Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

202. «Tú me honrarás» – Salmo 50:15

Cuando las pruebas nos llevan al Señor en oración, él nos escucha con amor y nos responde con su gracia. Pero cuando la oración es respondida y disfrutamos su salvación, él espera ser reconocido y adorado. Glorificamos a Dios cuando nuestro corazón está agradecido por sus bendiciones; cuando lo alabamos por sus favores inmerecidos; y cuando lo elogiamos frente a otros como alguien fiel a su Palabra, clemente con sus enemigos, y misericordioso con todos los que acuden a su trono. Pero también lo glorificamos cuando ejercemos una confianza íntima en sus promesas, cuando esperamos todo lo que ha prometido, porque él es la verdad, cuando acudimos a él primero, en toda prueba y todo problema, y cuando llevamos todas nuestras preocupaciones a sus pies, y las dejamos ante su trono. Mediante una sumisión en silencio en la angustia, mediante una serena aceptación en las pruebas, mediante el ofrecimiento diario del corazón como un sacrificio, mediante un tierno interés por darle honor, mediante un compromiso firme con su causa, mediante un afecto fraternal con su pueblo, dando prioridad a su voluntad por sobre la nuestra, así lo glorificamos.

Hagamos de esto la única aspiración de nuestra vida. Exhortémonos cada mañana, diciendo: «Alma mía, glorifica a Dios en este día». Y examinémonos cada noche para ver si hemos mantenido en mente la gloria del Señor durante el día.

Quien ofrece alabanzas de gratitud
exalta mejor el nombre de Jehová.
Aquel cuya mente adopta su ley,
edificará con rectitud su vida.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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