
12. «Marta, Marta, estás preocupada» – Lucas 10:41
Jesús amaba a Marta, y Marta amaba a Jesús; pero Marta estaba demasiado preocupada por las cosas temporales, y por tanto Jesús la reprendió con amor. Estaba enredada y apresurada, y el objetivo de Jesús era liberarla. Sus preocupaciones eran intensas, y al irritar su carácter, le impedían disfrutar la comunión con Jesús, o recibir su Palabra con mansedumbre.
Esta es una falta común entre los discípulos de nuestro Señor. Cuántas Martas tenemos en la iglesia, y qué pocas Marías. Tomemos asiento a los pies de Jesús al lado de María, oigamos su Palabra, reconozcamos que él nos cuida, e intentemos llevar a él todas nuestras preocupaciones. Todas nuestras preocupaciones están en sus manos, todas las circunstancias están bajo su control, todos los eventos son dirigidos por su sabiduría. Él nos exhorta a buscar primeramente su reino, a enfocarnos siempre en su gloria, a estar satisfechos con sus planes, y a vivir en paz.
Que la paz de Dios gobierne en sus corazones. Todo lo que ocurra será acomodado para tu bien. Pronto dejarás esta escena presente, y dejarás atrás todos los objetos por los cuales has estado preocupado. Ocúpate en la oración, sin preocupación. Realiza los deberes de Marta en el espíritu de María. Recibe la reprimenda del Señor esta noche como si te hablara a ti, e intenta enterrar tus preocupaciones donde él ha enterrado tus pecados.
¿Cuántas veces estamos como Marta
molestos, cargados, urgidos y perplejos?
Nimiedades cautivan nuestra mente,
y olvidamos lo único que es necesario.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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