
5 Razones por las cuales no discipulamos
Una gran necesidad
A menudo escuchamos a líderes decir que hay una gran necesidad de que los cristianos sean discipulados, eso significa ser cuidado personalmente y nutrido a la madurez y productividad. Sin embargo, hoy en día parece que son pocos los líderes que están discipulando a otros. Permíteme sugerir 5 razones para esto.
1. Culturalmente, las personas no están abiertas al tipo de vulnerabilidad que el discipulado requiere.
Hay un enfoque consumista que ha entrado a la actitud de varias personas frente a la iglesia. Vienen esperando un buen programa y son atraídos por ciertas cosas – la música, el sermón, los estudios bíblicos en grupos pequeños o el programa de niños. Les gusta disfrutar estas provisiones mientras guardan su privacidad, no dejando que nadie interfiera con sus vidas personales. Tristemente, debido a esto, muchos cristianos viven una doble vida, luciendo bien en la iglesia mientras luchan contra el pecado u otros problemas o desalientos que nadie en la iglesia sabe.
Cuando los líderes detectan esta resistencia de los miembros a ser abiertos en cuanto a sus vidas, pueden acobardarse de intentar establecer relaciones de discipulado. Sin embargo, he encontrado que algunas veces la perseverancia de los líderes en intentar establecer vínculos estrechos con potenciales discípulos da fruto resultando en miembros abriéndose a vibrantes relaciones de discipulado.
2. Muchos líderes no están dispuestos a dar el tiempo y compromiso que el discipulado requiere.
Discipular requiere que el que discipula, llámese discipulador, devote largas horas para conocer personalmente a los discípulos y ministrar a sus necesidades. También requiere de un costoso y algunas veces doloroso compromiso a largo plazo con estas personas. A pesar de que tal compromiso es característica clave del cristianismo, los cristianos en esta sociedad que se mueve rápido no están dispuestos a asumirlo. Los líderes deben hacer que encontrar tiempo con personas sea una prioridad. Esa es una tarea complicada considerando lo ocupados que muchos de nosotros estamos. Pero es algo a lo que debemos comprometernos a hacer. Nuestros discípulos pueden fallar bien feo. Algunos, como Judas, probablemente no lleguen al final. Otros, como Pedro, pueden cometer grandes errores después de haber invertido fuertemente en ellos. Discipular es una actividad frustrante, y nuestra impaciente sociedad orientada a la eficiencia mira la frustración como algo para ser evitado.
Pero Pablo enseña que la frustración es una parte esencial de la vida en un mundo caído (Romanos 8:20) y que el gemido es una respuesta normal a ella (Romanos 8:23). Aquellos que hacen discípulos necesitan estar abiertos a una vida de frustración y gemidos. Jesús tuvo la frustración de ver a sus discípulos cometer algunos de sus errores más grandes justo al final de su etapa de entrenamiento. Pero esos discípulos comenzaron el movimiento más largo y significativo que el mundo haya visto.
3. Se ha abusado de las relaciones de discipulado a través de los excesos de discipuladores inseguros.
Esto pasó con el popular “shepherding movement” o movimiento de discipulado en los Estados Unidos en los 70s y 80s. Los líderes empezaron a tener una influencia poco saludable sobre su gente, y los grupos se volvieron como sectas. Algunas veces los discipuladores se volvieron posesivos de sus discípulos y no les gustaba exponerlos a otras buenas influencias dentro del cuerpo de Cristo. Algunos tienen mucho control sobre la vida de los discípulos, obligándolos a renunciar a sus preferencias personales por la voluntad del grupo, aún en cosas que no están registradas en la Escritura. Algunos seguidores reprimiran su individualidad, serán absorbidos por la voluntad del grupo, y permanecerán, encontrando seguridad en este capullo de secta. Otros se rebelarán después de un tiempo y se irán. Pero usualmente ellos se van con heridas profundas. La unidad hablada en la Biblia es una unidad en diversidad, donde se le da a las personas la libertad de seguir sus visiones que contribuyen al bien común.
Para superar las trampas de la inseguridad en el discipulado, es esencial que los discipuladores se aseguren de que hay un balance saludable en sus vidas y sus ministerios. Ellos necesitan trabajar para encontrar su satisfacción primaria en Dios y no en su ministerio. Si nuestros discípulos son más importantes para nuestra realización que Dios, se han convertido en ídolos que pueden desviarnos. Los líderes también necesitan asegurar que sus otras relaciones primarias sean saludables, como sus relaciones con la familia y el amplio cuerpo de Cristo. Para una vida cristiana saludable, los discipuladores necesitan tener amistades cercanas fuera del grupo de discipulado. Discipular siempre toma lugar desde dentro del contexto del cuerpo de Cristo.
4. Hay el miedo de que si los discipuladores se concentran en pocas personas, el resto de personas serán descuidadas.
Los discipuladores a menudo son acusados de descuidar su rebaño porque dan mucha atención a sus “favoritos”. En el ministerio de Jesús se ve un balance apropiado. Mira sus relaciones justo antes de morir. Él dio tiempo especial a sus discípulos. Pero también se preocupó de manera pastoral por las mujeres que se lamentaban, y llevó personalmente a un ladrón a Dios. Luego tuvo cuidado por su madre y por Él mismo, pidiendo algo para beber. Este es un ministerio balanceado y completo. Parece que Jesús dio la impresión de ser un hombre bondadoso y a la vez dar tiempo extra a los doce. No hay registro de quejas sobre el cuidado especial por sus discípulos.
Hablando prácticamente, a pesar de que todos los cristianos necesitan tener padres espirituales, es imposible para los líderes de grupos grandes asegurar que se preocupan personalmente como padres por las necesidades de todos sus miembros. Pero tienen que cerciorarse de que todos son cuidados de manera personal. La mejor forma de hacer eso es entrenando personas para compartir la carga del cuidado. Eso es lo que pasa en una iglesia que intencionalmente se da al discipulado.
Los líderes, sin embargo, deben asegurarse de que cuando estén con el grupo grande eviten prestar atención especial a sus discípulos. Los discípulos también deben ser enseñados a socializar conscientemente con aquellos fuera de su grupo. Esto ayuda a prevenir que el grupo de discipulado sea visto como “la pandilla” que no es una con el resto de la iglesia.
5. Discipular es una actividad espiritualmente agotadora.
A menudo discipular envuelve luchas por las almas de las personas (mira Colosenses 4:12). Esto puede ser emocionalmente agotador. Algunos evitan esta actividad porque piensan que no tienen la energía espiritual para hacer tal inversión. Sin embargo, el hecho de discipular puede convertirse en una fuente importante de refrescamiento espiritual. La batalla por las almas, en especial mediante la oración, profundiza nuestra relación con Dios. A veces encuentro discípulos que comparten acerca de sus luchas en áreas en las que yo también estoy luchando. La responsabilidad de ayudarlos me lleva a comportarme como es debido. Y luego, así como Jesús le dijo a sus discípulos al final de su vida (Juan 15:15), nuestros discípulos se convierten en nuestros amigos con todas las riquezas de la vida que la amistad trae.
Necesitamos pensar en las bendiciones, para todos los involucrados, del discipulado bíblicamente responsable cuando se nos recuerda de las trampas asociadas con las relaciones de discipulado no bíblicas.
Por: Ajith Fernando
Fuente: 5 reasons we dont disciple
Traducido y publicado por: Mariafernanda Artadi
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