
164. «Los herederos de la promesa» – Hebreos 6:17
Éramos por naturaleza hijos de ira, al igual que los demás. En carácter éramos injustos; en circunstancias de miseria; en estado de perdición. No teníamos nada que reclamarle a Dios ni por una sola cosa buena, porque éramos traidores contra su trono y su gobierno. Pero por un antiguo y misericordioso designio, él nos constituyó como creyentes en Jesús: «herederos de la promesa». Fuimos prometidos a Jesús como semilla, para recompensar las penas de su alma; y tenemos derecho a recibir todas las promesas, que son en él «Sí», y en él «Amén», por medio de nosotros, para la gloria de Dios. En virtud de nuestra relación con Cristo, por tener parte en el testamento de Cristo, así como por el designio de Dios, tenemos derecho a todas las bendiciones prometidas. Se nos promete la vida, vida eterna; justicia, justicia para siempre; provisión, tanto temporal como espiritual; un reino, el reino de la gracia y la gloria; la salvación, salvación eterna. Somos herederos, y todas las cosas están incluidas en nuestro patrimonio. La herencia fluye de la gracia. Se sostiene en Cristo. Nos lleva al cielo. Reclama gratitud. Deberíamos preguntarnos: «¿Soy un heredero? ¿Puedo demostrar mi derecho? ¿Considero las promesas como título de propiedad? ¿Estoy viviendo como una persona que tiene derecho a tales posesiones?». Cada uno debe examinarse a sí mismo.
Como herederos de la promesa,
vivamos por fe en la Palabra de Jesús;
esperemos recibir su plenitud,
y glorifiquemos al Señor.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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