
62. «El gozo del Señor es nuestra fuerza» – Nehemías 8:10
El miedo y el dolor naturalmente nos debilitan, pero la fe y el gozo nos fortalecen. El gozo es el refresco del alma: nos aviva, nos anima, nos alienta, y nos hace fuertes. Nuestro Padre celestial es llamado: «El bendito, o el Dios feliz». También es el Dios que hace feliz a otros. Él ama ver a su pueblo feliz; por tanto, como el Dios de todo consuelo, él ha dispuesto grandes previsiones para nuestra felicidad. Hay fuentes de salvación, y nosotros debiéramos beber de ellas con alegría. Hay una plenitud inagotable en Jesús, y de esa plenitud debiéramos recibir, para cada necesidad, para cada deber, para cada prueba. Podemos acudir a él sin restricción; no hay límite para acudir a él. Oye a nuestro amado Señor: «Pidan y recibirán, para que su alegría se vea cumplida». Solamente podemos alcanzar la felicidad cuando nos despojamos de nosotros mismos, y vivimos descansando en Jesús, por encima del mundo en territorio de la libre gracia de Dios. El cristiano feliz es el cristiano fuerte, y es el cristiano fuerte quien trae mucha gloria a Dios, mucho honor a su causa, y hace mucho bien en el mundo. Nuestro deber es tanto ser felices como ser santos; se nos encomiendan los dos, y hay previsiones dispuestas para lo uno y lo otro.
Regocíjate por siempre
en la verdad y en el poder,
y en la gracia de tu amigo celestial,
hasta que su gloria los creyentes recibamos,
y un reino que no tendrá fin.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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