Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

22. «Llévame contigo» – Cantares 1:4

Dulce y preciosa es la invitación de Jesús, pero sentimos que es necesario algo más que la invitación. Con frecuencia hay una falta de deseo, el alma es perezosa, el corazón es duro, muchas cosas se interponen para mantenernos alejados de su plenitud. Su invitación es una garantía total y suficiente: podemos ir a él, podemos ir con confianza, podemos ir cuando queramos, y por todo aquello que necesitemos; su corazón es amable, sus recursos son distribuidos abiertamente, su Palabra es verdad; pero necesitamos que el Espíritu Santo nos lleve. Nuestras debilidades, nuestra renuencia, las dificultades que enfrentamos, nos hacen clamar: «Llévame contigo»; él nos ha llevado, de otra forma nunca nos hubiéramos acercado a él; porque él ha dicho: «Ninguno puede venir a mí, si el padre que me envió no lo trae». Esta acción de llevarnos es el efecto y la prueba del amor eterno; por eso leemos: «Yo te amo con amor eterno. Por eso te he prolongado mi misericordia». El llamado del Señor es tan dulce que nos rendimos antes de reconocerlo: «Yo los atraje con cuerdas de amor». Son tan naturales, que siempre prevalecen: «Yo los atraje a mí con cuerdas humanas».

Que esta noche Jesús nos aleje del mundo, del pecado y del ego; que nos lleve a sus pies, y a su trono.

Guíame al lugar de tu misericordia,
atráeme aun más cerca;
llévame a tus pies como a María,
para sentarme y aprender tu voluntad.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: