Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

223. «Andar humildemente con tu Dios» – Miqueas 6:8

El orgullo es uno de nuestros mayores males: consentirlo es criar una serpiente en el corazón. La gracia de Dios siempre nos hace humildes; y es solo siendo humildes que podemos ser felices. Dios se digna caminar con el hombre humilde, pero mantiene distancia con el orgulloso. Considera lo que eras por naturaleza, lo que ahora merodea en tu corazón, lo que habrías sido si no fuera por la gracia de Dios, y sé humilde. Todo lo que tienes es un regalo de la gracia; todo lo bueno que haces es resultado de la obra de Dios en ti. ¿Qué tienes en ti mismo para enorgullecerte? ¿Qué razón tienes para jactarte?

Oh, póstrate en el polvo de la humillación; abriga pensamientos humildes sobre ti mismo; ¡admira la misericordia, la condescendencia y la compasión de Dios al fijarse en un gusano tan vil e indigno! Estudia el carácter y el comportamiento del humilde Jesús, aprende de él, y esfuérzate por andar como él anduvo. Sirve al Señor en toda humildad de la mente. Pero ten cuidado de la falsa humildad; no es humildad la que te hace permanecer satisfecho sin buscar lo mejor que Dios ha prometido, o sin enfocarte en los mayores deberes que Dios ha ordenado.

Por fe en Cristo camino con Dios,
con el cielo en mente como fin del camino.
Sostenido por su vara y su cayado,
mi camino es seguro y también placentero.
Aunque la tierra y el infierno resistan mi andar,
Jehová me protege con su poder.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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