
25. «Tiene que pedir con fe» – Santiago 1:6
Las oraciones del creyente deberían ser reguladas por las promesas de Dios; con frecuencia el creyente piensa que necesita aquello que solamente puede hacerle daño; y por tanto, si lo pide, se le niega, no por enojo sino por amor. Dios ha prometido a su pueblo amado todo lo bueno, y solo lo bueno. Pide aquello que Dios ha prometido conceder, y pide creyendo que Dios honrará y cumplirá su propia Palabra preciosa. Él no puede negarse a sí mismo; cumplirá todo lo que ha prometido. Por tanto, no puedes tener ninguna razón para dudar si el Señor te lo dará, si realmente lo necesitas, y él lo ha prometido con claridad; por tanto, pide anhelando y esperando, y luego acude a recibir.
¿Cuáles son tus necesidades esta mañana? ¿Dónde ha prometido Dios tales cosas en su Palabra santa? Investiga la promesa, llévala a su trono, clama en el nombre de Jesús por su cumplimiento, y nunca dudes por un momento, porque el Señor hará lo que es bueno. Por eso, mantente en la Palabra del Señor; pero si no crees, ciertamente no serás afirmado. La fe honra a Dios confiando en él; y Dios siempre honra la fe respondiendo. «Acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda».
Su amor y poder pueden bendecir
más allá de tus máximas necesidades;
a las almas que oran él siempre concede
más de lo que ellas pueden expresar.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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