Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

199. «Señor, auméntanos la fe» – Lucas 17:5

El creyente es semejante a su fe. Si la fe es débil, él es temeroso, inquieto e intranquilo; si la fe es fuerte y está enfocada correctamente, él es valiente, activo y feliz. La fe viene de Jesús. Él es su autor. La fe te guía a Jesús, él es su objeto. La fe es como una semilla de mostaza: crece y aumenta; pero solo Jesús puede aumentar nuestra fe.

Acudamos a él esta mañana, y que esta sea nuestra oración: «Señor, auméntanos la fe». La fe fuerte creerá sin emociones; más aún, contra toda emoción o apariencia. Confiará en Dios donde no puede encontrarlo; asegura al alma que aquello que él ha prometido, es capaz de llevarlo a cabo, y con seguridad lo hará. La fe verdadera tendrá grandes pruebas, porque Dios nunca otorga la fe sin probarla; y el calor del horno es proporcional a la fuerza de nuestra fe. Una fe pequeña se aferra a Cristo y trae salvación; una fe fuerte recibe con frecuencia mucho de Cristo, y trae gran consuelo.

Ve a Jesús con la fe que tengas, y pídele la fe que él requiere. Él concede generosamente a todo intercesor insistente; y ciertamente te lo concederá a ti.

Oh Jesús, ahora imparte y establece
tu presencia en mi corazón.
¡Concédeme una fe fuerte y viva!
Entonces me desharé de toda carga,
y alegremente caminaré con Dios,
obedeciendo todo lo que mandó.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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