
226. «¿Qué daré al Señor?» – Salmo 116:12
Una pregunta muy apropiada luego de un día lleno de bendiciones. Pero aunque intentemos rendirle adoración esta noche, no debemos limitar nuestro pensamiento a este día. Más bien preguntémonos: «¿Qué nos ha concedido el Señor?». Beneficios. Bendiciones sin las cuales no podríamos ser felices, ni útiles, ni santos. Nos ha dado de su gracia, ha dispersado temores, ha logrado nuestra salvación, ha enviado provisiones, ha confirmado nuestra fe, y nos ha prometido la gloria. Todo lo que recibimos es un beneficio. Surge de la gracia generosa, fluye hacia los que no lo merecen, se adapta a nuestra situación, y nos encarga profundas obligaciones. El Padre nos ha dado a su Hijo. El Hijo nos ha dado su obra perfecta. El Espíritu Santo nos ha dado la vida y ha establecido su morada en nuestro corazón.
¿Qué, pues, le daremos? ¿Qué podemos darle? ¿Qué estamos dispuestos a darle? ¿Tenemos dones? Dediquémoslos a su servicio. ¿Tenemos tiempo? Usémoslo para alabarlo. Trabajemos en su viñedo, luchemos contra sus enemigos, suframos por su causa, y demos de lo nuestro a los pobres. ¿Qué será aceptable para Dios? Que camines cerca suyo, propagues su evangelio, visites a los enfermos, alivies a los pobres, le muestres gratitud cuando haya oportunidad. En resumen, vive la vida de un discípulo consagrado.
¿Qué le daré? Ríndele alabanza,
camina cerca de Dios con amor;
cumple sus preceptos, sigue sus caminos,
y acepta toda su voluntad.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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