
24. «Motivos de mucha alegría» – Lucas 2:10
Nuestro corazón está lleno de cosas que pueden desanimarnos, y llenarnos de abatimiento; y diariamente encontramos cosas en el mundo, o la familia, o la iglesia, que nos apenan; pero el evangelio nos trae buenas nuevas de gran gozo. ¡Nos presenta a un Salvador, y qué gran Salvador! Uno que es Dios y que puede salvarnos, uno que es hombre y puede empatizar con nosotros; uno que sabe por experiencia lo que significan las pruebas, y quien trae todos los recursos de Dios para aplicar a nuestra situación.
Así que podemos tranquilamente preguntar: «¿Por qué te desanimas, alma mía?». En su sangre, hay un perdón completo y seguro para todo pecado; en su obediencia, hay justicia, para justificarnos sin reservas y por siempre ante Dios; en su plenitud, hay una inagotable variedad de bendiciones para suplir nuestras necesidades; y en sus promesas hay consuelo para animarnos en nuestras horas más sombrías. Él es un salvador para los pecadores; todo lo que hizo, lo hizo por los pecadores; el tipo de pecadores que diariamente sentimos que somos. Por ellos él obedeció la ley, por ellos hizo expiación, por ellos ahora intercede ante su Padre; a esos pecadores él invita a su seno, y para ellos está preparando mansiones en el cielo. En el evangelio encontramos todo lo necesario para constituir cualquier motivo de alegría; y allí también se encuentra todo lo requerido para llenarnos con gran gozo.
Este amor excede el más alto pensamiento;
en vano se busca su largo y ancho;
nadie puede decir su profundidad y altura,
el amor de Dios es infinito.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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