
162. «Ellos anhelaban una patria mejor» – Hebreos 11:16
No solo una mejor situación o un mejor contexto, sino una patria mejor. Esta fue la experiencia de los patriarcas; los apóstoles sintieron lo mismo; así sintieron todos los verdaderos cristianos. ¿Anhelamos una patria mejor? ¿Anhelamos una patria celestial? Hay algo mejor: está establecido para nosotros en el evangelio, está prometido para todos los que creen en Jesús, y continúan fieles hasta la muerte. El cielo es una patria donde todos disfrutan del descanso; allí no hay dolor, ni aflicción, ni luchas, ni pruebas. Todos están activos, pero disfrutan perfecto reposo. El cielo es el hogar del amor; no hay enemigos, ni profesores envidiosos, ni hermanos celosos. Todo es amor: puro, perfecto y perpetuo amor. Todos aman a su prójimo, y aman a su prójimo como a sí mismos. Es la residencia de la santidad. No hay pecadores, porque todos son justos; no hay pecado, porque todos se parecen exactamente a Jesús. La santidad es el fundamento, el gozo es la característica del lugar. Es la morada de la perfecta satisfacción, el gozo inquebrantable, y la tranquilidad imperturbable. Allí vemos a Jesús cara a cara; allí Dios revela sus glorias; allí todo deseo es concedido, todo corazón está completo, todo semblante brilla con benevolencia y gozo. Es verdaderamente una mejor patria, es el reposo que queda para el pueblo de Dios.
Que la esperanza del gozo venidero
disipe la ansiedad, y ahuyente nuestros miedos.
Si Dios es nuestro, caminamos al hogar,
aunque pasemos por un valle de lágrimas.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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