Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

200. «La fe de ustedes va creciendo» – 2 Tesalonicenses 1:3

Esa era la felicidad de los creyentes de Tesalónica. Su fe iba creciendo. Crecía mucho. La semilla se convirtió en planta; la planta pronto se convirtió en árbol. La brizna creció hasta ser espiga; la espiga maduró y surgió un grano completo. El bebé llegó a ser un joven; el joven se convirtió en un padre en Cristo. La fe echa raíces en la verdad. Se aferra con firmeza a la roca. Enfrenta y desafía a la tormenta. Descansa sobre el pacto y la inmutable fidelidad de Dios. Crece mediante el ejercicio. Crece caminando con integridad. Crece mediante el uso adecuado de las ordenanzas del evangelio.

Si nuestra fe crece, Cristo se volverá más precioso. Desearemos con empeño ser cada vez más como Jesús. Aprenderemos mejor a distinguir entre fe y emoción. Seremos capaces de confiar en una promesa manifiesta. Nuestro amor por los cristianos crecerá y se fortalecerá. Aumentará nuestro celo por Dios y su gloria. Nuestra obediencia a los preceptos se volverá atenta e influyente. Nuestra confianza en la Palabra de Dios será firme y enérgica. Nuestra generosidad y benevolencia crecerán de manera proporcional a nuestra fe. Por eso es tan importante que nuestra
fe crezca. Ocúpate de que tu fe sea una fe que crece.

Qué bendición es vivir por fe,
y llevar nuestras cargas al Señor:
creer lo que dice el Salvador,
y descansar confiando en su Palabra.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: