
Deja un comentario