
103. «El Señor pone a prueba al hombre honrado» – Salmo 11:5
Donde el Señor concede su gracia, siempre la pone a prueba; por tanto, su propio pueblo debe esperar pasar por el fuego. Él pondrá a prueba nuestra fe, para ver de qué tipo es; y probará nuestro amor, para ver su fortaleza. También pondrá a prueba nuestra paciencia y nuestra constancia. Por lo tanto, no nos sorprendamos en las pruebas, ni permitamos que nos desalienten; porque él nos pone a prueba por puro amor, con la mejor intención, conforme a una decisión sabia, y en la etapa más adecuada. Él considera nuestro contexto, nuestras circunstancias, y nuestros enemigos; no hace nada precipitado ni con crueldad. No nos expondría al dolor si no lo necesitáramos; las pruebas son para preservar o para restaurar; nos cuidan del mal, o pretenden sacarnos del mal en el cual hemos caído.
En consecuencia, tus pruebas vienen del Señor; su sabiduría las eligió, su amor las designó, y su providencia las lleva a cabo. Si preguntas: «¿Señor, por qué recibo estas pruebas?», la respuesta es: «Para hacerte humilde, y para ponerte a prueba, y para hacerte bien hacia el final». Recibe cada prueba de parte de Dios, y acude a él para recibir fortaleza para soportarla, gracia para santificarla, y liberación de ella; y así todo estará bien. No es que se complazca en ponerte a prueba, sino que lo
hace por tu bien.
A menudo las nubes de profunda aflicción
traen un dulce mensaje de amor;
Aunque oscuras parezcan, no podemos hallar
Ni un asomo de ira en ellas.
Por: James Smith
Traducido por: Proyecto Nehemias
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