Reflexión y Recursos Bíblicos basados en la Gracia de Dios

116. «Guarda silencio ante el Señor» – Salmo 37:7

El pecador es intrínsecamente inquieto, es arrebatado de su estructura natural, y el ir y venir de sus deseos lo mantiene en constante agitación. Jesús le dice: «Ven a mí que yo te haré descansar». El creyente ha aceptado esta invitación, y ha encontrado descanso; pero a menudo es desviado por las tentaciones, las preocupaciones terrenales, y la incredulidad; y entonces vuelve a estar inquieto.

Amados, se nos manda descansar, no en nuestras circunstancias, logros o alegrías, sino a descansar en el Señor. Descansa en la voluntad de Dios, ya que todo lo que él desea es para tu bien, para tu bien supremo: «La voluntad de Dios es que ustedes sean santificados». Descansa en el amor de Dios, y medita con frecuencia en las palabras de Jesús sobre este punto: «Los has amado a ellos como también a mí me has amado». Descansa en la misericordia de Dios, de la cual fluyen torrentes interminables de bendiciones para suplirte. Descansa en la Palabra de Dios, porque es verdad, es inmutable y garantiza que él te hará bien. Descansa en la relación con la que Dios te llena; él es tu Padre; bueno, cuidadoso, sabio y siempre presente. Descansa en el Señor según se manifiesta en Jesús, tu Dios del pacto, que hace todo según el designio de su voluntad, que obra todas las cosas para tu bien y para su gloria. Descansa en el Señor y sé feliz.

Seguros en el Señor sus santos pueden descansar,
y en calma esperar su voluntad;
aun en pruebas y pobreza, son bendecidos,
su Dios todavía es compasivo.

Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias

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