
154. «¡Tributen al Señor la honra que merece su nombre!» – 1 Crónicas 16:29
El Señor ha escrito su nombre, en toda su grandeza y misericordia, sobre las obras de su poder, y sobre todos los dones de su amor. Quien quiera conocer el nombre de Dios debe estudiar la creación y la providencia; pero con mayor empeño debe estudiar el evangelio. Allí verá a Dios escribiendo su nombre o exhibiendo su glorioso carácter y su excelencia, en la conversión, justificación, santificación, preservación y glorificación de multitud de pecadores. Dios ha revelado su nombre en su Palabra, y debemos leer sus proclamaciones, sus doctrinas, sus promesas, sus preceptos y sus perspectivas.
Si leemos y estudiamos correctamente el nombre de Jehová, estaremos repletos de motivos de admiración y gratitud de adoración; y como resultado glorificaremos a Dios en nuestras oraciones, alabanzas y en nuestra conversación en general. Tributarle la gloria que merece su nombre requerirá todos nuestros talentos, todo nuestro tiempo, e incluso la eternidad misma. Pero intentar hacerlo es un deber sencillo, y si el corazón es recto, será un verdadero placer. No obstante, es un deber muy descuidado, y cuando lo descuidamos, le quitamos a Dios su derecho, y despojamos a nuestras propias almas de gran consuelo. Por tanto, aprendamos a entender el nombre de Dios, a exaltar su gracia, y a tributarle la gloria que merece su nombre.
La naturaleza, el tiempo, la tierra y los cielos,
proclaman tu primor celestial.
¿Qué haremos para ser sabios,
más que aprender a entender tu nombre?
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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